SALUD-ASIA: Conducta de hombres es clave para combatir al sida

Varias iniciativas en Asia apoyan la campaña del organismo de la Organización de las Naciones Unidas que combate el sida y cuyo objetivo es cambiar la conducta sexual de los hombres.

El eslogan de la campaña iniciada en marzo por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida) era «los hombres hacen la diferencia», y el organismo eligió a Nueva Delhi para lanzar la iniciativa por la magnitud de la pandemia en Asia.

La región con 3.500 millones de habitantes tiene el «potencial de influir en gran medida sobre el rumbo de la epidemia mundial», según Onusida.

Ahora, seis meses después, varias iniciativas regionales comparten la idea de destacar el papel que tienen los hombres en la lucha contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

En la isla turística de Bali, en Indonesia, a los hombres que visitan un prostíbulo en la ciudad de Denpasar se les invita a hablar con personal capacitado sobre la responsabilidad en la conducta sexual.

Allí, los hombres aprenden sobre el uso de condones, la forma de evitar la propagación de enfermedades de transmisión sexual e incluso tienen la oportunidad de observar videos sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el sida.

En Bangladesh se realiza una iniciativa similar ya que un centro recreativo cercano a un concurrido puerto comenzó a proporcionar información sobre el sida a los hombres.

«La campaña es fundamental para Asia. Allí son los hombres, no las mujeres, los que deciden cuándo tener relaciones sexuales, con quién tenerlas y si se usará o no condón», comentó Martin Foreman, director del programa contra el sida del Instituto Panos, de Londres.

Paul Toh, de la oficina de Onusida en Tailandia, comparte esa opinión. «El tema de este año es importante para la región porque los hombres muestran poca responsabilidad en sus prácticas sexuales», agregó.

«El intento de limitar la epidemia de sida debe incluir luchar contra conceptos dañinos de masculinidad y contra muchas actitudes y conductas comunes, incluso la forma en que los hombres consideran el riesgo y cómo los niños son socializados hasta convertirse en hombres», declaró Onusida.

Estudios de Onusida revelaron numerosas «circunstancias especiales» que colocan a los hombres en gran riesgo de contraer el VIH, como aquellos que viajan por razones de trabajo y, al estar alejados de sus familias, pagan por obtener relaciones sexuales.

La campaña de Onusida tuvo tres objetivos este año: informar sobre el vínculo entre la conducta masculina y el VIH, alentar a los hombres y adolescentes a comprometerse para impedir la propagación del virus y cuidar a los afectados, y promover programas que contemplen las necesidades de hombres y mujeres.

Si este mensaje no se toma en cuenta, las consecuencias pueden ser nefastas, advirtió Foreman. «En Asia se corre el riesgo de sufrir dentro de unos años una epidemia a escala de la de Africa», sostuvo.

Según Onusida, en 1999 contrajeron el VIH 1,5 millones de adultos y niños, llevando el total de asiáticos que conviven con el virus a 6,5 millones hasta esa fecha.

De esa cantidad, 5,6 millones habitaban en el sudeste y el sur de Asia, mientras 3,7 millones vivían en India.

En 1999, Asia albergaba casi 60 por ciento de la población adulta del mundo y cerca de 20 por ciento de los casos de VIH.

Desde que el virus se detectó por primera vez en la región a mediados de los años 80, cerca de 1,2 millones de adultos y niños murieron de sida, según Onusida.

«La fuerza principal que fomenta la epidemia ha sido la transmisión heterosexual», reveló el organismo.

Sin embargo, estas cifras no impidieron que los hombres continuaran con su conducta, reconocen los activistas que intentan combatir la expansión del sida en la región.

Aunque aumentaron las iniciativas para cambiar la conducta de los hombres, aún no es evidente ningún cambio, señaló Julie Klugman, especialista del Proyecto de Prevención y Atención del VIH/Sida, en Indonesia.

Los hombres siguen demostrando falta de interés en discutir el sexo seguro cuando acuden a los prostíbulos, dijo Klugman. «Es mucho más fácil concentrarse en las prostitutas», dijo.

«A pesar de numerosas advertencias, los hombres no han cambiado mucho en los últimos 20 años», agregó Chumpon Apisuk, codirector de la Fundación Potenciación, una organización no gubernamental de Tailandia que trabaja con prostitutas.

De hecho, Apisuk cuestiona el «enfoque limitado» de Onusida para combatir la enfermedad. «No creo que estas campañas mundiales tengan consecuencia en las personas ni en las comunidades», declaró. (FIN/IPS/tra-en/mmm/js/aq/he/00

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