El gobierno y gran parte de los agricultores de Zimbabwe rechazan una propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que se prohíba en el mundo la producción y consumo de tabaco, el principal producto del país.
La producción tabacalera de Zimbabwe es la segunda del mundo, y de ella depende, en forma directa o indirecta, la subsistencia de la mayoría de los más de 11 millones de habitantes del país.
La OMS solicitó comentarios y opiniones para audiencias públicas acerca de la iniciativa de Convención Marco sobre Control del Tabaco (FCTC), que tendrán lugar en el Centro Internacional de Conferencias de Ginebra los días 12 y 13 de octubre.
En el documento presentado por Harare a esas audiencias se enfatizó que la regulación del uso del tabaco no debe realizarse a expensas de los países que lo cultivan y dependen de su cosecha para obtener divisas.
Las autoridades prevén que la cosecha de tabaco de este año aporte a Zimbabwe ingresos de 600 millones de dólares por exportaciones, un tercio del total nacional.
Gran parte de ese ingreso es empleado para sostener la actividad económica del comercio, la industria y el sector bancario, así como servicios sociales educativos, de salud y de vivienda, entre otros, apuntaron.
Los tabacaleros también son grandes productores de alimentos, en un país que se enorgullece de su autosuficiencia alimentaria, y responsables de 82 por ciento de los cultivos hortícolas, que han aumentado con rapidez su importancia entre las exportaciones del país y se consideran una posible alternativa al tabaco.
"La propuesta de un tratado internacional de control del tabaco no sólo es una amenaza para la industria tabacalera, sino para toda la nación", sostuvo la Asociación Tabacalera de Zimbabwe (ZTA), fundada en 1928 y que defiende los intereses de 1.500 cultivadores en gran escala y 4.000 pequeños productores.
"La ZTA teme que el proyecto vaya camino a ser aprobado en forma acelerada, sin que se preste la atención debida al grave impacto negativo que tendrá sobre países enteros", expresó la organización en su aporte a las audiencias públicas de Ginebra.
Sin embargo, el pedido de opiniones acerca del borrador de proyecto por parte de la OMS implica un cambio en relación con la anterior actitud de esa agencia de la Organización de las Naciones Unidas, que pretendía excluir a la industria tabacalera del proceso de elaboración de la FCTC, comentó.
"La ZTA confía en que el pedido de comentarios y las audiencias públicas no sean sólo un gesto para crear apariencias de imparcialidad, y en que se consideren las especiales circunstancias y preocupaciones de quienes serían perjudicados por una convención demasiado restrictiva", acotó.
La asociación de tabacaleros aseguró que respeta y aprecia las preocupaciones sanitarias vinculadas con el uso del tabaco, pero advirtió que sólo apoyará iniciativas razonables que busquen regular el consumo, en un marco de respeto por la libertad de los adultos informados que optan por fumar.
"Apoyamos las iniciativas para regular el consumo de tabaco por parte de los jóvenes, y aceptamos que el tabaquismo tiene conscuencias perjudiciales para mujeres embarazadas y fetos", apuntó.
"La ZTA apoyará un tratado con objetivos sanitarios específicos acerca del uso del tabaco, que busque restringir el acceso al mismo por parte de determinados sectores de la población, pero reafirma que el consumo de tabaco es y debe ser optativo para los adultos informados", subrayó.
"Es por esa razón que la ZTA está preocupada por los alcances y la naturaleza de la proyectada Convención Marco sobre Control del Tabaco", que parece orientado hacia el objetivo de "poner fin a cualquier uso del tabaco", expresado en una declaración previa del grupo de tareas de la OMS sobre la FCTC, destacó.
Esa meta es "perturbadora" y sugiere que la OMS "se ha embarcado en una cruzada para lograr imponer a los gobiernos una prohibición mundial del tabaco", advirtió.
"La OMS debe respetar los derechos legales de los agricultores a producir tabaco, que no es una droga ilícita", acotó.
Según estadísticas de la Oficina de Trabajo Agrícola de Zimbabwe, la mayor parte de la fuerza laboral de Zimbabwe está empleada en la agricultura, que ocupa por lo general a unas 350.000 personas y a unas 500.000 en buenas temporadas. Un tercio de esos trabajadores se dedican al cultivo de tabaco.
Además, la industria tabacalera demanda muchas otras actividades que generan empleo, desde las de empresas de computación hasta la producción de fertilizantes, pesticidas, papel, envases, vestimenta de trabajo especial y muebles, entre muchas otras.
"La redacción final de la FCTC debe prestar especial atención a necesidades sociales, culturales, políticas y económicas, y a las circunstancias especiales de los países que dependen del cultivo de tabaco, en especial en el mundo en desarrollo", señaló la ZTA.
Harare expresó por su parte que considera válida una regulación razonable del uso del tabaco, dadas las estadísticas que señalan la asociación de tabaquismo y cáncer de pulmón, pero reclamó que las políticas para reducir la producción y consumo de tabaco tengan en cuenta la situación de cada país.
"El actual borrador de la FCTC es una grave amenaza económica y social para el futuro de Zimbabwe", afirmó.
Desde el punto de vista social, significa el desempleo para cientos de miles de personas en la produccion directa de tabaco y para millones en actividades vinculadas con ella, añadió. (FIN/IPS/tra-eng/lm/sm/ego/mp/he if/00)