Los países del sudeste asiático deben aprender la lección que les dejaron las últimas inundaciones y tomar medidas eficaces para enfrentar nuevos desastres naturales en el futuro, advirtieron especialistas.
Los desbordes de los ríos no se pueden evitar, pero los efectos en la población es algo que se puede mitigar si se toman acciones a tiempo, sostuvieron especialistas de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (ESCAP), con sede en Bangkok.
Muchos otros países del continente asiático aprendieron a enfrentar sus desastres naturales y eso debe servir de ejemplo para el resto de la región, agregaron.
Los últimos informes procedentes de Camboya y Vietnam, los países más afectados, indican que los desbordes del río Mekong mataron a 400 personas, dañaron cientos de granjas y obligaron a millones de habitantes de la región a abandonar sus hogares.
Las inundaciones, que comenzaron en agosto y se convirtieron en las más severas de los últimos cuarenta años, se suman a la serie de obstáculos que afrontan los gobiernos de estas naciones para mejorar el nivel de vida de sus habitantes.
El primer ministro de Camboya, Hun Sen, admitió que el desborde del Mekong fue el principal revés en sus programas de reformas. «Teníamos previsto un paquete de medidas para reducir el índice de pobreza, pero ahora el país se encuentra en una situación de total incertidumbre», afirmó.
Anunció que deberá recurrir nuevamente a organismos internacionales para obtener recursos que permitan la reconstrucción de muchos caminos e instalaciones públicas destruidas por las inundaciones.
«Los desbordes tuvieron serio impacto social y económico en estos países en desarrollo y agravaron la pobreza», afirmó el secretario ejecutivo de ESCAP, Kim Hak-Su.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció que ayudará a Vietnam con 64.000 dólares, sumados a los 30.000 que había ya destinado su Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
Así mismo, el gobierno de Noruega contribuirá con 29.000 dólares, en tanto que la Organización Mundial de la Salud lo hará con 5.000 para financiar programas contra la propagación de enfermedades causadas por las inundaciones.
El primer ministro de China, Zhu Rongji, escribió una nota a su par de Vietnam, Phan Vaen Khaui, en la que manifestó su apoyo al pueblo vietnamita y su confianza en que podrá superar este desastre.
Sin embargo, los expertos de ESCAP consideraron que Vietnam fue «muy exitoso» en sus esfuerzos para mitigar los efectos de las avenidas del Mekong. «Los daños en la agricultura no fueron tan grandes este año como en ocasiones pasadas», sostuvo el especialista en recursos marítimos Lehuu Ti.
Grandes extensiones de arrozales fueron destruidas por el agua, pero la pérdida pudo haber sido peor si los campesinos no hubieran recolectado la cosecha antes de la inundación.
«En la región de Mekong, la producción agrícola casi se triplicó desde fines de los 80 y esto se debe a que los granjeros vietnamitas aprendieron a eludir las inundaciones», explicó a IPS.
Vietnam, entonces, ofrece un gran ejemplo de lo que es «adaptación de la agricultura a las inundaciones», y Camboya tiende a moverse en esa dirección también, agregó.
Sin embargo, esos países aún deben adoptar mejores políticas en cuanto a asentamientos humanos para reducir el daño social de las indundaciones, advirtieron especialistas. El delta del Mekong tiene una alta densidad debido a su alta productividad agrícola.
Las constantes precipitaciones de este año agravaron aún más la situación. Las lluvias llegaron a comienzos de mayo, cuando lo habitual es que comiencen en junio.
La intensidad de las inundaciones podría haberse reducido si el área se hubiera forestado en forma adecuada, ya que los árboles absorben el exceso de agua de las lluvias y por tanto contribuyen a reducir el caudal de los ríos, afirmaron expertos.
La ESCAP consideró que la desforestación es «una de las principales causas» de las inudaciones anuales en al región. Se estima que las áreas forestadas en estos países se redujo de 70 por ciento en 1945 a 25 por ciento en la actualidad.
La comisión aconsejó a los países del sudeste asiático a trabajar juntos para enfrentar estas catástrofes y elabora un programa destinado a estimular el intercambio de información sobre el combate a las inundaciones.
La ONU ya había promovido la cooperación para el control de los desbordes en la cuenca de Mekong a comienzos de los años 50. El organismo creó una red de estaciones metereológicas que durante las últimas tres décadas ha brindado pronósticos climáticos a toda la región. (FIN/IPS/tra-en/mu/ral/rp/mlm/en/00