Un vídeo producido por activistas antitabaco de Estados Unidos fue estrenado en 30 países, en el marco de una campaña previa al debate de una Convención Marco sobre Control de Tabaco (FCTC) que se llevará a cabo en Ginebra el mes próximo.
La película, titulada "Fabricando una muerte", fue producida por INFACT, un grupo famoso por su campaña de boicot contra los productos alimentarios de la gran transnacional Nestlé, en protesta por campañas agresivas de costosos alimentos infantiles en países pobres a fines de los años 70 y comienzos de los 80.
Algunos de los países en los cuales se estrenó el filme fueron Filipinas, Malasia, Nigeria, Sudáfrica y Vietnam, que son en la actualidad mercados principales de las firmas tabacaleras.
El vídeo documenta esfuerzos de la firma Philip Morris para promover cigarrillos en países en desarrollo mientras trata de mejorar su imagen en Estados Unidos, manchada por una serie de costosos procesos judiciales por denuncias de contrabando de cigarrillos al exterior para evadir impuestos oficiales.
Philip Morris, la mayor firma tabacalera del mundo, produce la marca de cigarrillos Marlboro, identificada en la publicidad por el famoso "Hombre Marlboro", un típico vaquero estadounidense cuya imagen busca asociar el tabaquismo con el carácter recio y la independencia del individuo.
La compañía ha logrado un un acceso muy exitoso a mercados en rápida expansión fuera de Estados Unidos, en especial en Europa Oriental y Asia.
"El documental revela la brecha entre la imagen creada por las actividades de relaciones públicas de los gigantes del tabaco en Estados Unidos y sus actividades en el exterior", apuntó Kathryn Mulvey, directora de INFACT.
El lanzamiento de la película se produjo 10 días antes de que delegados de todo el mundo comiencen a discutir el proyecto de FCTC en la sede de la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra.
La directora de la OMS, Gro Harlem Brundtland, lanzó la iniciativa de la convención el año pasado, y confía en que la FCTC pueda ser presentada a la asamblea de esa organización dentro de dos años.
El propósito de la FCTC es establecer normas internacionales de uso, promoción y venta de derivados del tabaco.
Los activistas demandan un tratado que prohiba el mercadeo y todas las formas de publicidad de las tabacaleras, incluyendo el auspicio de actividades. Tambien se oponen a que esas firmas participen en la negociación de la FCTC.
"Una industria que fabrica y vende bienes que causan adicción y muerte no puede intervenir en la definición de políticas de salud pública", dijo John Garrison, presidente de la Asociación Pulmonar Estadounidense, un grupo de presión que ya lleva un siglo de actividades antitabaco.
La OMS estima que unos 1.100 millones de personas fuman tabaco, y predijo que la "epidemia mundial" del tabaquismo, responsable en la actualidad de cuatro millones muertes anuales, causará 10 millones de muertes anuales dentro de 20 años.
Philip Morris y RJR Nabisco, las mayores compañías tabacaleras de Estados Unidos, controlan 20 por ciento de la producción mundial, pero sus ventas no aumentaron en los últimos dos años, y el hecho se atribuye a que en los países industrialzados el público está más informado acerca de los riesgos del tabaquismo.
En la actualidad, 75 por ciento de las ventas de Philip Morris se realizan fuera de Estados Unidos, y el vídeo de INFACT mostró las estrategias publicitarias de la firma en Europa Oriental y el Sudeste Asiático.
En Estados Unidos, la compañía se vio forzada a reconocer, entre otras cosas, la posibilidad de un vínculo entre el tabaquismo y el cáncer de pulmón, y a realizar campañas de prevención del hábito dirigidas a la infancia, pero sus tácticas de venta en otros países son cada vez más agresivas.
La firma emplea en varias naciones métodos publicitarios y de mercadeo que no son permitidos en Estados Unidos.
Según los activistas, las campañas de Philip Morris en naciones que integraron el llamado bloque socialista apuntan en especial a la infancia, y no habrían sido permitidas antes de la disgregación de ese conglomerado que lideraba la ex Unión Soviética.
Desde que Philip Morris comenzó a hacer propaganda en la República Checa, el tabaquismo entre menores de 18 años en ese país aumentó 40 por ciento, según un médico del Instituto Nacional de Salud de Praga.
La fuente aseguró que las normas para el control del tabaquismo en su país fueron redactadas por agencias de publicidad que trabajaban para Philip Morris, después de que la firma pagó viajes a Suiza de parlamentarios clave en la redacción de la ley correspondiente.
Luego de que Malasia prohibió la publicidad de cigarrillos, Philip Morris lanzó en ese país una cadena de tiendas de ropa llamadas "La aventura Marlboro", para mantener la promoción pública de sus productos.
El "Hombre Marlboro", descrito por su creador como "la imagen correcta para capturar el mercado juvenil, porque es un símbolo perfecto de independencia y rebelión individualista", es ubicuo en la mayor parte del este de Asia.
En Vietnam, una importante cabeza de puente para Philip Morris, esa firma contrarrestó una prohibición de publicidad de cigarrillos en medios de comunicación con "avisos que caminan", adolescentes que ofrecen cigarrillos gratis a otros jóvenes en las calles. Esa práctica fue filmada por INFACT en abril.
Luego la legislación vietnamita tambien prohibió la oferta de muestras gratuitas, indicaron los activistas.
Akinbode Oluwafemi, de la organización no gubernamental Acción de Derechos Ambientales, denunció que tácticas similares son siendo empleadas en Nigeria.
"La programación de las emisoras de radio y televisión han sido invadidas por avisos de cigarrillos, y se ofrecen muestras gratis en todas las aldeas", declaró Oluwafemi el miércoles en Washington, duramte el estreno del documental.
El activista pidió que el gobierno estadounidense investigue esas actividades, pero la actitud de Washington en la materia ha sido ambigua.
Por un lado, las autoridades han sido severas con las firmas tabacaleras, y en especial contra su publicidad dirigida a la infancia. Pero por otro lado, la posición del presidente Bill Clinton en relación con el FCTC desilusionó a muchos activistas.
Washington no se sumó a las iniciativas antitabaco como Canadá, Gran Bretaña, Singapur, Tailandia e incluso Brasil, el mayor productor mundial, y anunció que sólo apoyará una FCTC que pueda ser ratificada por el Senado estadounidense, donde los representantes de estados productores de tabaco no aceptarán ninguna limitación eficaz.
Además, el gobierno de Estados Unidos apoya una controvertida ley de subsidios a la exportación, que incluye beneficios a las compañías tabacaleras de ese país con exenciones tributarias por valor de 100 millones de dólares para los productos que venden en el exterior.
Esa norma fue aprobada en la Cámara de Representantes el mes pasado y pasó a ser discutida en el Senado, donde las fuerzas antitabaco tratarán de excluir a las tabacaleras del beneficio.
"Otorgar un subsidio a un producto letal es un ultraje a la moral", enfatizó el senador Paul Wellstone, enemigo declarado de las tabacaleras. (FIN/IPS/tra-eng/jl/da/ego/mp/he ip/00)