El vicepresidente Carlos Alvarez, principal aliado político del presidente Fernando de la Rúa, provocó hoy en Argentina una conmoción política al presentar su renuncia indeclinable, una señal contundente de su malestar por la crisis de sobornos en el Senado.
Alvarez aclaró que se mantiene leal al presidente y a la ciudadanía que lo votó, y que seguirá trabajando en la Alianza, la coalición que gobierna el país desde diciembre y que está formada por su partido, el Frente País Solidario, y la Unión Cívica Radical, de De la Rúa.
Pese a esa afirmación, la renuncia del vicepresidente debilita la coalición gobernante, dado que pierde a uno de sus principales protagonistas.
De la Rúa se manifestó consternado por la noticia, según comentó uno de sus portavoces. El presidente intentó convencer a Alvarez de que retirara su dimisión, pero no lo logró.
La renuncia se precipitó poco después de una reestructuración del gabinete en la que el presidente removió a algunos ministros pero retuvo a los dos funcionarios sospechosos por la crisis en el Senado.
Se trata Antonio Flamarique, que se desempeñaba como ministro de Trabajo cuando trascendió el caso de sobornos, y del director de la Secretaría de Inteligencia Fernando de Santibañes.
Flamarique había sido designado el jueves secretario general de la Presidencia y De Santibañes confirmado en la Secretaría de Inteligencia.
Pero este viernes, mientras se aguardaba la renuncia formal de Alvarez, los dos funcionarios confirmados dimitieron.
Alvarez renunció denunciando una "crisis terminal" de la forma de hacer política, al tiempo que declaró que desde su puesto "no podía acompañar pasivamente o en silencio determinaciones contradictorias con lo que él reclamaba en el Senado", que era la renuncia de legisladores sospechasos.
"Renuncio para poder decir en libertad lo que siento y lo que pienso, y al mismo tiempo no perjudicar al presidente ni alterar la vida institucional", dijo Alvarez emocionado. También aseguró que no lo guiaba el ánimo de debilitar la figura presidencial. en la que sabe se concentran las expectativas de la sociedad.
La renuncia de Alvarez es el hecho político más grave que debe enfrentar la Alianza desde su fundación en 1997. Centenares de manifestantes se congregaron frente al domicilio del ahora ex vicepresidente para declararle su apoyo y muchos de ellos comentaban que se marcha "el único" dirigente honesto del gobierno.
Alvarez destacó que su partido, el Frente País Solidario, fue fundado para "cambiar drásticamente la forma de hacer política" y sostuvo que actualmente se asiste a una "crisis terminal en la manera de hacer política, en las relaciones entre el poder económico y el político y en el vínculo de la política con la gente".
"Parece paradójico, pero cuanto más avanzan la pobreza, el desempleo, el escepticismo y la apatía, más se responde desde algunos sectores con dinero negro, (con la) compra y venta de leyes y (con) más protagonismo para los que operan en política como si fuera un negocio", subrayó ante sus partidarios.
Aludió asi a la crisis estallada hace más de dos meses en el Senado que él mismo presidía, cuando trascendió que legisladores de los dos partidos mayoritarios habían sido sobornados por un sector del gobierno para aprobar la reforma laboral, un hecho que es investigado por la justicia federal.
Alvarez consideró con sus allegados que, ante ciertas determinaciones de De la Rúa, su papel se confundía muchas veces con el de la oposición, mientras que el opositor Partido Justicialista defendía las posiciones más moderadas del presidente. Así mismo, De la Rúa se entrevistó hace dos semanas con el ex presidente Carlos Menem, líder del justicialismo.
"Ante esta crisis no alcanzan los discursos que remiten a una justicia en la que muchos de los que deben investigar no resistirían la investigación de su propio patrimonio", dijo Alvarez, en relación al magistrado Jorge Liporaci, que lleva adelante la causa de sobornos y que ha sido denunciado por enriquecimiento ilícito.
"Hacen falta gestos fuertes, audaces, yo pedí que renunciaran senadores que fueron protagonistas de la crisis moral de esa institución en los últimos años y ellos se atornillaron más en sus cargos", señaló el ex vicepresidente. Agregó que confía en que esta renuncia "contribuya a que tomen la decisión que se espera de ellos".
Las dimisiones de este viernes completan siete cargos removidos en sólo un día y medio. El analista politico Rosendo Fraga advirtió que "De la Rúa quiso mostrar que él tenía el poder, pero no calculó la reacción de Alvarez", ni mucho menos la adhesión que generaria el vicepresidente, que fue aclamado por numerosos simpatizantes.
"El gobierno queda debilitado, porque aún cuando todos insisten en que la Alianza se mantiene unida en el gabinete -donde quedan ministros del partido de Alvarez- y en el Congreso, se quebró políticamente», advirtió Fraga.
«Además, De la Rúa debió desprenderse de dos personas a las que había confirmado el día anterior", dijo Fraga. (FIN/IPS/mv/ff/ip/00