El principal partido de oposición de Zimbabwe manifestó su inquietud porque el presidente Robert Mugabe amnistió a los responsables de delitos por razones políticas entre enero y julio, lapso en que se celebraron un referéndum y elecciones parlamentarias.
Aunque el perdón oficial del día 6 no abarca a crímenes como asesinato y violación, la Fundación de Recursos Jurídicos se lamentó de que Mugabe haya perdonado otros delitos, como el ataque con intento de daño corporal, incendio premeditado, daño a la propiedad, violencia pública y extorsión.
El mensaje que se envía a la nación es que este tipo delitos cometidos a favor del partido de gobierno no serán castigados, advirtió la Fundación.
Según el decreto oficial, los delitos por motivos políticos que abarca el perdón se realizaron con el objeto de apoyar u oponerse a un partido político en conexión con el referéndum constitucional celebrado el 12 y 13 de febrero, o las elecciones parlamentarias del 24 y 25 de junio.
La expresión delito políticamente motivado también significa conspiración, incitación al intento de cometer un delito o complicidad.
El perdón también incluye la reducción total o parcial de la pena de prisión dada a las personas procesadas por delitos políticos, siempre que la pena no haya sido dictaminada por una corte marcial.
El presidente del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Morgan Tsvangirai, manifestó su enojo por el perdón, ya que su partido perdió al menos a 30 seguidores por la violencia política previa a las elecciones de junio.
Cientos más resultaron lesionados o sus propiedades dañadas por partidarios del partido de gobierno.
La amnistía indica «a aquellos que cometieron violencia preelectoral que pueden salirse con la suya», dijo Tsvangirai a la prensa este martes.
«El presidente socava la legislatura para legislar. Esto se debe condenar ya que socava aun más la confianza en el país», declaró.
«Mugabe sabe muy bien que las víctimas de la violencia eran del MDC y el otorgó la amnistía a sus partidarios y perdonó esas acciones», dijo.
«Mugabe tiene la capacidad de otorgar la amnistía, pero en este caso, ¿está justificada y es moralmente justa?», se preguntó Tsvangirai.
Tsvangirai teme que el perdón aliente a los partidarios del gobernante ZANU-PF a perseguir a los opositores en la campaña presidencial para las elecciones del 2002.
A partir de febrero, veteranos negros de la guerra de independencia han ocupado más de 1.000 granjas pertenecientes a blancos, y fueron acusados de asesinar, violar y atacar a campesinos y niños.
Las graves irregularidades de las elecciones parlamentarias de junio fueron criticadas por observadores extranjeros y grupos de derechos humanos.
Los ataques contra la oposición dejaron 32 muertos y cientos de heridos. El ZANU-PF, en el poder desde la independencia de Zimbabwe en 1980, ganó por leve margen las disputadas elecciones.
Después de las elecciones, el gobierno desplegó al Ejército en zonas de Harare, donde los efectivos golpearon e intimidaron a la población.
Las autoridades aseguraron que el objetivo del Ejército era restaurar la ley y el orden después de las elecciones de junio, pero observadores opinan que fue un castigo para la capital, donde la oposición venció al gobierno.
El MDC obtuvo 57 de las 120 bancas en juego del Parlamento, mientras el ZANU-PF ganó 62 y un partido menor obtuvo una. Mugabe designa 30 bancas para totalizar las 150 del organismo. Antes de las elecciones, el gobierno contaba con 147 bancas.
El perdón de Mugabe «demuestra una vez más su total desprecio por el imperio de la ley», declaró la Fundación de Recursos Jurídicos.
«Tiene lamentables antecedentes de conceder el perdón a sus partidarios cuando fueron procesados por graves delitos, pero este es el ejemplo más enorme», declaró la Fundación.
«Es difícil concebir cómo, cuando la violencia iniciada y apoyada por el gobierno continúa varios meses después de que se anunciara el resultado del referéndum, el presidente puede asegurar que actúa de buena fe o en beneficio de cualquiera que no sean los partidarios de su partido, que fueron… los principales autores de la violencia», agregó.
Así mismo, Tsvangirai fue interrogado durante dos horas por la policía este martes porque el líder había declarado que Mugabe sería derrocado por la fuerza si no renunciaba.
La policía indicó que tiene la intención de detener a Tsvangirai por declaraciones que hiciera en un acto político el 30 de septiembre. Tsvangirai niega que haya violado la ley.
En dicho acto, Tsvangirai indicó que Mugabe debía renunciar o correría el riesgo de ser retirado por la fuerza antes de las elecciones presidenciales del 2002.
Esta semana Tsvangirai comparó a Mugabe con el derrocado presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y exhortó a la comunidad internacional a darle a Zimbabwe la misma atención que le concediera a Yugoslavia. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00