Señales de calma asoman en medio de la tempestad petrolera, mientras camioneros europeos protestaban en la semana que concluye por los altos precios del combustible y la cotización del crudo se resistía a ceder.
La cesta de siete crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) retrocedió 1,28 dólares en el lapso del 11 al 15 de septiembre, ofertándose a 30,32 dólares el barril en vez de los 31,60 de la semana precedente, informó el ministerio Energía venezolano.
El valor del crudo West Texas, marcador estadounidense, retrocedió 45 centavos, hasta 34,27 dólares, y el del Brent del Mar del Norte disminuyó en la semana unos tres dólares, hasta por debajo de los 32, según la misma fuente.
Al cerrar la jornada de este viernes en Londres, el Brent se transaba a 33,97 dólares (-0,65), el Bonny africano a 33,92 (- 0,30), el Dubai a 31,05 (-0,90), y el West Texas a 35,84. El «cóctel» venezolano, más denso, se cotizó a 30,32 dólares, 1,28 dólares por debajo de la primera semana de septiembre.
Los precios altos son resultado de varios meses de demanda creciente sobre una infraestructura de producción que trabaja casi a plena capacidad en todo el mundo, excepto en los 11 países miembros de la OPEP, que hace una semana acordaron entregar 800.000 barriles diarios más desde octubre.
La OPEP, que controla 35 por ciento del mercado, ofertará oficialmente 26,2 millones de barriles diarios. Hoy entrega 25,4 millones de barriles por día, más una sobreproducción estimada en 600.000 unidades, y se trata de una colocación un millón de barriles superio a la de 1998.
Para llevar más calma al sediento mercado petrolero, el ministro de Energía venezolano y presidente en ejercicio de la OPEP, Alí Rodríguez, reiteró que el 12 de noviembre una conferencia extraordinaria de la organización revisará la situación y podría agregar otros 500.000 barriles a la oferta diaria.
Eso dependerá del comportamiento de la banda de precios —entre un piso de 22 dólares y un techo de 28— que la OPEP considera adecuada para su barril promedio. Unos socios se inclinan por mantener los precios en el techo y otros, para conservar clientela, preferirían que rondasen los 25 dólares.
Rodríguez, quien calificó de «nociva» la especulación en los mercados, dijo que «de continuar la demanda energética en los niveles actuales, los miembros de la OPEP pueden abrir en unos dos meses su capacidad cerrada, que es actualmente de unos tres millones» de barriles por jornada.
En La Haya, el copresidente del consorcio angloholandés Shell, Jeroen van der Veer, estimó que «no hay que esperar una baja en el precio del carburante antes de febrero», pero en cambio «luego puede suceder cualquier cosa».
En las capitales de la OPEP se multiplican las voces que advierten el peligro de una fuerte y prolongada caída de los precios del petróleo una vez que las naciones industrializadas repongan sus inventarios y haya cesado el invierno boreal.
Además, advierten contra el riesgo de engolosinarse con los proventos del petróleo, que este año pueden sumar, para los 11 socios, más de 250.000 millones de dólares, el doble de lo conseguido el difícil año 1998.
También este viernes el presidente estadounidense Bill Clinton trató de sembrar calma entre los consumidores: «No avizoro amenaza de recesión de corto a mediano plazo» en Estados Unidos por los precios del petróleo.
«Hemos soportado este pico en el precio mejor que antes», añadió Clinton.
«Mmantengo todas mis opciones acerca de cómo lidiar con el precio del petróleo. Haré todo lo posible para reducir al mínimo cualquier consecuencia adversa sobre el pueblo norteamericano», dijo.
Clinton seguramente tratará de mantener su país lejos de la ola de protestas de camioneros en toda Europa, e incluso en Israel, contra los altos precios del carburante, aunque la misma también amainaba en el norte europeo.
Según el ex ministro de Planificación venezolano Teodoro Petkoff, «los camioneros en Europa descubrieron lo que en la OPEP ya sabíamos, que los altos precios del combustible se deben, en primer lugar y sobre todo, a los elevados impuestos que esos Estados cargan sobre los derivados de petróleo».
Esa protesta, por último, ofrece una vitrina de primera para los productores de la OPEP, que realizarán en Caracas el 27 y 28 de septiembre una cumbre de soberanos, jefes de Estado y de gobierno para hacer un nuevo llamado a los consumidores a favor de la cooperación y el equilibrio.
En ese espíritu moderador de la OPEP se advierte otra señal hacia la calma en los agitados mercados, a la vez que una preocupación porque a largo plazo no se les suplante por otras fuentes de energía. (FIN/IPS/jz/mj/if/00