Expertos internacionales encabezados por la Unesco están reunidos en la capital de Kenia para discutir sobre prácticas y creencias tradicionales que favorecen la propagación del virus del sida en países pobres, en particular en Africa.
Los expertos, en su mayoría de naciones en desarrollo, buscan alternativas a costumbres como la poligamia, que fomentan la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Esas tradiciones son muy fuertes en Africa, donde viven 70 por ciento de todas las personas infectadas.
La conferencia de Nairobi es la continuación de la iniciativa piloto de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) por un enfoque cultural, destinado a desarrollar un enfoque multidimensional hacia el complejo fenómeno socioeconómico del VIH/sida.
«Adoptar un enfoque cultural hacia esa enfermedad significa considerar a la cultura como el núcleo de cualquier transformación socioeconómica», dijo Paul Vitta, jefe regional de la UNESCO.
El abordaje cultural de la epidemia de VIH/sida se inició en los años 90, cuando la agencia empezó a explorar las interacciones entre cultura y desarrollo, tras lo cual se embarcó en otro enfoque cultural respecto del desarrollo.
La relación entre estas áreas es mucho más evidente en la crisis del sistema familiar, con la separación de esposos y el abandono de hijos como resultado de la extrema pobreza, mientras la cultura del silencio frustra los esfuerzos para frenar la propagación del VIH, causante del sida.
En India, el sexo sigue siendo un tema tabú. «La sociedad india fue históricamente abierta acerca de la sexualidad, pero algo cambió. Ahora, mencionar educación sexual en las escuelas hace estremecer a todos», se quejó Shgankar Chowdhury, asesor de la Unesco en Nueva Delhi.
«El temor que siente la mayoría de la gente es que sus hijos puedan aprender a practicar el sexo, en lugar de preocuparse de la responsabilidad sexual y la higiene», expresó Chowdhury.
La situación no es muy diferente en los países de Africa subsahariana, que comparten muchas costumbres tradicionales, incluso la poligamia y otros aspectos culturales referidos al género.
En Africa occidental, la creencia de que una mujer no puede tener contacto íntimo con el marido en el período posterior al parto y cuando amamanta al hijo obliga al hombre a buscar alternativas extraconyugales y configura una de las prácticas con más responsabilidad por la difusión de la enfermedad.
«La gente ha hecho muchos estudios sobre las mujeres y las culpan por el flagelo pero, ¿qué pasa con los hombres?», demandó Taiwo Lawoin, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ibadan, Nigeria.
«Los hombres están ampliamente involucrados en la difusión del VIH y eso debe ser reconocido si se pretende lograr algún éxito», dijo. Este año, la consigna para el día del sida es «Los hombres y el sida».
Con más de 500 decesos diarios vinculados al sida, Kenia es uno de los países de Africa subsahariana más impactados por el flagelo, atribuido sobre todo a creencias enrraizadas y prácticas tradicionales que influyen en la conducta sexual.
La persistente desigualdad y discriminación de género no solamente ha conducido a la violencia doméstica y sexual, sino tambien a la prostitución forzada.
En Etiopía, la mutilación genital femenina es uno de los mayores obstáculos que enfrentan los esfuerzos de lucha contra el VIH/sida.
«Nuestra sociedad es un mosaico de culturas y diferentes grupos étnicos, pero la mujer soporta el peso de matrimonios precoces y obligados, ser esposa por herencia y también sufrir la poligamia y casamientos por rapto», lamentó Mitike George, presidenta de la Sociedad de Mujeres contra el Sida de Addis Abeba.
La conferencia destacó que la noción de «grupo de riesgo» se ha vuelto casi irrelevante en Africa subsahariana, donde más de un tercio de la población está afectada por el VIH.
En los años 80, en cambio, los altos índices de infección eran asociados exclusivamente con ciertos grupos, en particular los homosexuales, hombres y mujeres que ejercen la prostitución y los trabajadores migrantes.
El período posterior a la guerra fría fue escenario de las mayores corrientes migratorias en Africa, con aumento de los conflictos armados y ruptura de lazos culturales de identidad de la gente con sus grupos originarios.
Sin embargo, hay todavía elementos positivos en algunas culturas, como por ejemplo la circuncisión masculina que, según los expertos, disminuye considerablemente el riesgo de infección.
La conferencia también está examinando los fuertes vínculos familiares en Asia y Africa que, si bien en algunos aspectos es una carga, en otros han contribuido positivamente al cuidado de los infectados dentro de la sociedad.
«En otras palabras, la relación entre cultura y VIH/sida puede ser perjudicial o deseable», expresó Makota.
«Por lo tanto, deben realizarse esfuerzos para identificar y documentar normas tradicionales, creencias y prácticas que influyen en la transmisión o la contención del VIH», dijo. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/ego/mlm/he-cr/00