La participación del nuevo presidente de Yugoslavia Vojislav Kostunica en la reunión de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE), finalizada hoy, consolidó la reconciliación de ese país con el continente, lograda con la dimisión de Slobodan Milosevic.
El conflicto palestino-israelí también dominó la cumbre de dos días que la UE realizó en la ciudad de Biarritz, situada en el suroeste de Francia, sobre el océano Atlántico.
Pero, en contraste con los alentadores resultados de la reunión con respecto a Serbia, que conforma la federación yugoslava junto con Montenegro, los jefes de Estado y de gobierno de los 15 países de la UE se limitaron en el caso de Medio Orienta a formular un llamado «urgente y claro» a la paz.
En su primer viaje al extranjero como presidente yugoslavo, Kostunica expresó su deseo de reintegrar rápidamente su país a Europa. Así, aceptó la invitación a participar en la cumbre para los Balcanes que organiza la UE para el 24 de noviembre.
La nueva cumbre tendrá lugar en Zagreb, Croacia, con la participación de los jefes de gobierno de todos los países que hasta 1992 formaban la República Federal de Yugoslavia, y representantes de la UE.
Los gobernantes congregados en Biarritz aprobaron una primera ayuda de emergencia para Serbia por un monto de 200 milliones de euros (unos 170 milliones de dólares).
Esta ayuda deberá ser puesta inmediatamente a disposición de Belgrado, para garantizar el suministro de combustible a la población serbia durante el invierno boreal. La UE también ha previsto una ayuda para Serbia de 2.300 millones de euros (2.000 millones de dólares) para los próximos cinco anos.
Kostunica insinuó que su gobierno estaría dispuesto a reconocer el Tribunal de la Organización de las Naciones Unidas para la antigua Yugoslavia, instalado en La Haya, que investiga los crímenes contra la humanidad cometidos durante las guerras bálcanicas de secesión de los últimos 10 anos.
Pero puntualizó que la cooperación con el tribunal internacional no es prioritaria para su gobierno.
El nuevo líder yugoslavo señaló que la reconstrucción de Serbia «tomará anos.» Al respecto, advirtió que la economía de su país fue destruída no solo por los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN) en 1999 y por las sanciones internacionales vigentes contra Serbia durante los últimos 10 años.
«La economía serbia ya había sido dañada por la mala dirección de las empresas y por el autoritarismo del gobierno» de Milosevic, dijo.
Así mismo, indicó que para la población serbia «es muy difícil olvidar» la agresión sufrida por su país el ano pasado, cuando la OTAN lanzó el bombardeo para obligar al gobierno de Milosevic a retirar sus fuerzas de la provincia de Kosovo.
«No podemos olvidar el pasado, pero estamos obligados de ver el futuro», declaró. También se declaró dispuesto a considerar la eventual extradición de Milosevic a La Haya, para someterlo a juicio y que, en cualquier caso, el ex presidente «no tiene ningún futuro» en el escenario político de su país.
Los jefes de estado y de gobierno europeos apelaron unánimemente a «los dirigentes a los pueblos israelí y palestino» a suspender la violencia y a retornar a la mesa de negociaciones.
El presidente francés Jacques Chirac, portavoz de la UE en el semestre en curso, dijo que el bloque está dispuesta «a hacer todo lo posible – e incluso más que eso – para contribuir a la reanudación del diálogo» entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina.
«Nosotros ponemos nuestra inteligencia, nuestra experiencia y nuestro corazón al servicio de la reconciliación» de israelíes y palestinos, que se enfrentan desde fines de septiembre en los territorios autónomos e incluso en Israel, afirmó Chirac.
Pero el mandatario francés no precisó cómo la UE podría contribuir a una paz perdurable entre Israel y Palestina.
Observadores diplomáticos consultados por IPS en Biarritz señalaron que la UE debe definir una política para Medio Oriente alternativa a la actuación de Estados Unidos.
«De lo contrario, el papel de la UE en el conflicto entre Israel y Palestina continuará siendo el de un observador privilegiado pero impotente,» dijeron los observadores, que pidieron el anonimato.
Durante la reunión de Biarritz los jefes de estado y de gobierno de la UE recibieron y aprobaron el texto de la nueva Carta Europea de derechos sociales y políticos, que deberá ser confirmada en diciembre, en una reunión la ciudad francesa de Niza.
Además, intentaron desentrabar las negociaciones para la reforma de las instituciones de la UE. Puntos neurálgicos de esta reforma son la ponderación de los votos de cada estado miembro de la UE, la restricción a 20 del número de integrantes de la ejecutiva Comisión Europea y la eliminación del derecho de veto.
Ningún avance sustancial en estos tres puntos fue hecho publico en Biarritz. La reforma institucional europea es considerada indispensable para garantizar la eficacia de la UE con vistas a la integración de los países de Europa oriental, que comenzará en 2003.
Unos 3.000 policías, cientos de tiradores de elite y de agentes secretos patrullaron desde el jueves las calles de Biarritz, una pequeña ciudad balnearia francesa a pocos kilómetros del País Vasco español.
Las medidas de seguridad fueron tan estrictas, que el Ministerio del Interior de Francia incluso negó la acreditación a varios periodistas vascos que intentaban cubrir la cumbre para medios de prensa franceses y españoles.
En señal de protesta, unos 40 periodistas vascos franceses y espanoles depusieron micrófonos, cámaras de televisión y de fotografía frente a la prefectura regional.
Los periodistas también distribuyeron copias del artículo 11 de la Carta Europea de derechos políticos y sociales aprobada por los jefes de Estado y de gobierno en Biarritz, que garantiza la libertad de expresión y de información.
El dispositivo de seguridad no evitó violentas manifestaciones de separatistas vascos en la ciudad de Bayona, cercana a Biarritz.
Unos 2.000 manifestantes que cantaban cosignas favorables a la organización clandestina ETA se enfrentaron con policías y lanzaron piedras y cócteles molotov contra autobuses y comercios en el centro histórico de Bayona.
Tres policías resultaron heridos, unos 40 manifestantes resultaron detenidos, y cientos de vascos de origen español fueron deportados. (FIN/IPS/jg/ff/ip/00