El mercado petrolero internacional reaccionó con alzas de precios ante el deterioro de la situación política en Medio Oriente, y las cotizaciones se acercan a los niveles de la guerra del Golfo (1991).
El Ministerio de Energía de Venezuela confirmó este viernes subidas en todos los crudos marcadores del mercado internacional, cuyos actores siguen con atención, además del conflicto en Medio Oriente y la cercanía del invierno boreal, una huelga de trabajadores petroleros venezolanos.
La cesta de siete crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cerró la semana del 9 al 13 de octubre con un alza, y así sucedió también con otros dos de los combustibles de referencia, el West Texas Intermediate y el Brent del Mar del Norte.
La cesta de la OPEP subió 1,84 dólares al pasar a 30,93 dólares por barril en la semana concluida este viernes, en que recrudeció el conflicto palestino-israelí. La semana pasada, el precio fue de 29,09 dólares.
El barril de 159 litros del West Texas Intermediate se elevó 2,02 dólares, mientras que el Brent del Mar del Norte tuvo un alza de 1,90 dólares en la semana.
La subida más pronunciada se vivió este jueves, cuando el estadounidense West Texas se cotizó por encima de los 36 dólares por barril, en tanto el Brent alcanzaba un nivel en torno a los 35 dólares, un precio inédito para este crudo en la última década.
El West Texas Intermediate también se acercó a su máximo nivel en una década, de más de 37 dólares, un precio que también había alcanzado el 20 de septiembre en un momento de "especulación en el mercado", según la OPEP.
El conflicto palestino-israelí podría afectar el suministro de petróleo a los países industrializados, según analistas petroleros. Al panorama se suma la explosión de un barco estadounidense en Yemen, atribuida por Washington a un atentado terrorista.
Estos precios sólo tienen comparación con los vigentes durante la guerra del Golfo, y están bastantes alejados del promedio de 1999, alrededor de 17 dólares por barril.
Ahora también incide la inminente llegada del invierno al hemisferio norte, donde se ubican la mayoría de los países industrializados. En estos meses se suele registrar alzas de precios, pues esos países son los principales consumidores de energía y requieren suministro adicional.
En Venezuela, mientras, la huelga de los trabajadores petroleros "no ha afectado los suministros", según la empresa estatal Petróleos de Venezuela, si bien constituye otro foco de perturbación. Este país es actualmente el segundo abastecedor de Estados Unidos, detrás de Arabia Saudita.
La OPEP, que maneja 40 por ciento del mercado internacional, esperaba un comportamiento moderado de los precios con tendencia a la estabilización, en una banda de entre 22 y 28 dólares por barril.
Esto fue remarcado en la segunda cumbre de la organización, que tuvo por sede a Caracas hace tres semanas.
De hecho, la OPEP decidió colocar otros 800.000 barriles por día desde el 1 de octubre como demostración de su interés en lograr precios menores a los actuales.
Ni esa decisión, ni la determinación de Estados Unidos de colocar en el mercado parte de sus reservas estratégicas, tuvieron incidencia significativa en los vaivenes del mercado, que tuvo un par de semanas de tranquilidad después de la cumbre petrolera de Caracas.
La OPEP celebrará una reunión ministerial extraordinaria el 12 de noviembre con el fin de evaluar el comportamiento de los precios. La organización anunció que le es posible colocar otros 500.000 barriles diarios si eso es necesario para que caigan las cotizaciones.
Mientras, en la actual coyuntura del conflicto entre Israel y Palestina existe inquietud por la decisión estadounidense de colocar en el mercado 30 millones de barriles de los 571 millones que constituyen sus reservas estratégicas.
Una eventual agudización de la crisis en Medio Oriente haría más necesario que nunca ese crudo para Estados Unidos. (FIN/IPS/ac/mj/if/00