Sirima Bandaranaike, la primera mujer del mundo que llegó a ser primera ministra, y madre de la actual presidenta Chandrika Kumaratunga, falleció en la mañana de hoy a los 84 años de edad, a causa de un ataque cardíaco.
Su muerte se produjo luego de que votara en las elecciones parlamentarias realizadas este martes, en su localidad natal, Attanagala, a unos 40 kilómetros de Colombo. La ex primera ministra se sintió mal luego de sufragar y fue llevada con rapidez a un hospital privado, donde falleció.
Bandaranaike pasó a encabezar el gobierno del país en julio de 1960, luego que su marido, Solomon Dias Bandaranaike, con quien se había casado en 1940, fuera asesinado a balazos por un monje budista en septiembre de 1959, cuando era primer ministro.
La viuda llevó a la victoria al Partido de la Libertad en los comicios de 1960, y fue primera ministra hasta marzo de 1965.
Luego volvió a ocupar el cargo de 1970 a 1977, y desde noviembre de 1994 hasta el mes pasado, durante la presidencia de su hija. En ese último período fue la persona de mayor edad en una jefatura de gobierno.
Bandaranaike nació el 17 de abril de 1916, y fue educada en instituciones religiosas privadas.
Condujo su primer gobierno en alianza con los partidos comunista y trotskista, y luego encabezó la oposición a un gobierno derechista hasta triunfar en las elecciones de 1970 con una amplia mayoría.
Fue fundadora del Movimiento de No Alineados, que reúne a países en desarrollo, participó en varias de sus conferencias y presidió la quienta de ellas, realizada en Colombo en 1976.
Trabajó en estrecha colaboración con la primera ministra de India, Indira Gandhi, el presidente de Egipto Anwar Sadat y el líder yugoslavo Tito (Josip Broz), y mantuvo relaciones amistosas con el llamado Bloque Socialista.
A comienzos de diciembre de 1962, medió con éxito, junto con gobernantes de Camboya, Birmania, Egipto, Ghana e Indonesia, para resolver un delicado conflicto fronterizo entre China e India.
En 1971, impulsó la resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas que declaró Zona de Paz al Océano Indico.
En septiembre de 1976, habló ante la Asamblea General como presidenta del Movimiento de No Alineados.
Su amistad con gobernantes de India ayudó a mejorar las relaciones de ese país con Sri Lanka.
El Pacto de Sirima Shasthri, firmado por Bandaranaike y el primer ministro indio Lal Bahadur Shastri en 1964, permitió repatriar a India a personas que trabajaban en plantaciones de Sri Lanka. La ex primera ministra también logró que India aceptara el reclamo de Sri Lanka sobre la isla de Katchativu.
En 1972, durante su segunda jefatura de gobierno, Sri Lanka adoptó una Constitución republicana.
De 1988 a 1994 encabezó la oposición, y su tercer período como primera ministra terminó en agosto de este año, cuando su estado de salud hizo que fuera reemplazada por Ratnasiri Wikremanayake. Desde hace varios años se desplazaba en una silla de ruedas.
Analistas políticos dudaron de que el deceso de Bandaranaike causara un «voto de simpatía» por la Alianza Popular (AP) de Kumaratunga, ya que la difunta dejó de ser una figura política influyente en los últimos años, y la orientación del gobierno de su hija difiere mucho del que impulsó en décadas anteriores.
Durante su segundo período como primera ministra, Bandaranaike nacionalizó las plantaciones de té y de caucho, e implantó un fuerte control de la economía por parte del Estado. Kumaratunga promovió el regreso al país de compañías transnacionales expulsadas por su madre.
Hace 30 años, Bandaranaike rompió relaciones diplomáticas con Israel, y Kumaratunga las reanudó este año.
La destacada trayectoria política de Bandaranaike la convirtió en una fuente de inspiración para muchas mujeres políticas de Asia.
La difunta "fue una gran mujer, y su pasaje de las tareas domésticas a la vida política, tras el asesinato de su marido, mostró al mundo de qué están hechas las mujeres asiáticas», dijo Jezima Ismail, una activista de Sri Lanka por los derechos de las mujeres.
Cuando su marido fue asesinado, «ella sólo era una persona tímida sin actividad política», explicó.
El ejemplo de Bandaranaike fue seguido por otras viudas de políticos en países del sudeste asiático, entre ellas la propia Kumaratunga, cuyo marido Vijaya fue asesinado en 1988 por insurgentes izquierdistas de la mayoritaria etnia cingalesa.
Quizás el último deseo de la ex primera ministra haya sido la reunificación de su familia, dividida por la política. Bandaranaike se había esforzado sin éxito por reconciliar a Kumaratunga con otro de sus tres hijos, Anura, dirigente del opositor Partido Nacional Unido (UNP).
La eleccion del parlamento, de 225 integrantes, es vista como un referendo acerca de la iniciativa de paz de Kumaratunga para poner fin al conflicto con los insurgentes Tigres por la Liberación de la Patria Tamil, que ha causado más de 60.000 muertes en los últimos 17 años.
La propuesta de la presidenta implica aprobar una nueva Constitución que garantice autonomía a las provincias, incluyendo a las septentrionales y orientales en las cuales se concentran los separatistas tamiles.
Decisiones de Solomon Dias Bandaranaike cuando era primer ministro se consideran el origen de la marginación de la minoría tamil en el país, en beneficio de la mayoría cingalesa. En 1956, el entonces jefe de gobierno inició la política que condujo a adoptar el cingalés como idioma nacional.
Las últimas encuestas sobre intención de voto indicaron preferencias muy similares entre los consultados por la AP y el UNP, con el izquierdista Frente de Liberación Popular, más conocido por su sigla en cingalés JVP, en un distante tercer lugar.
Unos 12 millones de persobnas están habilitadas para elegir entre 5.477 candidatos, presentados por 29 partidos y 99 grupos independientes.
La campaña electoral se vio perturbada por atentados de os Tigres contra candidatos de varios partidos, mediante comando suicidas que llevaban bombas. (FIN/IPS/tra-eng/fs/mu/mp/ip/00