El aislamiento que padeció Yugoslavia con el régimen de Slobodan Milosevic comenzó a ceder con el nuevo presidente Vojislav Kostunica, lo cual devuelve la esperanza a la población de que pronto ingrese la ayuda necesaria para recuperar la economía devastada por guerras y sanciones internacionales.
El día 9, la Unión Europea (UE) levantó las rigurosas sanciones contra Serbia, mientras el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, retiró parcialmente este jueves las restricciones a la importación de petróleo y al tráfico aéreo con Yugoslavia.
«El levantamiento de las sanciones es un símbolo importante de cambio», dijo a IPS Jovan Teokarevic, del Instituto de Estudios Europeos.
«Los efectos inmediatos del levantamiento de las sanciones son más de naturaleza política. Con su reacción sumamente rápida a la caída de Milosevic, la UE… abrió las puertas de par en par a la ayuda abundante y a todo tipo de cooperación con el nuevo gobierno», aseguró.
Kostunica y su coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS) ganaron las elecciones presidenciales del 24 de septiembre, pero Milosevic recién aceptó la derrota electoral el 5 de este mes, luego de una semana de huelgas y multitudinarias manifestaciones para obligarlo a entregar el poder.
Según datos del grupo de economistas independientes G17, las sanciones de la UE contra el régimen de Milosevic, vigentes desde 1998, provocaron pérdidas de 1.600 millones de dólares al producto interno bruto del país.
Así mismo, las sanciones de la Organización de las Naciones Unidas, vigentes desde 1992, causaron pérdidas de 7.000 millones de dólares.
«Nuestra economía funciona a 30 por ciento de la capacidad que tenía en 1989», dijo Stojan Stamenkovic, del Instituto de Ciencias Económicas.
Según Zoran Djindjic, director de campaña del DOS, la UE prometió 2.300 millones de dólares en ayuda financiera a Serbia en los próximos tres años.
El dinero se dedicará a la «reconstrucción de la economía», dijo a IPS. Pero aún no se acordó cuándo comenzará a ingresar esa ayuda, precisó.
Según Mladjan Dinkic, director del G17, se está negociando para «dirigir partes de la ayuda inmediatamente al presupuesto para superar los problemas actuales de gran parte de la población».
Se llegó a un acuerdo para que el 14 de diciembre Yugoslavia se reincorpore al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, de los que fuera expulsada en diciembre de 1992.
Debido a la crisis de la economía, los funcionarios de la salud pública, la educación, el sistema judicial y otros sectores apenas sobreviven con salarios inferiores a 50 dólares mensuales.
Desde que Kostunica asumiera formalmente el día 7, Belgrado se convirtió en un centro de actividad diplomática, en contraste con la escasez de movimiento en los últimos años.
Los cancilleres de Francia, Grecia, Italia y Noruega visitaron Belgrado y mantuvieron conversaciones con Kostunica. Diplomáticos estadounidenses también se reunieron con el presidente con el fin de restablecer las relaciones diplomáticas.
Milosevic rompió relaciones diplomáticas con Alemania, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña en marzo de 1999 cuando comenzaron los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra Serbia en marzo de 1999.
Uno de los mayores problemas que esperaban a Kostunica con Estados Unidos y la UE parece haberse superado. El presidente sigue decidido a no extraditar a Milosevic al Tribunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia, que pretende juzgarlo por crímenes de guerra.
El Tribunal «es una herramienta sesgada de propaganda y Milosevic primero deberá enfrentar a la justicia aquí», reiteró Kostunica.
Esta semana, los representantes del tribunal de La Haya se abstuvieron de pedir a Kostunica que extradite a Milosevic.
«Estamos preparados para esperar y darle tiempo a Kostunica», dijo un fiscal del tribunal, Graham Blewitt, el miércoles. Según él, lo más importante ahora es la estabilización de la democracia en Serbia.
Blewitt anunció que la fiscal Carla del Ponte y Kostunica se reunirán recién a principios del año próximo.
Dentro del país, Kostunica deberá crear el nuevo gobierno yugoslavo. De las 138 bancas del parlamento federal, el DOS tiene 59 legisladores, los socialistas de Milosevic 44, el Partido Radical cuatro y el Movimiento de Renovación Serbia uno.
Las 30 bancas restantes corresponden al Partido Popular Socialista (SNS) de Montenegro, la otra república que, junto con Serbia, comprende Yugoslavia. El SNS es un partido afín a los socialistas de Milosevic, aunque parece dispuesto a cesar su cooperación con éstos y a apoyar al presidente.
«Pensamos seriamente en la posibilidad de formar un gobierno con el DOS», dijo el representante del SNS Predrag Bulatovic, en la ciudad de Podgorica. «De todas maneras, haremos lo que es mejor para Yugoslavia».
La formación del nuevo gobierno está prevista para la semana próxima.
«El gobierno federal no debería ser sólamente político o neutralmente técnico, sino una combinación de políticos y técnicos», comentó Bosko Mijatovic, del Centro de Estudios Liberales y Democráticos. (FIN/IPS/tra-en/vpz/sm/aq/ip/00