El ingreso hoy a un hospital privado del primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, para ser sometido a una operación en la rodilla, aumentó los problemas de cohesión de la coalición gobernante, formada por 21 partidos.
La internación de Vajpayee en la ciudad costera occidental de Mumbai se produjo en un momento poco oportuno para su Alianza Nacional Democrática (NDA, por su sigla en inglés), la cual necesita las habilidades del primer ministro para evitar que un integrante clave de la coalición abandone el gobierno.
Según los médicos, el gobernante deberá permanecer en el hospital hasta comienzos de la semana próxima, y recién entonces estará en condiciones de intentar pacificar el ánimo de Mamta Banerjee, una dirigente del Partido del Congreso Trinamul (de Base).
Banerjee y Ajit Kumar Panja, otro dirigente del mismo partido, presentaron renuncia a sus cargos como ministra de Ferrocarriles y viceministro de Relaciones Exteriores, respectivamente, tras el aumento de precios de productos derivados del petróleo que el gobierno decidió a fines del mes pasado.
La ministra retiró su renuncia la semana pasada, luego de recibir un fax de Vajpayeee en el cual el primer ministro le dijo que el aumento de precios podía ser reconsiderado luego de su operación.
Eso ratificó la influencia del primer ministro en la coalición, pero analistas políticos afirmaron que la verdadera causa de las dimisiones se vinculó con cuestiones de política local en el estado nororiental de Bengala Occidental, fronterizo con Bangladesh, del cual provienen ambos renunciantes.
Se afirma que Banerjee va camino de acercarse al Partido del Congreso, el mayor en la oposición, del cual se escindió hace tres años con el argumento de que no enfrentaba con el vigor necesario al gobierno local comunista de Bengala Occidental, el cual está a punto de marcar un récord de 25 años en el poder.
Poco después de esa escisión, acompañada en diciembre de 1997 del Partido Trinamul del Congreso, Banerjee se alió con el nacionalista y pro hindú Partido Bharatiya Janata (BJP, por su sigla en inglés) de Vajpayee, junto al cual participó en dos elecciones nacionales.
Sin embargo, observadores políticos apuntaron que Banerjee comienza a tener problemas por su alianza con el BJP en Bengala Oriental, donde predomina una mentalidad laica.
Se afirma que Banerjee piensa ahora que su única esperanza para desalojar a los comunistas del poder en Bengala Occidental es el Partido del Congreso, el cual mantuvo un importante caudal de adhesiones en ese estado tras la escisión de 1997.
Vajpayee no ha atendido reiteradas demandas de intervención del gobierno federal en la administración local de Bengala Oriental, planteadas por Banerjee, quien arguye que es necesario adoptar medidas de emergencia ante el quebranto de la ley y el orden en ese estado.
La situación invocada por Banerjee para justificar sus pedidos de intervención federal es el enfrentamiento entre izquierdistas y simpatizantes del Partido Trinamul del Congreso, en el marco de la campaña para las elecciones legislativas que se realizarán dentro de seis meses.
Las demandas de Banerjee no cuentan con apoyo de otros importantes aliados de Vajpayee. Se oponen en especial al pedido de intervención los partidos Telugu Desam y Dravida Munnetra Kazhagam, gobernantes de los estados meridionales de Andhra Pradesh y de Tamil Nadu, respectivamente.
Ambos partidos se oponen con vehemencia a la adopción de medidas de emergencia en Bengala Occidental, porque se consideran «víctimas» de anteriores intervenciones federales en sus estados, realizadas cuando el gobierno federal era ejercido por el Partido del Congreso.
La política moderada de Vajpayee fue crucial para que el BJP alcanzara el gobierno federal en marzo de 1998, mediante alianzas con partidos regionales y locales, que antes se oponían a su programa nacionalista y confesional.
En una convención del BJP realizada el mes pasado, Vajpayee se impuso a la fracción radical del partido, descontenta con la moderación del primer ministro, su «tolerancia» ante los musulmanes y sus políticas de liberalización.
La influencia de Vajpayee fue evidente cuando el nuevo presidente del BJP, Bangaru Laxman, un integrante de la casta más baja de India, declaró que consideraba a los integrantes de la minoritaria comunidad musulmana como «carne de su carne y sangre de su sangre».
Desde que el BJP llegó al gobierno federal en 1998, se ha visto obligado a archivar algunas de sus promesas electorales para no irritar a sus aliados, entre ellas la construcción de un templo hindú en la ciudad septentrional de Ayodhya, en el lugar en el cual fue demolida la mezquita de Babri.
También quedó en suspenso la anunciada elaboración de un código civil común para todos los grupos religiosos del país.
La fracción radical del BJP todavía aboga por esas iniciativas, pero incluso sus integrantes reconocen que la permanencia de Vajpayee en el gobierno se debe al apoyo de los socios regionales y locales de la coalición.
Recientes derrotas del BJP en elecciones de autoridades locales también han hecho que ese partido considere conveniente moderar sus iniciativas pro hindúes. Una de esas derrotas se produjo en comicios del estado noroccidental de Gujarat, al cual se consideraba uno de sus bastiones. (FIN/IPS/tra- eng/rdr/mu/mp/ip/00