Brotes xenófobos en Venezuela, reflejados en un texto escolar oficial y en panfletos de un autodenominado Frente Simón Bolívar del Soberano Pueblo, originaron reclamos de investigación oficial por parte de la Unión Europea y de una organización de derechos humanos.
«El Estado tiene que investigar, más allá de la condena del gobierno», dijo a IPS Antonio González, coordinador de información de la organización de derechos humanos Provea, al comentar un panfleto contra la inmigración europea distribuido en estaciones del tren subterráneo de Caracas.
Este hecho coincidió con una polémica por el uso en todo el país de un libro de texto escolar que contiene mensajes contra los nacionales de otros países de América del Sur y Central.
«No es buena cosa esta campaña. Yo pienso que las autoridades van a tomar las medidas necesarias», dijo el jefe de la delegación de la Comisión Europea, Robert Kremer, luego de entrevistarse con el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, José Vicente Rangel.
El panfleto arremete, con un lenguaje propio documento oficial, contra españoles, italianos y portugueses, y propone el juzgamiento de «estos enemigos del pueblo» porque «lo menos que hacen es cultivar la tierra» y «atentan contra la salud espiritual y mental de nuestro gentilicio (nación) venezolano».
Mientras, el «Manual de instrucción premilitar», de Marjorie Vásquez Díaz y de uso nacional en la educación pública y privada de educación, asegura que Venezuela sufrió una «avalancha indiscriminada» de inmigrantes «en su mayoría sin educación formal, sin oficio definido, con traumas, con enfermedades».
El texto señala a «colombianos, ecuatorianos, peruanos, dominicanos, cubanos, trinitarios y de otros países de Centro y Sur América» como aquellos que «vinieron en busca del bolívar (la moneda nacional) fácil que le ofrecía Venezuela».
González se manifestó preocupado por la coincidencia en el tiempo del volante y el libro de texto.
El activista recordó que a mediados de la década pasada las organizaciones de derechos humanos propusieron a las autoridades la tipificación como delito en el Código Penal de manifestaciones discriminatorias como la xenofobia.
González advirtió que las frecuentes invocaciones nacionalistas del presidente Hugo Chávez obliga al gobierno a «aclarar en términos pedagógicos que no propugna la xenofobia» para evitar que las manifestaciones discriminatorias se vean alentadas.
Por su parte, el sociólogo Tulio Hernández lanzó una «señal de alarma» porque la «permanente» alusión a «valores nacionalistas» por parte de Chávez «se presta, sin duda, a usos desviados».
Por su parte, Kremer recordó que «Venezuela es, como otros países de América del Norte y del Sur, una nación de inmigrantes y no vale la pena en este periodo difícil crear más dificultades».
Los volantes xenófobos repartidos en el tren subterráneo proponen desde la intervención de las cuentas bancarias hasta la confiscación de bienes de españoles, italianos y portugueses.
La inmigración procedente de estos tres países europeos comenzó a tener carácter masivo en Venezuela en los años 40, en especial luego de finalizada la segunda guerra mundial.
Entre 1947 y 1961 ingresaron a este país unos 800.000 extranjeros. Durante el régimen militar de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) se fomentó la inmigración europea con el propósito de desarrollar la agricultura.
Otra oleada migratoria, sobre la cual no existe información precisa, se registró en los años 70, pues el incremento de los precios petroleros convirtió a Venezuela en un lugar de residencia atractivo para ciudadanos de países sudamericanos y caribeños.
Gustavo Márquez, investigador del Instituto de Estudios Superiores de la Admistración, recordó, sin embargo, las diferencias entre las distintas corrientes migratorias de los años 70.
Por un lado, Venezuela brindó asilo político a miles de perseguidos por las dictaduras militares entonces imperantes en Argentina, Uruguay y Chile.
Mientras, desde Colombia, Ecuador y República Dominicana llegó a este país un enorme contingente de trabajadores no calificados en busca de sustento y que compitieron con obreros venezolanos. (FIN/IPS/ac/mj/hd pr/00