Slobodan Milosevic tiene contadas sus horas en la presidencia de Yugoslavia según las encuestas de intención de voto para las elecciones de este domingo, pero falta ver si esos sondeos fueron confiables, si los comicios son limpios y si el oficialismo entrega el poder.
Las encuestas efectuadas en agosto y este mes mostraron clara ventaja entre los consultados para el candidato a la presidencia Vojislav Kostunica, de la Oposición Democrática de Serbia (ODS, una coalición de 18 partidos.
El último sondeo, de la Agencia Estratégica de Mercado, registró esta semana apoyo de 32,5 por ciento de los entrevistados para Kostunica y de 26,6 por ciento para Milosevic, quien se postula a la reelección.
Sin embargo, hay señales preocupantes de que Milosevic está poco dispuesto a dejar la presidencia.
El primer ministro Momir Bulatovic señaló que Milosevic permanecerá en el gobierno hasta completar su mandato constitucional a mediados del año próximo, sea cual fuere el resultado de las elecciones.
"La campaña del régimen es vergonzosa y está llena de mentiras fantásticas", opinó Slobodan Vucetic, un ex juez de la Corte Suprema de Serbia.
"Las interminables maquinaciones inmorales del oficialismo buscan crear una coartada para el fraude electoral y la violencia. Es obvio que el régimen aún no está preparado para entregar el poder en forma pacífica", añadió.
Milosevic ha planteado en su campaña electoral que los comicios enfrentan a "patriotas" y "traidores".
"El verdadero enemigo de nuestra nación son los partidos opositores", afirmó el presidente el miércoles, durante el acto de cierre de campaña de su Partido Socialista de Serbia.
"Ellos quieren entregar esta nación invencible a los países colonizadores de la OTAN (Organización de Tratado del Atlántico Norte) y Occidente. Transformarnos en colonia significaría estar bajo sanciones eternas. Esos presuntos partidos difunden mentiras y derrotismo, para provocar crímenes y terrorismo", agregó.
La OTAN bombardeó el país de marzo a junio del año pasado, con el argumento de que debía impedir que Milosevic cometiera genocidio contra personas de origen étnico albanés en la provincia separatista serbia de Kosovo.
La declaración más amenazadora provino del general Nebojsa Pavkovic, jefe del estado mayor del ejército yugoslavo, quien dijo el domingo que "el 24 de septiembre (fecha de los comicios) será el 'Día D' para el ejército", y que los militares "evitarán cualquier intento de tomar el poder por la fuerza".
El ministro de Información, Goran Matic, había asegurado la semana pasada que conspiradores apoyados por Estados Unidos se proponían derrocar a Milosevic en la noche de este domingo.
Dada la proximidad entre el gobierno y el ejército, los observadores interpretaron las palabras de Pavkovic como una advertencia de que no se permitirá que la oposición acceda al gobierno.
Tambien se teme que haya fraude.
En Belgrado circulan rumores de que los empleados del correo, los ferrocarriles y otras empresas estatales recibieron sobres con hojas de votación ya marcadas con el nombre de Milosevic.
Según los rumores, se ordenó a los funcionarios que cuando vuelvan a trabajar el lunes traigan consigo las hojas en blanco que les entreguen en las mesas de votación, para probar que no emplearon ésas, sino las que habían recibido de antemano.
Los temores de fraude aumentaron porque un millón de kosovares permanecen en el padrón electoral, aunque no habrá mesas de votación en Kosovo, administrada en la actualidad por la Organización de las Naciones Unidas.
Sólo habrá hojas de votación en albanés en la ciudad meridional de Prokuplje, donde residen en la actualidad parte de los funcionarios de la ex administración serbia de Kosovo.
Por otra parte, el gobierno de Montenegro, la única república que aún integra la Federación Yugoslava junto con Serbia, pidió a sus ciudadanos que boicoteen los comicios, porque afirma que una reforma constitucional aprobada por el parlamento federal en julio benefició en forma ilegal a Milosevic y a su partido.
"Estas elecciones estarán entre las más irregulares en la historia del país, porque el régimen está desesperado por mantenerse en el poder", dijo a IPS el analista político Bratislav Grubacic.
"A su vez, la población está deseperada por un cambio, y es por eso que la ODS decidió participar en los comicios, pese a las señales obvias de que no serán libres y justos", añadió.
"No podemos esperar más. La gente exigió que nos presentáramos. Si hay fraude, sabremos defender la victoria de la oposición", afirmó Doran Djindjic, un dirigente de la ODS.
Djindjic dijo que 30.000 partidarios de la oposición fueron instruidos para que participen como observadores en las mesas de votación y traten de evitar irregularidades.
La Comisión Central Electoral, controlada por el oficialismo, no aceptó el pedido de la ODS de marcar con una tinta especial a quienes voten, para evitar el fraude mediante reiteraciones del sufragio.
Figuran en el padrón electoral unos 7,8 millones de personas habilitadas para votar candidatos a la presidencia, al parlamento y a gobiernos locales.
Kostunica afirmo el miércoles, en el acto de cierre de su campaña, que las elecciones brindan a Serbia la gran oportunidad de iniciar una nueva vida.
"Este es un Estado miserable que lleva una vida miserable. Yo soy una persona común que desea, como todos ustedes, una vida normal en un Estado europeo normal", enfatizó.
"No queremos más las terribles experiencias de los últimos 10 años, la pobreza, y el aislamiento", dijo ante unas 100.000 personas.
El centro de la campaña de Kostunica fue subrayar que es necesario reanudar relaciones con Occidente y reinsertar a Serbia en Europa.
"Esa es nuestra única posibilidad de sobrevivir", reiteró el candidato opositor en sus discursos.
La economía yugoslava quedó en ruinas tras guerras civiles en los años 90 que terminaron con la secesión de varias repúblicas de la antigua federación y causaron en dos ocasiones sanciones internacionales contra Belgrado por su conducta en los conflictos.
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, con sede en La Haya, procesó a Milosevic en ausencia por crímenes de guerra, y los comicios no sólo ponen en juego la supervivencia política del presidente, sino también su libertad.
Las potencias occidentales han prometido importante asistencia para reconstruir el país si el oficialismo deja el gobierno.
"En los últimos meses se ha producido un significativo cambio en la mentalidad de la gente. Antes prevalecía un difuso estado de apatía, pero Kostunica y el programa de ODS sacudieron al pueblo y crearon una esperanza", afirmó Srecko Mihajlovic, un destacado profesor de psicología. (FIN/IPS/tra-eng/vpz/da/ego/mp/ip/00