Los flujos de inversión extranjera directa y el papel de las compañías transnacionales en ese proceso de mundialización se han fortalecido este año en dimensión y en alcance, informó una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero detrás de esa tendencia, reflejada en un pronóstico de inversión extranjera directa para este año superior al billón de dólares, se percibe una concentración en el fenómeno de fusiones y adquisiciones de compañías a través de las fronteras.
Esos datos, que patentizan la existencia de un mercado mundial de venta de empresas, surgen del Informe Mundial sobre Inversiones 2000, distribuido este martes por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Aunque en realidad la denominación de fusiones y adquisiciones «es algo exagerada», previno Rubens Ricupero, secretario de la UNCTAD, porque solo un tres por ciento del total de las operaciones de 1999 correspondió a fusiones.
Ni siquiera ese tres por ciento se apega a la realidad, pues en muchos casos se trata del disfraz de absorciones forzadas, aclaró.
El informe de la UNCTAD consigna, como otra característica de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, su alta concentración en términos de geografía, de categoría de países conforme a los niveles de desarrollo y de sectores de actividad.
El fenómeno de las fusiones y adquisiciones transfronterizas se verifica, en 90 por ciento de los casos, en el mundo industrializado y particularmente entre las naciones más ricas.
En la presentación del informe de la UNCTAD, Ricupero aceptó que esa variante de inversiones extranjeras directas también crece en los países en desarrollo, aunque todavía representa montos reducidos en relación con el total mundial.
La concentración alcanza incluso apenas a unos pocos países industrializados, en especial a Estados Unidos y Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Francia y Alemania figuran en expansión como compradores de compañías en el exterior.
En lo que respecta a sectores de actividad, las fusiones y adquisiciones de la industria maufacturera también figuran concentradas en unos pocos productos, como automóviles, químicos y farmacéuticos y alimentos y bebidas.
En el área de servicios, la mayoría de las operaciones se realizan en telecomunicaciones y en servicios financieros.
A través de esa variante de inversión extranjera directa ha surgido un mercado internacional donde se venden y se compran empresas, de la misma manera que ya se operaba con mercancías y servicios.
Los inversionistas extranjeros prefieren ese sistema por su rapidez y porque es la fórmula menos complicada de comprar activos en otros países y, en muchos casos, de adquirir competitividad.
Uno de los ejemplos más indicativos es la ola de adquisiciones, por parte de firmas europeas, de compañias estadounidenses ubicadas en buena posición en el mercado de tecnología de la información, dijo Ricupero en la rueda de prensa de presentación del Informe.
Pero en el fenómeno de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, las facetas positivas se alternan con las negativas. Muchos países receptores expresan preocupación porque representa una transferencia de la propiedad y del control de las firmas, de manos nacionales a extranjeras.
La inversión extranjera directa a través de fusiones y adquisiciones también repercute en esos países en los terrenos del empleo y de la competencia.
El informe de la UNCTAD recordó que, cuando inversionistas japoneses compraron el Rockefeller Center de Nueva York y estudios cinematográficos de Hollywood, se verificaron reacciones de indignación en la prensa estadounidense.
La preocupación que provocan las fusiones y adquisiciones transfronterizas no se reduce a los países en desarrollo. También se registran en los países industrializados y a menudo con mayor vehemencia, sostuvo el estudio.
El informe menciona que también causa inquietud en los países en desarrollo la diferencia entre la simple compra de activos a través de las fusiones y adquisiciones transfronterizas, comparada con las inversiones en nuevas instalaciones.
La UNCTAD sostuvo que las inversiones en nuevas instalaciones son más atractivas y favorables para los países en desarrollo pues agregan capacidad productiva donde antes nada existía.
Esa variedad de inversiones tiende a crear empleo, favorece la capacitación de la mano de obra y el aporte tecnológico, defendió Ricupero.
Las consecuencias de las inversión extranjera directa aparecen con mayor peso a corto plazo pero tienden a disminuir a largo plazo, porque pueden ser influenciadas por las políticas que los países aplican.
Por ese motivo, la UNCTAD recomienda la adopción de políticas de competencia apropiadas. A la agencia de la ONU le corresponde la función de evaluar la perspectiva de desarrollo de la legislación sobre competencia y de ayudar a los países del Sur a adoptar las reglas adecuadas, dijo Ricupero. (FIN/IPS/pc/mj/dv if/00