La mayoría republicana del Congreso de Estados Unidos puso en marcha un proyecto legislativo que permitirá a las compañías de este país vender alimentos y medicinas a Cuba, pero convertirá en ley la prohibición de viajar a la isla.
De esta manera, el Congreso, dominado por el opositor partido republicano, contempló los intereses agrícolas que desean levantar el embargo comercial contra Cuba y también a la comunidad de exiliados cubanos que defienden la medida impuesta hace 38 años contra el gobierno de Fidel Castro, a pesar de la creciente oposición al embargo en este país.
«A pesar de toda la presión contra nosotros, hemos alcanzado una tremenda victoria al congelar la prohibición del turismo estadounidense a la Cuba de Castro», declaró la representante Ileana Ros Lehtinen, de Miami.
El acuerdo se alcanzó el jueves entre líderes republicanos del Senado y la Cámara de Representantes como parte de un proyecto de ley de asignaciones presupuestarias para el sector agrícola, que será votado y seguramente aprobado por ambas cámaras la próxima semana.
El proyecto también levanta la prohibición a la venta de alimentos y medicinas a otros países considerados terroristas por Washington, como Corea del Norte, Irán, Libia y Sudán.
La minoría del gobernante partido demócrata que negoció el proyecto se opuso a la propuesta republicana porque no levantó las restricciones de viaje a Cuba.
«No puedo creer la increíble arrogancia de un gobierno que le dice a los seres humanos a dónde pueden y no pueden viajar. Esto viola un derecho humano básico», declaró el representante demócrata David Obey.
El acuerdo entre republicanos culmina un año en que la política hacia La Habana estuvo dominada por el caso de Elián González, el niño cubano de seis años cuya custodia fue disputada durante meses por familiares en Estados Unidos y por su padre en Cuba desde que llegara a este país cuando naufragó la embarcación clandestina en la que viajó desde Cuba.
Elián, cuya madre se ahogó en el naufragio, finalmente volvió a Cuba con su padre. La opinión pública estadounidense, según sondeos, respaldó el resultado final y se opuso al intento de la familia de alejar al niño de su padre.
Varios grupos de intereses protagonizaron una campaña de tres años para profundizar las relaciones con Cuba. Entre ellos estaban la Cámara de Comercio, representantes agrícolas que buscan nuevos mercados para sus productos, y organizaciones religiosas y humanitarias que proponen un mayor relacionamiento con La Habana como forma de fomentar la democracia en el país.
Aunque el gobierno de Bill Clinton liberó gradualmente las restricciones a las relaciones con Cuba, se mantuvo fuera de la discusión legislativa.
El vicepresidente Al Gore y candidato a las elecciones presidenciales de noviembre tiene gran apoyo en Florida, donde vive gran parte de la población cubano-estadounidense y considerado un estado clave para las elecciones, debido a su firme postura contra Castro.
En entrevista con el diario The New York Times, Gore se describió como un «crítico de Castro» que se opone a toda «apertura» hacia su gobierno.
La campaña para liberalizar las relaciones tiene la oposición por las fuerzas anticastristas lideradas por la Fundación Nacional Cubano-Americana y sus aliados en la mayoría republicana de la Cámara de Representantes.
Finalmente, la postura anticastrista primó esta semana entre los republicanos del Senado, aunque al menos dos senadores habían votado a favor de una enmienda que permitiera las ventas y los viajes sin condiciones a Cuba.
El proyecto finalmente adoptado permitirá a las compañías estadounidenses vender alimentos y medicinas a Cuba, siempre que las transacciones no sean financiadas por el gobierno ni los bancos de Estados Unidos. El Presidente podrá no acatar esa condición en el caso de otros países considerados terroristas, pero no para Cuba.
Debido a esta cláusula, la mayoría de los analistas considera que las ventas estadounidenses a Cuba serán mínimas. «Si no hay crédito de los bancos estadounidenses, será muy difícil abrir el comercio», declaró Wayne Smith, del Centro de Política Internacional y ex jerarca diplomático de Washington en La Habana.
En caso de «aprobarse este proyecto de legislación bajo estas condiciones discriminatorias y humillantes, Cuba no realizará transacción comercial alguna con Estados Unidos», declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano.
En cuanto a la posibilidad de viajar a Cuba, el proyecto agrega a los agentes comerciales agrícolas a la lista de ciudadanos de Estados Unidos, que incluye a académicos y periodistas, que podrán viajar a territorio cubano.
Pero, simultáneamente, convierte en ley las restricciones existentes, que hasta el momento podían ser evitadas para determinados casos, según decisión presidencial. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip-if/00