El gobierno de Turquía avanzó hacia las condiciones requeridas para su ingreso a la Unión Europea (UE), pero debe aplicar medidas concretas para garantizar los derechos básicos de sus ciudadanos, observaron activistas.
"El respeto a los derechos de las personas, a las minorías, a la democracia en general, no están todavía al alcance de la mano", declaró en Bruselas el presidente honorario de la Asociación Turca de Derechos Humanos (IHD), Akim Birdal.
Turquía tiene en preparación un programa para mejorar la situación de los derechos humanos en el país que, según el gobierno, no está vinculado con su ingreso a la Unión Europea.
"Si es verdad o no, queremos ver que se respete ese programa y se apoye con nuevas leyes. Los primeros pasos que Ankara debería dar serían declarar una amnistía general, porque las cárceles están superpobladas, y abolir la pena de muerte", dijo Birdal el miércoles.
La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, está dando los últimos retoques a un documento sobre los requisitos de acceso al bloque continental para Turquía, cuya aprobación final está prevista para noviembre.
En junio de 1993, los ministros de la UE reunidos en Dinamarca convinieron que los candidatos para ingresar a la Unión debían satisfacer diversas condiciones políticas y económicas que se conocieron como "Criterio de Copenhague".
En términos amplios, ese criterio requiere que el país candidato logre "estabilidad de las instituciones que garantizan la democracia, el imperio de la ley, los derechos humanos, y el respeto y la protección de las minorías", antes que las negociaciones formales para el ingreso puedan realizarse.
En septiembre de 1999, Birdal, quien fue encarcelado por un discurso que pronunció como presidente de la IHD, fue liberado antes de la cumbre de la UE en Helsinki, prevista para diciembre, pero fue arrestado nuevamente a comienzos de este año.
Los grupos defensores de los derechos humanos consideraron la excarcelación de Birdal el año pasado y la amnistía parcial para los periodistas como una maniobra del gobierno para evitar un bochorno durante la cumbre.
Los activistas están presionando a Ankara para que realice enmiendas en la Constitución en los próximos seis meses que garanticen el derecho a la libertad de expresión y que los ciudadanos no sean juzgados por tribunales militares, sino civiles e independientes.
En los últimos ocho meses, más de 400 personas fueron torturadas bajo custodia policial, señaló Birdal al presentar el informe "Criterio Político de Copenhague y Turquía", elaborado por su asociación.
En un informe conocido el mes pasado, la organización Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, acusó a Turquía de emplear la tortura en forma sistemática, violar la libertad de expresión y el derecho al idioma de las minorías, restringir el uso de turbantes, y no proteger adecuadamente a los refugiados.
HRW urgió a la UE a elaborar un detallado plan de ingreso para Turquía, evitando ambigüedades, dado que Ankara "tiene un largo historial de evasión de los problemas y aplacamiento de las críticas con medidas tibias y gestos vacíos".
Los países que desean pertenecer a la UE no deben solamente suscribir los principios democráticos y el imperio de la ley, sino ponerlos en práctica cada día, establece el Criterio de Copenhague.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo adoptó la semana pasada por abrumadora mayoría el informe del diputado francés Philippe Morillon sobre el estado de las negociaciones de admisión con Turquía.
Según ese informe, Turquía no satisface actualmente el Criterio de Copenhague.
El informe de Morillon exige a Ankara realizar esfuerzos para democratizar las instituciones, especialmente respecto de la separación de poderes -dada la ingerencia de los militares en la vida política turca-, y aplicar las convenciones de la ONU sobre derechos políticos, cívicos y socioculturales.
Los parlamentarios europeos aprobaron la adopción por Ankara de un informe del Consejo Supremo de Coordinación de Derechos Humanos, que propuso reformas constitucionales, como "un documento de trabajo".
La Comisión de Relaciones Exteriores exigió que se implementen medidas concretas para proteger los derechos de las minorías y asegurar la libertad de expresión y asociación, así como la independencia de los medio de comunicación.
El Criterio de Copenhague tambien establece que la integración de las minorías a la sociedad es una condición de estabilidad democrática, y la cuestión kurda ya ha estado demasiado tiempo en la agenda internacional y constituye un punto focal de críticas contra Turquía.
En opinión de Birdal, una parte de la solución para que Ankara tenga alguna posibilidad de ingresar a la UE es una amnistía para los prisioneros políticos, incluso a los kurdos.
Los kurdos, que constituyen 12 por ciento de la población, reclaman un territorio propio en el sudeste de Turquía. El gobierno desconoce el derecho a su idioma e identidad cultural.
El Parlamento Europeo insistió en la necesidad de una solución pacífica para el conflicto kurdo, por la cual ambas partes respeten la integridad territorial turca y se incluyan reformas económicas y sociopolíticas.
También urgió a la Gran Asamblea Nacional para que ayude a la población armenia en Turquía, que todavía hoy padecen permanentes violaciones a sus derechos humanos.
Entre 1915 y 1923, durante el Imperio Otomano, el ejército turco exterminó hasta 1,5 millones de armenios, en lo que fue el primer genocidio del siglo XX.
La comisión de Relaciones Exteriores tomó nota la semana pasada de la suspensión de procesos y sanciones por "ofensas" de la prensa y demás medios de comunicación. No obstante, siguen pendientes reformas al Código Penal para hacerlo compatible con el principio de libertad de expresión.
El presidente checo Vaclav Havel agregó su nombre esta semana a una apelación del Pen Club a Turquía para que libere a Esber Yagmurdereli, un activista kurdo, a la vez periodista y autor teatral.
Más de 200 escritores de 12 países pidieron al primer ministro turco, Bulen Ecevit, la excarcelación de Yagmurdereli, quien desde hace décadas lucha por los derechos de la minoría kurda.
La organización humanitaria Amnistía Internacional, con sede en Londres, confirmó el sobreseimiento de la periodista turca Nadire Mater, acusada de haber insultado a los militares turcos.
Mater podría haber sido condenada a 12 años de cárcel por haber publicado "El Libro de Mehmet" con entrevistas a soldados turcos.
Los soldados contaron a Mater las atrocidades que cometieron contra militantes kurdos, la brutalidad de los soldados veteranos con los conscriptos, y su participación en el contrabando y el consumo de drogas. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/ego-mlm/hd/00