MALASIA: Mahathir incólume dos años después de embate opositor

El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, mantiene con firmeza las riendas del poder cuando se cumplen dos años de un estallido de protestas en cuyo marco surgió el movimiento opositor Reformasi.

Mahathir, de 74 años, gobierna el país desde 1981 y no ha perdido el control absoluto del país, pese a que transfirió algunas funciones de gobierno al viceprimer ministro, Abdullah Badawi.

De todos modos, la arremetida opositora se reflejó en los resusltados de las elecciones de noviembre, cuando el voto por el oficialismo se redujo a 56 por ciento, después de haber sido 65 por ciento en 1995.

Las raíces del desgaste oficialista se ubican en el desencanto de la mayoritaria comunidad étnica malaya ante el arresto del ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, del cual se cumplieron dos años este miércoles.

El propio gobierno acusó a Anwar de corrupción y sodomía y Mahathir lo destituyó.

Según el ex primer ministro y sus seguidores, que formaron el movimiento Reformasi, la presentación de esos cargos formó parte de una conspiración política para desacreditar y retirar del escenario político a Anwar, quien gozaba de gran popularidad.

El ex primer ministro demandó tras su destitución la renuncia de Mahathir, y movilizó una muchedumbre de 50.000 personas que marcharon hasta la Plaza de la Independencia en Kuala Lumpur.

Luego Anwar fue arrestado en su casa, al amparo de la Ley de Seguridad Interna, y fue agredido en la celda donde fue recluido por el oficial de policía de mayor graduación en el país en aquel momento. Esa agresión desencadenó una masiva indignación.

"Entre la mayoría de los musulmanes, Mahathir perdió el respeto del que gozaba antes de destituir a Anwar", dijo Zaid Kammaruddin, vicepresidente de Jama'ah Islah Malasia, un grupo opositor musulmán.

Mahathir también es musulmán, al igual que 53 por ciento de los malasios.

Zaid sostuvo que Mahathir tiene aun mucho trabajo por delante para restaurar el apoyo de los malayos étnicos, los cuales fueron la principal base de apoyo tradicional del oficialismo.

El triunfo de Mahathir en noviembre se debió en gran medida al apoyo de integrantes de etnias minoritarias.

"Si (los oficialistas) intentan reconquistar el apoyo malayo, no lo conseguirán. Las personas, y en especial los malayos, tienden a no aceptar la versión oficial de los hechos", sentenció Zaid.

"El impacto del autoritarismo del régimen de Mahathir, y de la serie de escándalos con los cuales estuvo asociado, creó en nuestra sociedad una atmósfera difusa de frustración, malestar y, en los últimos tiempos, falta de fe en el gobierno", señaló D.J. Muzaffar Tate, un escritor dedicado a asuntos políticos.

"El efecto ha sido convertirnos en una nación de cínicos", afirmó.

Disidentes y activistas planeaban conmemorar el segundo aniversario del arresto de Anwar y del surgimiento de la oposición más fuerte en décadas mediante un acto en el Estadio Nacional, con capacidad para 100.000 personas.

Sin embargo, la solicitud para usar ese estadio fue rechazada por las autoridades en 15 minutos, sin exponer los fundamentos de la negativa, y se optó por realizar una cena con discursos en un restaurante de la Plaza Independencia.

Saari Sungib, presidente de la Comisión de Reformasi, anunció en una declaración difundida por Internet, la red mundial de computadoras, que planeaba realizar una conferencia de prensa este miércoles en un hotel.

Tras la conferencia de prensa, una delegación se iba a presentar en las oficinas administrativas del Estadio Nacional, para reiterar en forma simbólica el pedido de usar las instalaciones.

"Vamos a pedir que se nos permita usar el estadio en alguna fecha de octubre", dijo Tian Chua, vicepresidente del Keadilan (Partido de Justicia Nacional) de Anwar.

El traspaso de funciones al viceprimer ministro por parte de Mahathir le permitirá dedicar más tiempo a la conducción de su partido, la Organización Nacional Malaya Unida (UMNO), y a resolver problemas creados por la lucha de fracciones dentro de ese partido y por el crecimiento de la oposición.

Las fuerzas opositoras se han agrupado en la alianza opositora Barisan Alternatif (Frente Alternativo), cuyos principales integrantes son el Keadilan y el Partido Islámico (PAS).

"Mahathir quiere consolidar la UMNO para enfrentar en mejores condiciones los próximos comicios", comentó Syet Husin Alí, presidente del opositor Parti Rakyat Malaysia (Partido Popular Malayo), otro integrante del Barisan Alternatif.

El oficialismo aún confía en que el paso del tiempo y la permanencia en prisión de Anwar harán que el movimiento opositor pierda fuerzas.

Las sentencias impuestas al ex viceprimer ministro lo mantendrá en la cárcel hasta 2009, por la suma de una condena a seis años de cárcel por corrupción y una segunda condena por sodomía. Muchos piensan que la carrera política de Anwar ha terminado.

La oposición cuenta con fuerte apoyo de malayos étnicos, y su mayor desafío es atraer a personas de otros orígenes.

Hace poco Mahathir tuvo enfrentamientos con asociaciones que agrupan a malasios de origen étnico chino, las cuales pidieron un gran número de concesiones y reiteraron demandas formuladas en el pasado por los comunistas.

En la actualidad, gran cantidad de integrantes de la comunidad de origen étnico chino "lamentan haber votado por la coalición gobernante, y muchos están indignados desde que el primer ministro criicó con dureza a las asociaciones que los representan", afirmó Tian. (FIN/IPS/tra-eng/ann/js/ego/mj-mp/ip/00)

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