Las ejecuciones arbitrarias, sumarias y extrajudiciales ocurren en todo el mundo y la situación de los derechos humanos es desoladora, advirtió una representante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Las ejecuciones arbitrarias y extrajudiciales no cesaron ni disminuyeron, y siguen ocurriendo en todo el mundo», dijo la paquistaní Asma Jahangir, portavoz de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Jajangir dijo estar «horrorizada» por la situación en determinados países, donde la violación del derecho a la vida se ha convertido en algo común. «Los gobiernos de esas naciones no están preparados ni capacitados para acabar con estos abusos», afirmó.
Jahangir consideró «inaceptable» que algunos gobiernos justifiquen o ignoren las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo por sus fuerzas de seguridad, en especial contra integrantes de grupos armados opositores.
En un informe de 13 páginas hecho público el martes, Jahangir señala que más de 1.250 personas fueron asesinadas el año pasado por fuerzas de seguridad y grupos paramilitares en 16 países.
Estas naciones son: Angola, Birmania, Brasil, Burundi, Colombia, República Democrática de Congo, Gambia, Honduras, India, Indonesia, México, Rusia, Senegal, Sierra Leona, Sri Lanka y Yugoslavia.
«Existe una clara tendencia creciente en el número de ejecuciones extrajudiciales hechas por fuerzas de seguridad y grupos armados apoyados o tolerados por los gobiernos», señala el informe.
Jahangir destacó el alarmante aumento de las ejecuciones de niños y jóvenes sin hogares en Honduras, donde desde 1998 más de 300 fueron asesinados. Criticó a las autoridades hondureñas por no haber tomado aún acciones concretas para frenar estos crímenes.
Jahangir recibió denuncias de amenazas de muerte y ejecuciones a activistas, periodistas, abogados y maestros que trabajan en la defensa de los derechos humanos en todo el mundo.
Cuenta ya con una lista de 133 casos documentados ocurridos en Argentina, Bolivia, Brasil, Burkina Faso, Chile, Colombia, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Pakistán, Perú, Sri Lanka y Yugoslavia.
Jahangir también recibió «informes inquietantes» sobre ataques deliberados a refugiados y a civiles desplazados en conflictos internos, como los de Colombia, Birmania, República Democrática de Congo, Sri Lanka, Timor Oriental y la provincia serbia de Kosovo, en Yugoslavia.
«Parece que tomar a los civiles como un objetivo de guerra se ha convertido en parte de las tácticas empleadas por las partes involucradas en los conflictos armados», sostuvo.
Jahangir también denunció el aumento de los «asesinatos de honor», en los que los esposos matan a sus mujeres cuando éstas les han sido infieles o han sido violadas. «Estos crímenes van en contra del derecho a la vida, y son perdonados o ignorados por las autoridades», afirmó.
La pasividad del Estado y la adopción de sistemas legales ineficaces son las principales causas de que este tipo de violaciones a los derechos humanos sigan ocurriendo, sostuvo.
Los casos de impunidad sistemáticos y más alarmantes se dan en países donde las decisiones judiciales son ignoradas por el gobierno, o donde las cortes son meros instrumentos en manos del gobierno que perdona o apoya los abusos, agregó. (FIN/IPS/tra-en/td/da/rp/aq/hd/00