PETROLEO: Alto precio obliga a buscar otras fuentes de energía

El alto precio del petróleo provoca protestas en Europa, pero los defensores del ambiente sostienen que es un llamado a limitar el uso de los combustibles fósiles y recurrir a fuentes de energía renovables.

El crudo alcanzó los 35,39 dólares por barril el lunes, el precio más alto desde 1990. Aunque el precio promedio descendió a poco más de 32 dólares este martes, los expertos no esperan que se reduzca mucho en el futuro próximo.

Las protestas no se hicieron esperar en Europa, donde los impuestos a la gasolina son elevados.

Más de la mitad de las gasolineras de Gran Bretaña tuvieron que cerrar este martes, mientras los manifestantes bloqueaban el acceso a las refinerías de petróleo.

La semana pasada, los taxistas y camioneros de Francia paralizaron las ciudades en protesta por el precio de la gasolina.

Grupos en Alemania, Bélgica, Holanda e Irlanda realizaron acciones similares.

La dependencia mundial de los combustibles fósiles será analizada esta semana en Lyon, Francia, en una reunión preparatoria para la conferencia de La Haya (Holanda) que en noviembre negociará los detalles finales del Protocolo de Kyoto.

El Protocolo de Kyoto es el acuerdo internacional sobre cambio climático, que fija límites legales a la emisión de gases invernadero, procedentes en su mayoría de la combustión de combustibles fósiles.

La necesidad de acabar con la parálisis política en torno de las negociaciones se destacó el mes pasado cuando un rompehielos halló aguas abiertas en el Polo Norte por primera vez.

Muchos científicos creen que este hecho confirma el recalentamiento planetario, provocado en parte por los gases invernadero.

Los políticos y las personas que protestan contra el aumento del precio del petróleo y de los impuestos a la gasolina son acusados por los ambientalistas de ignorar la necesidad de limitar las emisiones de gases invernadero.

Ante el aumento de los precios del petróleo, el público concentró su ira en diversos «impuestos verdes» sobre la gasolina, que representan un gran porcentaje del alto precio del combustible en Europa.

Organizaciones ecologistas manifestaron su asombro cuando muchos gobiernos cedieron a la presión popular.

Amigos de la Tierra acusó al gobierno francés de cambiar su postura sobre el cambio climático cuando prometió a los manifestantes de la semana pasada la reducción del impuesto a la gasolina.

En Alemania, el partido demócrata cristiano pidió al gobierno que revoque su «erróneo concepto de los impuestos ecológicos».

El primer ministro británico Tony Blair dijo que no se rendirá a la presión pública reduciendo el impuesto a la gasolina.

Para Lester Brown, fundador de la organización Worldwatch Institute, de Washington, la solución a los altos precios del combustible y el recalentamiento planetario radica en modificar los sistemas fiscales de los gobiernos para depender menos de los combustibles fósiles.

«Llegó el momento de restructurar los sistemas fiscales estatales para reducir la amenaza de los altos precios del petróleo y estabilizar el cambio climático», exhortó.

Brown propone reducir el impuesto a la renta personal y compensarlo con impuestos a la gasolina.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sabe, según Brown, que el costo de producción del barril de crudo en Arabia Saudita es de dos dólares.

El cartel petrolero sabe que si los precios suben demasiado, habrá una recesión internacional que no le conviene, agregó.

«Si los países importadores llevan el precio de la gasolina, del combustible para aviones y de otros derivados del petróleo al límite, imponiendo fuertes gravámenes, entonces la posibilidad de que la OPEP eleve los precios se reduce», sostiene.

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, se reunió la semana pasada en Nueva York con el príncipe heredero saudita, Abullah, quien le exhortó que los países importadores reduzcan sus impuestos a la gasolina y otros productos derivados del petróleo.

«Si tomamos la iniciativa y aumentamos los impuestos a la gasolina y reducimos los impuestos a la renta, el aumento del impuesto a la gasolina terminará en las arcas del Estado y beneficiará a los individuos», dijo Brown.

Si no cambiamos el sistema fiscal y el precio de la gasolina sigue subiendo, «finalmente terminaremos pagando el mismo alto precio por la gasolina, pero sin la reducción del impuesto a la renta", aseguró Brown.

Los ingresos generados con los impuestos a la gasolina se podrían destinar al desarrollo de fuentes de energía renovables, como la solar y eólica, argumentó.

En los últimos años, la generación eólica creció 24 por ciento, la producción de células solares 17 por ciento y la energía geotérmica cuatro por ciento en todo el mundo.

Dinamarca recibe 10 por ciento de su electricidad del viento. En el caso de la provincia española de Navarra, la cifra asciende a 22 por ciento.

Por contraparte, el uso del petróleo creció uno por ciento por año, y el del carbón se redujo uno por ciento en el mismo lapso. (FIN/IPS/tra-en/dk/da/aq/if-en/00

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