México puede ser un escenario propicio para que los presidentes Andrés Pastrana, de Colombia, y Hugo Chávez, de Venezuela, superen este viernes la tensión diplomática causada por la participación de dos guerrilleros colombianos en un seminario en Caracas.
Pastrana y Chávez asistirán a la ceremonia en que Vicente Fox prestará juramento como nuevo presidente de México.
«Colombia nunca se ha negado a conversar» con el gobierno de Venezuela, afirmó este miércoles el canciller Guillermo Fernández de Soto. En tanto, su homólogo venezolano, José Vicente Rangel, dijo a radioemisoras en Caracas que espera que en México «pueda haber oportunidad para una entrevista» de los dos mandatarios.
Las relaciones bilaterales llegaron esta semana a un punto crítico con la llamada a consulta de los respectivos embajadores.
La tensión fue causada por la participación de dos delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un seminario en Caracas sobre el Plan Colombia -la estrategia antidrogas de Pastrana apoyada por Estados Unidos-, organizada por el capítulo venezolano del Parlamento Latinoamericano.
Los embajadores Germán Bula, de Colombia en Caracas, y Roy Cháderton, de Venezuela en Bogotá, fueron llamados a consulta por sus respectivos gobiernos, para analizar la crisis.
Tanto Bogotá como Caracas han sobredimensionado los hechos de esta semana, posiblemente «para ocultar las dificultades internas que tienen», dijo a IPS el analista Rodolfo Rodríguez, de la emisora de la estatal Universidad Nacional de Colombia.
El gobierno colombiano rechazó la participación en el foro de los dos delegados de las FARC, grupo con el que tiene suspendidas las negociaciones de paz, y criticó las frecuentes alusiones de Caracas al Plan Colombia.
La actitud del gobierno de Pastrana, que reaccionó enérgicamente ante las opiniones que Chávez, a las que consideró una «intervención indebida en los asuntos internos», contrasta con la que asume cuando Washington opina sobre el conflicto interno, comentó Rodríguez.
Mientras en el caso de Venezuela «los comentarios se reciben como una ofensa y como algo impropio, en el segundo se ven como una ayuda para avanzar en el proceso», añadió el analista.
Colombia se quejó igualmente de las dificultades puestas por Venezuela para solucionar aspectos puntuales de comercio, como la prohibición del ingreso de vehículos de carga a ese país, que se mantiene pese al fallo favorable a Bogotá del tribunal andino de justicia.
El tema del conflicto armado interno de Colombia ha sido causa de constantes fricciones entre los dos países, que comparten 2.200 kilómetros de frontera.
Chávez encendió la polémica el año pasado cuando dijo que pensaba abrir un periodo de conversaciones con la guerrilla colombiana, que con sus actividades se estaba convirtiendo en un «problema de Estado para Venezuela».
En esa oportunidad, Pastrana advirtió que «cualquier declaración o propuesta que se formule desde el exterior sin concertación previa con el gobierno de Colombia» generaría serias dificultades y malos entendidos.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso colombiano se reunió este miércoles a puertas cerradas con el canciller y la ministra de Comercio Exterior, Marta Ramírez.
Al término de la misma dio a conocer una declaración en la que solicitó a Chávez y a Rangel «hechos y acciones de respeto a la soberanía, autonomía y legitimidad del Estado colombiano», y «una agenda y un discurso único en sus relaciones con Colombia». (FIN/IPS/yf/ag/ip/00