Un tribunal de Estambul absolvió a una periodista procesada por insultar a las Fuerzas Armadas de Turquía al publicar un libro de entrevistas a ex soldados del frente contra la guerrilla kurda en el sudeste del país.
A pesar de la absolución, la libertad de expresión sigue siendo frágil en Turquía, según analistas.
Nadire Mater, corresponsal de la agencia de noticias Inter Press Service (IPS), fue acusada de dos cargos de «insultar» a las Fuerzas Armadas, un delito contemplado en el artículo 159 del Código Penal, con «El libro de Mehmed: Soldados que lucharon en el sudeste se pronuncian».
Un tribunal prohibió la distribución del libro el 23 de junio del año pasado y la policía confiscó las copias sin vender del editor de la obra, Ediciones Metis.
Hasta entonces, se habían vendido 9.000 copias del libro, que iba por su cuarta edición.
Los cargos contra Mater preveían una pena de entre dos y 12 años de prisión. Su editor, Samih Sokmen, también fue absuelto el 29 de septiembre y se libró de pagar una multa. La fiscalía tiene hasta el viernes para apelar el fallo. Entre tanto, el libro sigue prohibido.
«Nos complace que el veredicto confirmara que el libro no contiene insultos contra las Fuerzas Armadas», declaró Jonathan Sudgen, investigador para la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW). «No obstante, aún siguen pendientes muchos procesamientos por insultar a instituciones del Estado», agregó.
«Nos complace la absolución de Mater y esperamos que sea la última periodista procesada por estas leyes. El próximo paso es que las autoridades retiren la prohibición al libro de Mehmed», declaró Kati Marton, del no gubernamental Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), de Estados Unidos.
«El gobierno turco debe… eliminar las leyes represoras utilizadas para castigar al periodismo y garantizar a todos el derecho constitucional a la libertad de expresión», agregó.
En entrevista con IPS, Mater dijo que la opinión experta expresada en un informe encargado por el tribunal penal de Beyoglu tuvo un importante papel en el veredicto.
El profesor Koksal Bayraktar, de la Universidad de Estambul, «destacó firmemente» en su informe que el libro de Mater no infringió el artículo 159.
Otro factor importante que contribuyó con el veredicto fue «la solidaridad que recibí, en el plano internacional y nacional», dijo Mater.
«Como periodista atenta a las violaciones a la libertad de expresión, esta es la mayor campaña que he visto. Gracias a todos, la campaña mantuvo al 'Libro de Mehmed' en el tapete», dijo.
Mater dijo que periodistas de todo el mundo, organizaciones de prensa, de escritores y de derechos humanos, como PEN International, HRW y Amnistía Internacional, fueron especialmente solidarios.
«Los periodistas escribieron artículos, transmitieron programas de radio y televisión, las organizaciones plantearon sus protestas y realizaron campañas de firmas, fax y correo electrónico para llamar la atención del presidente, el primer ministro y otros ministros turcos», explicó Mater.
Mater espera que su caso sea «un modelo y una inspiración para periodistas y escritores de Turquía y otros países».
HRW considera que mientras no se elimine el artículo 159 del Código Penal, aquellos que critiquen las actividades del gobierno, el Parlamento o las Fuerzas Armadas corren el riesgo de terminar en la cárcel.
Por tanto, la organización solicita la eliminación del artículo y de disposiciones similares en un proyecto de código penal presentado al Parlamento.
Cuando los periodistas escriben sobre problemas candentes, como el activismo político musulmán o el nacionalismo kurdo, cruzan una línea invisible que los pone en peligro, según el CPJ.
«En su afán por controlar el discurso nacional, los dirigentes políticos y militares penalizaron al periodismo, encarcelando a reporteros y redactores por sencillamente escribir sobre un líder kurdo, entrevistar a soldados turcos desencantados o segurir que los militares tienen demasiado poder», señaló el grupo.
El CPJ destacó la situación creada cuando Abdullah Ocalan, líder del prohibido Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), fue juzgado y condenado a muerte por traición.
Durante el juicio, Ocalan hizo un llamado para que cese la guerra entre la guerrilla kurda y el Ejército. La noticia recorrió el mundo y fue retransmitida por diversos órganos de prensa turcos.
Pero cuando el periódico Ozgur Bakis informó que el PKK apoyó el pedido de Ocalan, las autoridades detuvieron al redactor responsable Hasan Deniz y lo acusaron de «ayudar a una organización ilegal y terrorista».
Cuando el semanario en idioma kurdo Azadiya Welat reprodujo una fotografía de una manifestación a favor de Ocalan en Alemania, su director fue procesado por divulgar «propaganda para una organización ilegal y terrorista».
Una investigación del diario estadounidense The New York Times reveló que los medios de comunicación oficiales turcos tienen la orden de referirse al líder del PKK como «el terrorista Ocalan» y a su partido como una «cruenta organización terrorista».
El título del artículo define la única política segura para los periodistas de Turquía: «A la hora de hablar de los problemas kurdos, no lo haga». (FIN/IPS/tra-en/raj/da/aq/hd/00