ARGENTINA: Discriminación contra funcionario de Mozambique

El gobierno de Argentina denunció hoy a la justicia el caso de un funcionario mozambiqueño detenido, maltratado y deportado cuando hizo escala en Buenos Aires de paso hacia Bolivia, donde iba a participar de un seminario del Banco Mundial.

«Aquel lugar fue una pesadilla. Tuve que pagar para ir al baño o para tomar agua y en ocasiones lloré (…). El trato recibido por parte de Migraciones fue una grave ofensa moral a mi persona y dignidad», dijo el mozambiqueño Antonio Mirasse, refiriéndose a una celda en el aeropuerto internacional de Ezeiza.

Mirasse llegó a la conclusión de que fue tratado de ese modo «por el color de mi piel, y no por formalidades de ese país».

El gobierno presentó la denuncia como privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad y discriminación racista.

El caso había sido presentado el 29 de septiembre por la representante del Banco Mundial en Argentina, Myrna Alexander, ante el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi). Ese organismo se presentó ante la justicia al no lograr en un mes respuesta de la oficina de Migraciones.

El director de Migraciones, Angel Roig, negó que el detenido haya estado bajo custodia, reconoció que estuvo en una celda porque en ese momento no existía una sala de espera como la que hay ahora y responsabilizó por el maltrato a la Policía Aeronáutica, que se niega a dar explicaciones.

Este martes, un día después de que el matutino Página 12 informara sobre el asunto en su portada con el título «Novela negra» y la foto del mozambiqueño encarcelado, el Inadi dejó de esperar una respuesta de Migraciones y presentó la querella.

Alexander dijo que para el Banco Mundial, «que es por definición plurirracial», este tipo de situación es «intolerable». Advirtió que de repetirse una situación semejante, la institución evitará el paso de invitados extranjeros por la capital de Argentina.

La coordinadora del Inadi, Cecilia Lipszyc, calificó de «horror» el trato al que se sometió a Mirasse y criticó a los funcionarios de Migraciones que al conocer el caso por una denuncia periodística se defendieron argumentando ignorar que se trataba de un funcionario.

Un brasileño hizo también una denuncia ante el Inadi contra personal de Migraciones, que luego no ratificó y el caso se diluyó, comentó Lipszyc a IPS. Pero admitió que hay muchos otros casos en los que no hay denuncia por temor a las persecuciones.

En Argentina es muy escasa la proporción de negros en la población. El prejuicio racial se manifiesta con más fuerza hacia otros colectivos más numerosos como los judíos, los gitanos y los inmigrantes procedentes de Asia oriental y de países limítrofes.

La Organización Internacional para las Migraciones —con sede en Argentina— y diversos grupos humanitarios denunciaron que en este país aún rige una ley de la última dictadura (1976-1983) que considera la inmigración un problema de «seguridad».

Mirasse, ingeniero sanitarista de la Dirección de Aguas de Mozambique, partió el 23 de junio desde su país rumbo a La Paz para participar en el seminario sobre Provisión de Agua y Saneamiento que se celebró entre el 26 y el 30 de ese mes, pero sin su presencia.

Por no tener la visa para Bolivia, que le iba a ser entregada en el aeropuerto de La Paz, Mirasse estuvo un día y medio encarcelado y fue deportado como si se tratara de un indocumentado, pese a tener pasaporte en regla, pasaje aéreo e invitación al seminario.

Como funcionario del Ministerio de Obras Públicas y Vivienda de Mozambique, Mirasse esta a cargo de las obras y proyectos de provisión de agua y desagües cloacales. Su país sufrió este año el impacto de fuertes innundaciones que obligaron a evacuar a medio millón de personas.

Mirasse había partido desde Maputo, capital de Mozambique, e hizo una primera escala en Johannesburgo, Sudáfrica. Desde allí tomó otro vuelo rumbo a Buenos Aires, para trasladarse a bordo de otra nave a La Paz.

Pero al llegar al aeropuerto internacional de Ezeiza, en Buenos Aires, personal de Migraciones lo detuvo por la falta de visa. Trató en vano de explicar que la visa le sería entregada cuando llegara al aeropuerto boliviano.

Mirasse había perdido a causa del clima el vuelo de conexión Buenos Aires-La Paz. Eso agravó las cosas ya que tampoco tenía visa para quedarse un día esperando en Argentina y debía permanecer en tránsito.

De acuerdo con su testimonio, el personal de Migraciones lo apodó «Saddam Hussein» y lo encerró en una celda donde estuvo casi dos días sin recibir alimento ni bebida, y sin que se le permitiera hacer una llamada telefónica a pesar de que explicó una y otra vez su necesidad de viajar a La Paz.

El encierro de Mirasse quedó documentado mediante una máquina fotográfica tipo «polaroid» que él mismo llevaba consigo. En la fotografía publicada por Página 12 se lo puede ver detrás de las rejas. (FIN/IPS/mv/mj/hd/00

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