La huida a Panamá de Vladimiro Montesinos, el destituido jefe de inteligencia, despeja el camino para la democratización de Perú, afirmaron dirigentes de oposición, aunque otros exigen el reemplazo inmediato del presidente Alberto Fujimori.
Montesinos viajó en la madrugada del domingo a Panamá, una semana después de que Fujimori anunciara su destitución y la desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), así como nuevas elecciones para marzo y el recorte a uno del mandato presidencial de cinco años.
Fujimori explicó que su decisión, inesperada para todos los sectores politicos, fue consecuencia del impacto moral que le provocara la difusión de un vídeo que mostró a Montesinos sobornando al parlamentario opositor Alberto Kouri para que se pasara al oficialismo.
«La ausencia de Montesinos facilitará el proceso democrático en Perú, porque lo separa de sus contactos militares, que aún siguen al mando de importantes unidades de tropa, y con los cuales amenazó con un golpe de Estado», dijo el jurista y ex ministro Javier Valle Riestra.
«El siguiente paso deberá ser recomponer los mandos militares, del modo menos traumático posible», agregó.
Designado asesor presidencial de inteligencia, Montesinos tomó el control del SIN y fue decisivo a la hora de resolverse el ascenso de militares, una función que le dio fuerte influencia sobre las Fuerzas Armadas.
El analista Flavio Solorzano, de la no gubernamental Población y Desarrollo, aseguró que Fujimori se había distanciado de Montesinos tres semanas antes de la divulgación del vídeo comprometedor.
La causa fue que, al parecer, el asesor presidencial no había despejado los indicios que lo complicaban en el contrabando de 10.000 fusiles para una organización guerrillera colombiana, un hecho del que fueron acusados algunos militares peruanos retirados del servicio activo.
Perú vivió los días siguientes al anuncio de Fujimori bajo amenaza de golpe militar, según Valle Riestra.
Pero «el momento difícil ya pasó y ahora corresponde resolver el problema del poder de manera eficiente y cuidadosa, mediante pactos con los militares, tal como ocurrió con la transición de dictadura a democracia en otros países de América Latina», indicó Carlos Tapia, ex parlamentario del frente Izquierda Unida.
Lo mismo opinaron otros políticos opositores, como Lourdes Flores, dirigente del Partido Popular Cristiano, y los parlamentarios Fernando Olivera, del Frente Independiente Moralizador, y Diego García Sayan, portavoz de Perú Posible, el partido de Alejandro Toledo, desafiante de Fujimori en las elecciones celebradas en mayo.
Pero otros, como Anel Towsend, de Somos Perú, y Jorge del Castillo, del socialdemócrata Partido Aprista Peruano, acusaron a Fujimori de garantizar la impunidad de Montesinos y exigieron la dimisión inmediata del mandatario y de sus vicepresidentes, para reemplazarlos por «personalidades democráticas» .
«Esta propuesta es absurda. Montesinos no podría ser juzgado en este momento, porque lo sería por un Poder Judicial cuyos jueces fueron nombrados por él», advirtió Valle Riestra.
«Por otro lado, ¿quién nombraría el gobierno provisional que sustituiría a Fujimori?», se preguntó.
Valle Riestra, Flores y García Sayan creen que, a través del diálogo que la Organización de Estados Americanos (OEA) promueve entre el gobierno y la oposición, debe conseguirse la reforma de los institutos de control electoral para garantizar los comicios presidenciales y parlamentarios de marzo.
El periodista Gustavo Gorri, asesor de Toledo, aseguró que Montesinos tiene propiedades y cuentas bancarias en Panamá, el país que escogió para refugiarse.
Panamá rechazó inicialmente el pedido del gobierno de conceder asilo al ex asesor de Fujimori, aunque a instancias del secretario general de la OEA, Cesar Gaviria, y de 10 países, entre los que se cuenta Estados Unidos, aceptó revisar su decisión.
De ese modo, Montesinos se unió a la larga lista de presidentes, dictadores y lideres políticos, democráticos o insurgentes, que encontraron en Panamá refugio territorial.
En Panamá residen también Abdalá Bucaram, destituido en 1997 de la Presidencia de Ecuador, el haitiano Raoul Cedras, dictador de Haití hasta 1994, y el ex presidente guatemalteco Jorge Serrano, quien en 1993 intentó sin éxito un golpe de Estado en su país.
Antes, en 1979, se había refugiado allí el sha de Irán. Panamá aceptó al sha Reza Pahlevi a pedido del gobierno de Estados Unidos, que se enfrentaba a una seria crisis por el triunfo de la revolución islámica en Irán.
El canciller de Panamá, José Miguel Alemán, expresó a una emisora de televisión de Perú el malestar de su gobierno por el arribo de Montesinos.
«Los panameños estamos hartos de que se trate de convertirnos en el estercolero político de América», dijo Alemán.
Si bien la unica acusación concreta y documentada contra Montesinos es el soborno a Kouri, el ex asesor ha sido también denunciado por violación de derechos humanos y presunto enriquecimiento ilícito. (FIN/IPS/al/ff/ip/00
