La vida prácticamente se paralizó hoy en Belgrado, cuando los habitantes de la capital de Yugoslavia acataron la huelga general convocada por el partido Oposición Democrática de Serbia (DOS) para exigir que el presidente Slobodan Milosevic reconozca su derrota electoral.
El candidato del DOS, Vojislav Kostunica, habría ganado las elecciones presidenciales del 24 de septiembre, pero el derrotado presidente Slobodan Milosevic se niega a aceptar el resultado de las 10.500 estaciones de votación que le dieron 52 por ciento de los votos a su rival, según sondeos independientes.
Las enmiendas constitucionales aprobadas en julio estipulan que el candidato que obtiene 50 por ciento más uno de los votos gana sin necesidad de celebrar una segunda vuelta electoral.
El viernes, el DOS convocó a la huelga general y a la desobediencia civil para obligar a Milosevic a aceptar su derrota.
Este lunes, miles de automóviles, camiones y autobuses se estacionaron en las avenidas principales y a lo largo de puentes que cruzan el río Sava en Belgrado, deteniendo el tránsito en la capital de 2,5 millones de habitantes.
Las escuelas permanecieron vacías, ya que los padres acataron el pedido del DOS de no enviar a sus hijos a las aulas, mientras los hospitales y centros de salud médica sólo trataron casos de emergencia.
Milosevic «está acabado, lo único es que él no lo quiere admitir», dijo la abogada Milena Jankovic, sentada en su automóvil estacionado en el medio del bulevar del Rey Alejandro, en la capital.
«Cuando toda Serbia se levante en protesta, entonces quizá se de cuenta», agregó.
Informes del interior de Serbia indicaban que el tránsito estaba bloqueado por automóviles y camiones en decenas de intersecciones a lo largo de los 300 kilómetros de la carretera principal que conduce a la vecina Macedonia.
Se dio una situación similar en la principal carretera que conduce a Montenegro, la pequeña república que, junto con Serbia, integra Yugoslavia.
La policía se limita a habilitar el pasaje de vehículos de emergencia como ambulancias, bomberos y camiones de abastecimiento.
El DOS invitó a representantes de todos los organismos e instituciones internacionales pertinentes a trasladarse a Belgrado para verificar el resultado electoral.
«No habrá una segunda vuelta ni ninguna otra vuelta de elecciones presidenciales», declaró a IPS el portavoz del DOS, Cedomir Jovanovic. «La cosa se terminó para Milosevic. Ante la voluntad de la gente, tendrá que irse», agregó.
Sin embargo, la oficial Comisión Electoral Federal (SIK), instituida por el gobierno de Milosevic, insiste en que Kostunica sólo obtuvo 48,96 por ciento de los votos y llamó a una nueva ronda de elecciones presidenciales el domingo 8.
La SIK divulgó el resultado oficial el día límite que estipulaba la ley, el jueves.
Los analistas sostienen que las cifras de la SIK revelaron el intento evidente del gobierno de atribuir a Milosevic los 146.000 votos no sufragados de la población de origen étnico albanesa en la provincia de Kosovo, administrada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los albanokosovares boicotearon las elecciones. Sus nombres existen formalmente en los registros electorales estatales, pero ninguna de las estaciones de votación que la SIK atribuyó a estos 145.000 votos estaba en operación el 24 de spetiembre, explicó la administración de la ONU en Pristina, la capital kosovar.
Algunos integrantes de la SIK se negaron a firmar los resultados definitivos y varios renunciaron para no tomar parte en la «falsificación de datos», argumentaron.
El director de la SIK rechazó toda comparación de resultados, mientras Belgrado descartó el intento de mediación de Rusia el fin de semana con el fin de impedir la escalada de la crisis en el país.
Kostunica, quien se reunió en Belgrado con el relator de derechos humanos de la ONU, Jiri Dienstbier, el sábado, dijo a la prensa que el no reconocimiento del resultado electoral por parte del régimen fue un «caso claro de violación de los derechos humanos».
«A la gente se le priva de uno de sus derechos básicos. Es un derecho que se les reconozcan sus votos. Es otro caso claro de violación de derechos humanos en Serbia», dijo.
«Ahora es una guerra de nervios entre Milosevic y DOS», dijo a IPS el analista Ivan Torov.
«Milosevic intenta desesperadamente darle la vuelta a las cosas a su favor, como hizo muchas veces en los últimos 10 años. Pero esta vez tiene la voluntad de una clara mayoría del pueblo en su contra», dijo.
«Literalmente todos en este país saben que está perdido. Ahora no lucha por el poder, pelea por su vida y eso puede ser peligroso», agregó.
Por el momento, el ejército y la policía, considerados leales a Milosevic, no se involucraron en el asunto.
Además del procesamiento por crímenes de guerra del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, Milosevic se enfrenta al creciente descontento del pueblo de Serbia.
Decenas de personas que asistieron a los festejos de la victoria electoral del DOS en Serbia la semana pasada compartieron, entre otras cosas, la opinión de que Milosevic debe ser juzgado por atrocidades cometidas contra su propio pueblo.
«En cuanto a La Haya, bien, veremos más adelante. Pero antes tiene que ser juzgado aquí por todo lo que nos hizo», dijo Zoran Smajic, un habitante de la capital.
«¿Quién puede compensar los 10 años de pobreza, aislamiento y juventud que huyó a países extranjeros, además de todas las guerras? Nadie. El (Milosevic) deberá respondernos varias preguntas», agregó.
«Este es un momento decisivo para Serbia», declaró a IPS el analista Bratislav Grubacic. «Esta será una semana dramática que nos dejará ya sea un salto a la democracia o la abierta dictadura de Milosevic».(FIN/IPS/tra-en/vpz/sm/aq/ip/00