El empleo de flores para el tratamiento de enfermedades tuvo un crecimiento considerable en Cuba, cuyas autoridades lo incluyeron en 1999 entre los métodos naturales y tradicionales complementarios de la medicina convencional.
La floroterapia, reconocida en 1976 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es definida como un sistema médico terapéutico que utiliza esencias de flores silvestres capaces de actuar integralmente en enfermedades tanto psíquicas como físicas.
"Mis dolencias no se eliminaron de un día para otro, pero poco a poco comencé a sentirme mejor con la terapia floral de la psicóloga de mi policlínica", comentó María Caridad Díaz, profesora, quien recurrió a este método por recomendación especial de una amiga.
Díaz aseguró que su asma tuvo una notable disminución y que ahora duerme "prácticamente toda la noche, hasta que suena el despertador".
El método se prescribe en todas las clínicas de medicina natural del país, especialmente en tratamientos de la hipertensión arterial, enuresis del niño (micción involuntaria nocturna), síndromes depresivos, adicciones, dolores reumáticos y articulares, asma bronquial y en procesos virales.
Las esencias son resultado de un proceso de recolección y tratamiento, preferentemente de flores silvestres en zonas libres de contaminación ambiental, dijo la doctora Gladys Fallat, especialista en Homeopatía y Terapia Floral, entrevistada por la prensa estatal cubana.
Fallat citó como ejemplos la esencia Hombeam, utilizada para el cansancio físico y psíquico, procedente del hojarazo (Carpinus betulus) o la Honey Suckle, de la madreselva (Lonicera caprifolium), que cura la nostalgia.
La vía oral es la más frecuente, aunque también se emplea en forma de crema para uso tópico, en fomentos (compresas), gotas oculares y para los oídos y en atomizaciones.
El tiempo de tratamiento depende de un buen diagnóstico y del cumplimiento de las indicaciones por parte del paciente, añadió la doctora Fallat, jefa del Grupo Nacional de Homeopatía, Terapia Floral y Microdosis del Ministerio cubano de Salud.
Los especialistas cubanos en floroterapia son médicos o psicólogos, y también se capacita a farmacéuticos, estomatólogos y enfermeras para lograr el adecuado desarrollo de este recurso alternativo, resaltó Fallat.
La psiquiatra infantil y juvenil Norma Fernández Hernández optó por la floroterapia para muchos de sus pacientes de la clínica de adolescentes donde trabaja porque facilita una "cura suave, indolora y benigna".
Además, estos remedios actúan por acción física y no química, de modo que no habría daño para el paciente aun en caso de usar una sustancia errónea pues "la vibración de la flor no funciona si la emoción correspondiente está en equilibrio", añadió Fernández.
La medica explicó que cada flor tiene la propiedad de desbloquear la lesión objeto de la atención del terapeuta, como, por ejemplo, timidez, miedo, inseguridad, dificultades cualitativas en el aprendizaje.
"Una vez que el niño comienza a ingerir la dosis indicada mediante gotitas, casi de inmediato disminuye la acción de su problema y en esa misma medida su equilibrio va restableciéndose", comentó.
En declaraciones a la revista Bohemia, Fernández recomendó gotas de Larch para los niños inseguros, con baja autoestima y que presiente el fracaso desde antes de comenzar sus clases en la escuela.
Para los hiperactivos, irritables e intolerantes receta el Impatients, en tanto la esencia de la flor Elm beneficia a los abrumados por sobrecarga de estudios o de responsabilidades o a quienes se sienten incapaces de aprobar un examen.
El sistema más usado en la isla es el del doctor Edward Bach, médico británico que hace 70 años descubrió las bondades curativas de 38 flores, halladas en su mayoría en los alrededores de su casa de campo en el condado de Oxfordshire.
Según especialistas, las tinturas madre de las flores de Bach siguen preparándose a partir de las plantas seleccionadas por ese médico, que incluso son recogidas en los mismos lugares en que fueron descubiertas por él.
Entre los países con mayor desarrollo en el empleo de la terapia floral figuran Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Suiza.
En América Latina, Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú y Venezuela son las naciones donde la terapia floral refleja un avance considerable.
El auge de la medicina tradicional y natural en Cuba desde los años 90 contribuyó a atenuar el efecto de la crisis económica en los servicios de salud, garantizados de forma gratuita para toda la población de más de 11 millones.
Alrededor de 20 por ciento de las personas asistidas en el sistema primario de atención reciben en la actualidad algún tratamiento o medicamento natural, según datos oficiales. (FIN/IPS/pg/mj/he/00