AFRICA: Una presa codiciada por China, EE.UU. y Taiwan

China prometió lucrativos acuerdos comerciales y reducción de la deuda para varios países de Africa, en un nuevo intento por convertirse en líder del Sur en desarrollo, además de contrarrestar el apoyo a Taiwan en ese continente y la hegemonía mundial de Estados Unidos.

La promesa fue realizada en el primer Foro de Cooperación de China y Africa, celebrado el miércoles en Beijing con la participación de casi 80 ministros de Economía y Asuntos Exteriores de 44 naciones africanas.

«China es el mayor país en desarrollo, y Africa es el continente con más países en desarrollo», destacó el presidente chino Jiang Zeming en su discurso inaugural, en la Gran Sala del Pueblo.

Jiang exhortó a los estados africanos a trabajar más por el establecimiento de «un nuevo orden internacional y político, que sea equitativo y justo», una frase clave utilizada por Beijing para describir su lucha contra la hegemonía de Estados Unidos.

Al final de la conferencia de dos días, el miércoles, el ministro de Comercio y Cooperación Exterior Shi Guangsheng anunció que China cancelará o aliviará las deudas de países africanos, por un valor de 10.000 millones de yuanes (1.210 millones de dólares) en los próximos dos años.

«China, como país en desarrollo, espera impulsar a la comunidad internacional, en especial a los principales acreedores de los países africanos, para que aceleren el proceso de reducción de la carga de la deuda en Africa», declaró el viceministro Sun.

La nueva medida forma parte de la renovación de la atención de China hacia Africa en los últimos años.

El diverso continente africano juega un papel estratégico, no sólo en la lucha de China contra la influencia de Estados Unidos y sus aliados, sino también en los esfuerzos de Beijing para contrarrestar la «diplomacia de chequera» de su rival Taiwan.

Taiwan, a la que Beijing considera una provincia renegada, mantiene relaciones diplomáticas con Senegal, Gambia, Burkina Faso, Liberia, Malawi, Chad, Swazilandia y Santo Tomé y Príncipe.

Gambia y Senegal se agregaron a la lista en los últimos cinco años, para enojo de Beijing.

Las autoridades chinas se indignaron cuando Senegal sucumbió a lo que ellas llaman la diplomacia «azucarada» de Taiwan y le otorgó su reconocimiento diplomático en 1995.

Beijing se encontró en desventaja frente a las enormes oportunidades comerciales y de ayuda que Taiwan puede ofrecer a sus potenciales socios de Africa en su carrera por ganar más reconocimientos diplomáticos.

En un esfuerzo por atraer a los aliados de Taiwan, Beijing invitó a ocho países africanos que tienen lazos diplomáticos con ese territorio a participar del foro chino-africano como observadores, pero sólo Liberia y Malawi aceptaron la invitación.

Actualmente, China ofrece créditos subsidiados y preferenciales en lugar de préstamos libres de intereses a sus aliados africanos.

Sin embargo, hubo un tiempo en que Beijing brindaba a Africa millones de dólares en ayuda para el desarrollo, aun mientras China estaba sumergida en el caos y la hambruna.

En los años 60 y 70, el entonces presidente chino Mao Zedong intentó contrarrestar la influencia soviética entre los regímenes africanos poscoloniales.

En ese proceso, según estimaciones externas, Beijing invirtió casi 2.000 millones de dólares para sostener su «amistad tradicional» con el continente más pobre del mundo.

La ayuda china para el desarrollo de Africa ha abarcado proyectos de infraestructura, programas de intercambio educativo y ventas de armas.

«Desde 1956 a 1999, China completó 618 proyectos en Africa, entre ellos la vía férrea de Tazara, el Puerto de la Amistad de Mauritania y muchos otros que países occidentales no podrían haber realizado», destacó el diario Economic Information Daily el martes.

Cientos de los 10.000 obreros chinos asignados a fines de los años 60 a la construcción de la vía férrea de 1.850 kilómetros entre el puerto tanzanio de Dar-es-Salaam y las minas de cobre de Zambia murieron de calor y cansancio.

Los vínculos se deterioraron y la ayuda se terminó en la década de 1980, cuando China se embarcó en su propio programa de reforma de la economía.

No obstante, Beijing podía contar todavía con sus aliados africanos cuando necesitaba votos en las Naciones Unidas para contrarrestar las críticas occidentales al tratamiento de los derechos humanos en China.

Ahora, el gobierno chino ha puesto un nuevo énfasis en la amistad chino-africana, en respuesta a la ofensiva de Taiwan.

Durante una gira por seis naciones africanas en 1996, Jiang Zemin presentó una propuesta de cinco puntos para promover las antiguas relaciones de cooperación.

En 1997, el entonces primer ministro Li Peng visitó siete países africanos.

Ambos líderes se ocuparon de resaltar su compromiso con sus «hermanos del Tercer Mundo», aunque China parece ansiosa también por estrechar sus vínculos con países industrializados.

Pero Africa se ha transformado en una fuente potencial de materia prima esencial para el gigantesco sector de la industria pesada de China.

Al estimular las inversiones en países africanos, Beijing procura no sólo obtener la lealtad de sus gobiernos, sino también satisfacer la gran demanda nacional de materia prima y la creciente necesidad de nuevos mercados.

Beijing anunció un fondo especial para respaldar a las empresas chinas que invierten en Africa, y otro fondo especial de recursos humanos para promover el intercambio de técnicos.

Aunque China representa 58 por ciento de todas las inversiones en Africa, el volumen comercial bilateral fue de apenas 6.500 millones de dólares en 1999.

El viceministro Sun se mostró confiado en que el foro de esta semana promoverá el comercio bilateral.

«Se prevé que el volumen total excederá 10.000 millones de dólares este año», dijo. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/dv-ip/00

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