La prescripción en Pakistán de una ley de 23 años de antigüedad que limitaba la propiedad individual de la tierra provocó temor a una reversión de la reforma agraria por influencia de los grandes terratenientes.
La gubernamental Comisión de Reforma Agraria informó al jefe de gobierno Pervez Musharraf sobre la prescripción de la ley de 1977, que limitaba a 50 hectáreas la superficie de tierra irrigada que podía poseer un individuo y a 100 hectáreas la tierra no irrigada.
La finalidad de la ley consistía en la adquisición del excedente de los grandes terratenientes por el Estado y su redistribución entre los campesinos sin tierra. La norma legislativa también prohibía la venta de la tierra redistribuida hasta el año 2000.
Algunos funcionarios ya expresaron temor a que los terratenientes se valgan de su creciente influencia política para readquirir la tierra redistribuida.
La decisión del gobierno militar de devolver poderes a organismos populares de gobierno facilitará las cosas para los grandes propietarios de tierra, opinaron los funcionarios, que solicitaron reserva.
En diciembre habrá elecciones locales sobre una base "no partidaria", y se prevé que los grandes terratenientes obtendrán votos suficientes para encabezar los gobiernos. Esto los pondrá en condiciones de recuperar sus antiguas tierras, señalaron las fuentes.
Mientras los funcionarios públicos relacionados con la reforma agraria solicitan una prórroga de la ley de 1977, algunos economistas reclaman nuevas reformas.
El economista Akmal Hussain advirtió que si el plan de descentralización del poder del gobierno no se acompaña de una profundización de la reforma agraria, el resultado será una mayor opresión de los campesinos pobres.
En tal situación, opinó, la descentralización significará "democracia en el centro y autocracia a nivel local".
La reforma agraria iniciada en 1977 siguió a dos intentos anteriores de eliminar los latifundios en este país asiático predominantemente rural.
Uno de los intentos fue del dictador militar Ayub Khan en 1959, y otro del primer ministro Zulfikar Alí Bhutto, en 1972.
Las tres reformas transfirieron gratuitamente el excedente de tierra de los grandes propietarios a pequeños campesinos. El objetivo consistía en crear una fuerte clase media campesina y aumentar la eficiencia de las granjas.
Mediante las reformas, el Estado tomó un total de 2,5 millones de hectáreas de 8.476 terratenientes, y de ellas, 1,7 millones de hectáreas fueron divididas entre 317.000 campesinos sin tierra.
Sin embargo, los críticos señalan que eso no fue suficiente. Un estudio realizado en 1993 por el economista Rahman Sobhan reveló que, en las tres reformas, el Estado solo adquirió tres por ciento de la tierra excedente, y la distribuyó entre apenas dos por ciento de los campesinos pobres.
La desigualdad en el acceso a la tierra de cultivo es responsabilizada por la persistencia de la pobreza en este país de 140 millones de habitantes.
Según el último Estudio Económico del gobierno, la cantidad de paquistaníes que no pueden satisfacer sus necesidades diarias de nutrición creció de 17,8 millones en 1988 a 43,9 millones 10 años después.
Funcionarios públicos estrechamente involucrados en la reforma agraria afirmaron que los grandes terratenientes han formado parte de cada gobierno de Pakistán, democrático o de facto, y esto les ha permitido burlar las leyes para retener todas sus tierras.
El gobierno no revela al público el número estimado de grandes propietarios de tierra.
El área cultivable total de Pakistán asciende a 79,6 millones de hectáreas, y de ellas 3,6 millones son bosques, según el Ministerio de Agricultura.
Otros 24,5 millones de hectáreas no están disponibles para cultivo porque están ocupadas por construcciones y caminos, y el área efectivamente cultivada es de 21,9 millones de hectáreas.
Además, la tierra ofrecida a los campesinos pobres es árida en muchos casos, aunque el gobierno les prometió ayudarlos para recuperarla, señalan los críticos.
La influencia de los grandes propietarios de tierra quedó en evidencia tras el golpe militar de Ziaul Haq, en julio de 1977. En un esfuerzo por ganarse el apoyo de los terratenientes para su régimen, Haq exoneró a los establecimientos ganaderos de los topes de propiedad de la tierra.
Esta medida prácticamente anuló el efecto de la ley de reforma agraria de 1977.
Los terratenientes también obtuvieron en 1989 el respaldo de un tribunal islámico que declaró contrario al Islam la expropiación de las tierras y su distribución entre los pobres.
Este veredicto continúa vigente, pero Sheikh Rashid, ex presidente de la Comisión de Reforma Agraria, urgió al gobierno a procurar una revisión de la norma. (FIN/IPS/tra-en/ni/mu/mlm/dv/00