MEDIO ORIENTE: Cumbre árabe decepciona a palestinos

Activistas y observadores criticaron a los 14 líderes árabes que se reunieron el fin de semana en esta capital por limitar su ayuda a los palestinos al ámbito económico y no adoptar ninguna medida significativa contra Israel.

Los líderes denunciaron a Israel por su agresión contra la población palestina y pidieron la formación de un tribunal de crímenes de guerra de las Naciones Unidas para investigar esas acciones, pero se abstuvieron de cortar sus relaciones diplomáticas con ese país.

Desde el 28 de septiembre, cuando el líder opositor israelí Ariel Sharon visitó la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén oriental, hay hostilidades entre palestinos y soldados israelíes, que hasta ahora provocaron más de 120 muertes, casi todas de palestinos.

Israel fue condenado por varios países por utilizar fuerza excesiva -balas reales y helicópteros de guerra- contra los palestinos, en su mayoría armados apenas con piedras.

La Cumbre Arabe, realizada el fin de semana, fue un intento de los líderes árabes de adoptar una posición homogénea sobre el tema, pero las conversaciones no ayudaron para nada a los palestinos, según analistas.

La declaración final pide a las Naciones Unidas que proteja a los palestinos en Gaza y Cisjordania, donde tienen lugar los enfrentamientos.

Los mandatarios acordaron detener todos los procedimientos de normalización con Israel, pero respecto de cortar las relaciones diplomáticas con el estado judío -una demanda de manifestantes callejeros de países árabes en las últimas semanas-, dijeron que eso quedaría a criterio de cada país.

La declaración final también establece un fondo de 1.000 millones de dólares para el pueblo palestino.

Doscientos millones se destinarán al Fondo para la Intifada de Jerusalén, para «las familias y la educación de los hijos de los mártires palestinos que sacrificaron su vida en la lucha», anunció el príncipe heredero saudí Abdullah Bin Abdul-Aziz.

El Fondo Al-Aqsa, de 800 millones de dólares, «financiará proyectos que salvaguarden la identidad árabe e islámica de Al- Quds (Jerusalén oriental) y ayudará a nuestros hermanos palestinos a cortar su dependencia de Israel», agregó.

Inmediatamente después de la cumbre, comenzaron las recriminaciones contra los 14 líderes árabes reunidos en El Cairo.

«La cumbre debió encontrar formas de cambiar la situación. Lo que importa no son las palabras, sino lo que ocurre en el terreno», declaró Adel Sabry, periodista del diario opositor egipcio Wafd.

«Es necesario cambiar la situación actual determinando los tipos de compromisos y ayuda hacia los palestinos que puedan tener el mejor impacto, pero los líderes árabes no lo hicieron», lamentó Sabry.

«La cumbre no tomó la decisión más importante, que hubiera sido cortar o al menos congelar temporalmente toda relación entre los países árabes e Israel», observó Ramzy Faris, del partido opositor egipcio Tagmmu.

Agregó que si los países árabes «no son firmes ni amenazan con cortar las relaciones con Israel, el gobierno de Ehud Barak no los tomará en serio».

«Las palabras tibias sólo estimularán a Israel a continuar su salvaje agresión contra nuestros hermanos y hermanas de los territorios ocupados», advirtió Faris.

Mientras la cumbre se acercaba a su fin, el domingo, el primer ministro Barak confirmó una suspensión indefinida de las conversaciones de paz con los palestinos y condenó el «lenguaje de amenazas» de la Cumbre Arabe.

El sábado, algunos líderes árabes utilizaron palabras muy duras contra Israel.

Iraq, representado por el vicepresidente Ezzat Ibrahim y el viceprimer ministro Tareq Aziz, llamaron a una «jihad» o «guerra santa», y la delegación de Libia se retiró de la cumbre en su primer día por considerar que no había voluntad de tomar medidas firmes contra Israel.

Siria y Egipto, el país anfitrión, adoptaron una actitud más moderada.

«Mientras nosotros buscamos la paz, ellos buscan la guerra. Nosotros elegimos la paz como opción estratégica, pero para Israel se trata de una táctica», declaró el presidente sirio Bashar Al- Assad.

«El castigo colectivo, el aislamiento de ciudades, el cierre de fronteras, el amedrentamiento de civiles inocentes, el asesinato de niños y el suministro de armas a colonos extremistas son prácticas detestables», afirmó el presidente egipcio Hosni Mubarak, quien convocó la cumbre por presión de Estados Unidos.

Pese a las abundantes críticas, algunos observadores consideraron que las decisiones de la Cumbre Arabe fueron adecuadas.

«Aunque los resultados no satisfacen la expectativa popular, podrían ser la base de un acuerdo de paz sin más concesiones», opinó Said Idris, analista político del Centro Al-Ahram del Estudios Estratégicos.

«Creo que la cumbre logró mostrar cierto grado de unidad, y eso obligará al gobierno israelí a detener sus ataques contra los palestinos», agregó Idris.

La unidad árabe quedó demostrada con la primera participación de Iraq en una cumbre regional desde que ese país invadió Kuwait en agosto de 1990, según el analista político Jihd Ouda. (FIN/IPS/tra-en/hs/da/mlm/ip/00

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