(Arte y Cultura) PERU: Mariátegui, un ideólogo de película

El cineasta peruano Federico García retorna al circuito cinematográfico comercial con «La Yunta Brava», un film sobre la juventud y la formación ideológica del escritor y dirigente político marxista José Carlos Mariátegui.

«Mariátegu es uno de los personajes peruanos más importantes del siglo XX», asegura García, quien ya le dedicó «al emblemático y polémico» autor de «Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana» una miniserie para televisión de cinco capítulos.

«La película que estreno ahora es una aproximación humana a los decisivos años de su formación como luchador social», puntualiza el cineasta.

Periodista, ex funcionario del gobierno izquierdista del general Juan Velasco Alvarado y director de 10 largometrajes y numerosos cortos, García es un punto de referencia importante de la cinematografía peruana actual desde el estreno de su primera película, «Kuntur Wachana», en 1977.

En sus tres primeras películas -«Kuntur Wachana» (1977), «Laulico» (1980) y «El Caso Huayanay» (1981)- García expone los componentes míticos y sociológicos del mundo andino en los que transcurrió su infancia y adolescencia, en Cusco.

Con «Melgar, el poeta insurgente» (1982), «Tupac Amaru» (1984) y «El Socio de Dios» (1986), sobre la fiebre del caucho en la Amazonia peruana, incursiona en la biografía, en un afán didáctico e ideologizante que acartona su producción, según el crítico Eduardo Gutierrez.

En 1990 optó por una comedia ligera, «Manzanita del diablo», sobre los amores adolescentes de una joven que pierde la virginidad en una excursión campestre, que fue muy mal tratada por la crítica pero obtuvo excelente taquilla.

«La Montaña sagrada» (1992) y «Pachacutec» (1994), con las que retoma la temática andina e histórica, no fueron aceptadas por las salas comerciales locales, pero se proyectaron en circuitos universitarios y se vendieron en el exterior.

«La Yunta Brava» se estrenó simultáneamente en 10 salas de Lima, en algunas de las cuales ingresa en su segunda semana, con una apreciable taquilla.

«La gente va a ver cine peruano, los exhibidores le dicen a los cineastas nacionales que escojan las salas, algo imposible de imaginar antes, cuando teníamos que recurrir a la presión periodística u oficial para conseguir sala de exhibición, comenta García.

La película, con un presupuesto cercano al medio millón de dólares, fue financiada parcialmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la empresa española Sodepa, con la que suscribió un contrato de exhibición.

«La Yunta Brava», en la que participaron 103 actores y 25 técnicos, relata la amistad de dos jóvenes escritores, Mariátegui y César Falcón, que trabajaban como periodistas en la socialmente turbulenta Lima de la segunda década del siglo pasado.

«Es la época en la que surgen los primeros movimientos sindicales en Perú, se lucha por la jornada laboral de ocho horas y por la Reforma Universitaria, y se gestan los dos partidos políticos populares más importantes en Perú: el Partido Comunista y el socialdemócrata Partido Aprista», refiere García.

«Mariategui y Falcón eran amigos entrañables y en el gremio periodístico los conocían como 'la yunta brava', término que en el habla popular de entonces quería decir 'pareja de polendas', por el filo acerado e irónico de sus comentarios», añade.

Mariátegui, quien trabajaba como obrero gráfico en un diario de Lima, que arrastraba un pie debido a un accidente sufrido en su infancia, se convirtió en periodista gracias a un ardid: dejó en la mesa de redacción artículos firmados con el seudónimo «Juan Croniqueur», hasta que finalmente reveló su identidad.

El joven periodista se integró en la bohemia limeña, junto con los escritores y artistas que había admirado a la distancia, pero las luchas sindicales despertaron en él al analista social y revolucionario en que se convirtió después de su exilio europeo.

La historia que narra «La Yunta Brava» concluye justamente cuando los dos periodistas y amigos son exilados a Europa en 1919 por el dictador Augusto Benavides.

Lo más difícil fue recrear «la atmósfera de Lima de principios de siglo, no sólo por ropajes y decorados, sino también por el lenguaje y las actitudes de los protagonistas en un momento histórico muy tenso. Se recrean protestas callejeras, escenas sindicales y la represión política de la época», explica García.

El cineasta prepara actualmente una coproducción peruano- española, «El Forastero», una comedia de ciencia ficción sobre el tema de la concepción humana que se filmará en en Paucartambo, Cusco, un paraje serrano de Perú. (FIN/IPS/al/ag/cr/00

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