(Arte y Cultura) CINE-IRAN: El conocimiento, primera baja en la guerra

«Pizarrones», la segunda película de la joven cineasta iraní Samira Makmalbaf, examina la vida de los refugiados kurdos en la peligrosa frontera entre Irán e Iraq, e ilustra cómo el conocimiento puede ser la primera baja en tiempos de guerra.

«Pizarrones» cuenta la historia de dos maestros que viajan por ese desolado paisaje en busca de alumnos. Uno encuentra un grupo de ancianos y una joven viuda, mientras el otro tropieza con un grupo de niños pequeños que transportan contrabando ilegal.

Ambos grupos luchan por sobrevivir y los dos tienen muy poco tiempo para aprender de los maestros.

A los 17 años, Makmalbaf anunció su llegada al mundo del espectáculo con su película «La Manzana», un decidido ataque contra el fundamentalismo religioso.

«Realmente me gustó mucho el guión de 'La Manzana'. Después pretendí un argumento igualmente fuerte. No pude tomar una historia cualquiera porque no me hubiera dado la misma satisfacción sino efectos negativos. Por eso… viajé a muchas partes sin un propósito definido», comentó Makmalbaf, de 20 años.

«Cuando fui a Kurdistán con mi padre, la atmósfera de las montañas me conmovió mucho. Caminamos interminablemente durante horas. Después, tropezamos con un anciano apostado en un lugar esperando que creciera una planta. Quedé atónita con ese estilo de vida. Cuanto más anduve, más me di cuenta que había mucha vida en esas montañas», dijo.

La cineasta encontró su argumento en ese territorio rocoso y eligió su tema en la precaria vida de los maestros ambulantes. «Sentí que la historia podía tener mucho significado», aseguró.

La película está llena de metáforas. Los pizarrones rara vez se usan como elementos de enseñanza sino, por el contrario, como instrumentos de supervivencia.

Primero como protección contra ataques aéreos, después como sostén para un niño herido y también como forma de compensación de divorcio para un matrimonio consumado más por un desesperado deseo físico que por verdadero amor.

Una de las raras excepciones en que el pizarrón es usado como medio de instrucción es cuando uno de los maestros, que se ha casado, trata de enseñarle a su esposa kurda como se dice «te amo» en persa.

Después de repetidos intentos, Haladed, la mujer, no llega a comprenderlo.

Cuando el grupo llega a la frontera y el maestro decide quedarse atrás, le entrega su pizarrón a la mujer para que se lo lleve. Uno de los momentos más conmovedores del filme se produce cuando Haladed desaparece en la distancia llevando sobre sus espaldas el pizarrón con las palabras «te amo».

La película ha recibido el elogio internacional, ganó el Premio de la Crítica en el Festival de Cannes y va en camino de afianzar aún más la reputación de Samira Makmalbaf, quien tiene la habilidad de dar significado universal a historias muy sencillas.

Su obra también comenta los problemas que Irán enfrenta actualmente, como los conflictos fronterizos, la lucha de una comunidad minoritaria y por último la interpretación de la ley religiosa. La cineasta señala que son problemas universales, y no sólo iraníes.

La primera película de Makmalbaf, «La Manzana», narra la verdadera historia de dos mellizas de 12 años que han sido encerradas en su propia casa porque el padre pensó que El Corán, el texto sagrado islámico, le ordenó hacerlo.

Las niñas recuperan la libertad y el padre se da cuenta de su error únicamente por los esfuerzos de una tenaz asistente social.

El filme de Makmalbaf no sólo es excepcional en su velado ataque a los males del fundamentalismo, sino también por la compasión que muestra hacia los padres de las mellizas, sugiriendo que fue la pobreza en lugar de la malicia la que los llevó a encerrar las niñas.

La compasión que transmite el filme parece emanar de la confiada relación que la cineasta desarrolló con el padre de las niñas. «Yo no le pedí nada. Sólo lo escuché. Quizás fui la única persona que lo hizo mientras todos los demás lo condenaban», dijo.

«La manzana» también fue una gran sorpresa para la comunidad internacional porque Samira es hija del aclamado director iraní Moshen Makmalbaf, quien en su juventud fue fundamentalista islámico.

Sin embargo, en el curso de los años, su labor lo alejó cada vez más de los puntos de vista radicales de su juventud. El apoyo que ha dado a su hija —colaboró con ella en los dos filmes—, revelan a un hombre muy diferente.

«Pizarrones» es un paso más hacia lo que se perfila como una ilustre carrera. (FIN/IPS/tra-en/ba/sm/ego/aq/cr/00

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