Las manifestaciones de refugiados palestinos en Líbano de las últimas semanas se diferencian de las anteriores en que los manifestantes, además de ondear banderas palestinas, portan la bandera del grupo islámico Hizbollah.
La bandera es verde y contiene la letra L (inicial de Hizbollah en árabe), de la cual sale un puño que sostiene un rifle Kalishnikov.
Una de las consignas que más se oyen en las manifestaciones es «Ya Nasrallah, dammir, dammir Tel Aviv» (Oh Nasrallah, destruye a Tel Aviv). Sayyed Hassan Nasrallah es el líder máximo de Hizbollah.
Desde el repliegue del ejército israelí del sur de Líbano en mayo último, luego de 22 años de ocupación, los palestinos consideran a Hizbollah, el grupo guerrillero islámico libanés al que atribuyen la liberación de esa región, como un ejemplo a seguir en su lucha contra Israel.
«Cuando Hizbollah logró hacer retirar a Israel del sur de Líbano, sentimos que podíamos hacer lo mismo», dijo un palestino de nombre Abu Shadi, residente en el campamento de refugiados de Ain el Helweh, cerca de la localidad sureña de Sidon.
Este ha sido el ánimo, desde mayo, de muchos refugiados palestinos en Líbano, a la vez contentos por la victoria de Hizbollah y frustrados por no poder alcanzar resultados similares en su lucha contra la ocupación israelí de sus territorios.
También es el ánimo de los palestinos en los territorios ocupados, donde la bandera de Hizbollah fue enarbolada en mayo y los discursos del secretario general del movimiento, Nasrallah, son escuchados con gran atención y aún emitidos por altavoces.
«¿A quién más pueden escuchar que les levante el ánimo?», preguntó Souheil Natour, un miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina residente en el campamento de refugiados de Mar Elias, en Beirut.
«Decepcionados por el proceso de paz, y con muchos de los suyos encarcelados, perciben un apoyo moral en los discursos de Nasrallah», añadió.
El último discurso de Nasrallah, el jueves 5, exhortó a los palestinos a tomar como blanco el punto débil de los israelíes, es decir «el elemento humano».
El líder de Hizbollah exhortó a los palestinos a organizarse y elegir bien sus objetivos, y dijo que todos tienen cuchillos en sus casas que pueden usar para matar a soldados israelíes.
Algunos palestinos se avergüenzan por lo que perciben como una actitud paternalista o de superioridad de Hizbollah hacia ellos, y arguyen que su propia lucha contra Israel es mucho más antigua y por lo tanto no precisan que nadie les enseñe nada.
Otros, en cambio, comparan los resultados de los 50 años de lucha palestina con los 15 de Hizbollah y concluyen que este grupo tuvo mucho más éxito, sin duda.
Pero el jueves último, exactamente una semana después del discurso de Nasrallah, una turba de palestinos enardecidos golpeó y acuchilló hasta la muerte a dos soldados israelíes detenidos en una comisaría de Ramala. Un tercer soldado atacado por la muchedumbre murió posteriormente.
Observadores locales consideran que se trató de una respuesta al llamado de Nasrallah, y aunque los detalles de la detención de los soldados no se conocen, algunos creen que fue un intento de copiar el secuestro por Hizbollah de tres soldados israelíes, el pasado sábado.
Nasrallah anunció el jueves por el canal de televisión Al Jazeera que los tres soldados secuestrados sólo serán liberados a cambio de todos los árabes presos en Israel, entre ellos 19 libaneses. Estos incluyen al líder guerrillero Mustafá Dirani y al clérigo musulmán Sheikh Obeid.
El anuncio también dio esperanzas a los palestinos, porque Hizbollah parece ofrecerles el único camino hacia la libertad de sus propios presos en cárceles israelíes.
«Nasrallah no es sólo un líder religioso para el mundo árabe, sino también un símbolo de resistencia», destacó Ibrahim el Amin, columnista político del diario de izquierda Al Safir.
Además, aunque la mayor parte de los musulmanes del mundo árabe pertenecen a la secta sunita y Hizbollah a la chiíta, el movimiento «supo adaptarse al ambiente islámico (más liberal) de Líbano», destacó Nizar Hamzeh, profesor de la Universidad Americana de Beirut y experto en grupos islámicos.
Hizbollah nació a comienzos de los años 80 en reacción a la ocupación del sur de Líbano por Israel, que había realizado dos invasiones en 1978 y 1982 para poner fin a los ataques de guerrilleros palestinos desde este país.
Con un sistema de jerarquía y disciplina muy estricto, Hizbollah se convirtió en «un respetado partido jihadista (de 'guerra santa') que actúa en política», agregó Hamzeh.
El partido de Hizbollah tiene actualmente 12 miembros en el parlamento libanés y ofrece numerosos servicios sociales y educativos, en su mayoría gratuitos.
Hasta hace 15 días, la dependencia económica de Israel y la existencia de un autogobierno comprometido con una resolución pacífica del conflicto hacían que los palestinos se resistieran a la adopción del modelo de Hizbollah.
Pero tras el bombardeo de Gaza y Cisjordania el jueves, en represalia por el linchamiento de los tres soldados israelíes, es probable que muchos palestinos abandonen esa resistencia. (FIN/IPS/tra-en/kg/sm/mlm/ip/00