ESTADOS UNIDOS: La pesadilla verde de Al Gore

El candidato del Partido Verde de Estados Unidos, Ralph Nader, se ha convertido en la pesadilla del candidato demócrata Al Gore, quien debe invertir tiempo y recursos de su campaña para evitar que ese reformador sin esperanza alguna de triunfo le reste más votos.

El crecimiento de Nader en el Medio Oeste y el Pacífico Noroccidental obligó a Gore a retornar a esas regiones, a las que creía aseguradas hasta hace pocas semanas, para tratar de captar a los indecisos entre él y Nader, en lugar de concentrarse en disputarle votos al candidato republicano George W. Bush.

Los últimos sondeos en Oregon y Wisconsin demostraron que Nader tiene el apoyo de 10 por ciento de los ciudadanos, y que la polaridad se ha vuelto a favor de Bush, actual gobernador de Texas.

Incluso California, considerada un bastión de Gore, no está ahora tan segura para los demócratas debido al «factor Nader», cuando falta apenas una semana para las elecciones.

Desesperados, los demócratas lanzaron una campaña afirmando que «un voto por Nader es un voto por Bush», aunque los ecologistas sostienen que eso es ridículo.

Si bien Gore y Bush siguen corriendo cabeza a cabeza en las encuestas nacionales, los estados individuales son el verdadero terreno de batalla para la presidencia. Eso se debe a que el mandatario no es elegido por voto popular directo, sino por los colegios electorales.

Teniendo en cuenta su población total, cada estado tiene asignado un cierto número de «votos electorales», todos los cuales son emitidos en los colegios a favor del candidato presidencial que reciba la mayor cantidad de votos en ese estado.

Si Nader resta votos a Gore en California, el estado más poblado del país, para darle a Bush la pluralidad, significa que éste ganará los 54 votos electorales correspondientes a ese estado.

El candidato que obtenga al menos 270 votos electorales será el ganador.

La mayoría de los analistas políticos creen que cada candidato tiene actualmente entre 180 y 200 votos electorales, lo que deja un total de 10 estados con un total de 100 votos electorales todavía por decidir. En todo el país, Nader tiene al menos cinco por ciento de los sufragios.

Durante la mayor parte de la campaña, Gore y los principales medios ignoraron a Nader, quien atrajo por primera vez la atención nacional en 1959 cuando, como estudiante de derecho en Harvard, publicó "Inseguro a Cualquier Velocidad", una crítica devastadora a un auto popular fabricado por General Motors.

Eso lanzó su carrera como el más prominente defensor de los consumidores en Estados Unidos.

A partir de allí construyó la base de un imperio de organizaciones no gubernamentales, firmas legales de interés público y grupos de estudio dedicados a que las corporaciones se hagan responsables del bienestar público, de los pobres y del cuidado del ambiente.

En años más recientes, Nader se convirtió en uno de los principales contendientes del modelo de globalización estadounidense. Apoyado por sindicatos obreros y ambientalistas, se opuso a acuerdos comerciales y leyes que no tutelan los derechos de los trabajadores y atentan contra el ambiente.

Nader también pide suspender las ejecuciones de los condenados a muerte y legalizar la marihuana.

También se ha batido tenazmente contra la forma de financiación de las campañas electorales, arguyendo que mediante sus ríos de dinero las corporaciones se han convertido en dueñas de los dos partidos.

El dinero de las multinacionales, según Nader, ha dado como resultado "la total republicanización del Partido Demócrata".

Los dos partidos "venden nuestro gobierno a los patrones de las grandes empresas". Según Nader, "Bush no es nada más que una corporación disfrazada de ser humano".

El candidato ecologista también ha sido implacable con Gore, a quien acusó de haber vendido a los intereses corporativos el medio ambiente y los pobres.

"No hay límite para su traición", dijo Nader sobre el actual vicepresidente. "La única diferencia entre Al Gore y George W. Bush es la velocidad con que sus rodillas golpean el suelo cada vez que las corporaciones llaman a sus puertas".

La aparición de Nader como el único candidato de un tercer partido capaz de decidir el resultado final de las elecciones fue sorprendente para muchos analistas que apostaban por el derechista Pat Buchanan, quien desertó del Partido Republicano para presentarse como candidato del Partido Reformista.

Se cree que Buchanan le restará tantos votos a Bush como Nader lo hará con Gore.

Sin embargo, el ascenso de Buchanan al liderazgo de los reformistas, quienes bajo Ross Perot se adjudicaron 19 y ocho por ciento de los votos en las elecciones de 1992 y 1996, no le dio resultado.

A pesar de la inyección de 12 millones de dólares de fondos federales, sólo tiene uno por ciento de votos a nivel nacional contra cinco de Nader.

Para Nader, que no se hace ninguna ilusión de ganar la presidencia, cinco por ciento es un número mágico y hará que el Partido Verde obtenga financiación del gobierno en las próximas presidenciales.

De cualquier manera, arguyó, si le niega la victoria a Gore, el Partido Demócrata deberá girar a la izquierda precisamente para evitar deserciones hacia los verdes.

Ese razonamiento es fuertemente cuestionado por muchos izquierdistas, que ven a Nader como un alerón y a Gore como "el menor de los males".

Aunque las fuerzas de izquierda concuerdan en que tanto Gore como Bush defienden los intereses corporativos, sobre todo en cuestiones fundamentales como globalización y neoliberalismo, también señalan diferencias cruciales en asuntos clave como los derechos humanos y de las mujeres, recalentamiento global, ambiente y trabajo.

Las fuerzas partidarias de Gore señalaron que algunos de los nueve jueces de la Corte Suprema, cuyo poder es equiparable al Congreso y la presidencia, probablemente dejarán el cargo en los próximos cuatro años, y cualquiera que nombre en su lugar el presidente entrante inclinará la balanza sobre algunos de esos temas.

También citaron la oposición de Gore a los planes de Bush para abrir el área ártica de Alaska a la exploración y explotación petrolera, y construir un costoso programa misilístico de defensa que podría resultar en una carrera armamentista con China y Rusia, como pruebas de la sustancial diversidad entre ambos candidatos.

Además de sus propias apariciones de último minuto en estados donde hay fuerte apoyo a Nader, Gore envió prominentes figuras de izquierda, muchos de los cuales fueron aliados de Nader en cuestiones de globalización, a distritos claves como Oregón, Washington, Minnesota, Wisconsin, Michigan y Pennsylvania.

Gore también envió notorias estrellas de cine y música popular para tratar de neutralizar los distritos electorales más fervorosamente partidarios de Nader, las universidades. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/ego-mlm/ip/00

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