DESARROLLO: Erradicación de la pobreza es difícil, pero posible

La deuda externa, la reducción de la ayuda para el desarrollo, la volatilidad de los mercados y las guerras socavan la campaña mundial para reducir la pobreza absoluta a la mitad en el 2015, un objetivo considerado ambicioso pero no imposible por funcionarios de la ONU.

«Al mundo no le faltan buenas intenciones para erradicar la pobreza», declaró Harri Holkeri, de Finlandia y presidente de la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Pero la cantidad de pobres sigue en aumento, agregó.

En la Cumbre de Desarrollo Social de Copenhague celebrada en 1995, los gobernantes del mundo se comprometieron a reducir a la mitad el número de pobres para el 2015.

El Grupo de Siete países más ricos reiteró ese compromiso en la cumbre celebrada en Japón en julio, al igual que hicieron más de 180 gobernantes en la Cumbre del Milenio realizada en Nueva York el mes pasado.

«Aprecio las numerosas iniciativas y programas realizados por la ONU, sus organismos especializados, gobiernos y actores de la sociedad civil. Pero hasta el momento, no hemos hecho lo suficiente», reconoció Holkeri.

En ocasión del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, el lunes 23, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, señala que, aunque el objetivo internacional es ambicioso, «no es utópico ni imposible».

«Tenemos el conocimiento y los medios para lograrlo. Lo que falta es la voluntad», agregó.

En el mundo industrializado, eso significa la voluntad de reducir la deuda externa de los países pobres, remover barreras proteccionistas a las exportaciones de esos países y destinar más que una fracción mínima del ingreso a la ayuda para el desarrollo.

En muchos países en desarrollo, significa la voluntad para combatir la corrupción, poner fin a las guerras y reforzar el buen gobierno, agregó.

En la actualidad hay 1.200 millones de personas que viven por debajo de la línea de pobreza absoluta con menos de un dólar por día, y casi 3.000 millones de personas con menos de dos dólares por día, frente a la población total de 6.000 millones, según el Banco Mundial.

«Incluso estas cifras no captan la humillación, la impotencia y el brutal sufrimiento que es la vida diaria de los pobres del mundo», destacó Annan.

En todo el mundo, la proporción de gente que vive en la pobreza absoluta se redujo de 29 por ciento en 1987 a 26 por ciento en 1998, aunque el número real prácticamente no se modificó, con 1.200 millones de personas.

La reducción en la incidencia de la pobreza se atribuye a los avances en Asia, sobre todo en China, aunque el progreso se revirtió durante la crisis financiera desatada en julio de 1997, y parece haberse estancado en China.

La evolución en Africa, América Latina y el sur de Asia sólo revela poco o ningún cambio favorable, mientras el número de personas que viven en la pobreza en estas regiones aumentó.

Stephen Browne, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dijo que el éxito de China se debe a que es una sociedad relativamente igualitaria donde el rápido crecimiento se expresó en una rápida reducción de la pobreza.

En países menos equitativos, los resultados son menores, incluso nulos, agregó.

El Informe sobre la Pobreza del Mundo, publicado en julio por el Banco Mundial, reveló que 74 millones de personas se sumaron a las filas de pobres en Africa subsahariana en 1998, alcanzando 291 millones en la zona.

En América Latina, la cifra aumentó de 64 a 78 millones. En Asia meridional hay 522 millones de personas que viven en la pobreza absoluta. El mayor incremento se produjo en Europa oriental y en las antiguas repúblicas soviéticas, donde pasó de siete millones a 24 millones en 1998.

Browne dijo a IPS que el cumplimiento del objetivo internacional depende de muchos factores.

«La reducción de la pobreza empieza por casa. Se podría avanzar mucho con los recursos existentes de haber más estabilidad, menos conflictos y un mejor uso de esos recursos, así como la voluntad para alentar a la gente a participar más activamente en la vida económica», dijo.

En el plano nacional, la reducción del gasto militar liberaría recursos para la educación, la salud pública, el agua y otros servicios sociales, dijo.

La reducción de la deuda externa y un mayor acceso a los mercados internacionales de los productos de los países pobres también ayudaría, si a esos recursos se les diera un uso productivo, agregó.

Así mismo, la ONU también considera que el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y la globalización sin controles también aumentan la pobreza.

El Administrador del PNUD, Mark Malloch, señala que el sida no es sólo una enfermedad devastadora, sin un gran impedimento para el desarrollo económico.

La globalización es promovida como una fuerza que podría erradicar la pobreza, «pero el significado de la globalización debe ser más que crear mayores mercados, y la experiencia confirma que el crecimiento por sí solo no puede reducir la pobreza y la desigualdad en el ingreso», argumentó Annan.

«La política económica se debe combinar con políticas sociales efectivas dirigidas a lograr la educación universal, la salud para todos y la igualdad de género».

«Esto es esencial si la globalización ha de funcionar para todos los pueblos del mundo y si hemos de cumplir el objetivo de reducir a la mitad la proporción de gente que vive en la pobreza para el año 2015», destacó.(FIN/IPS/tra-en/td/da/aq/dv/00

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