LIBANO: Ex primer ministro gana elecciones legislativas

El ex primer ministro y magnate Rafik Hariri ganó la segunda ronda de las elecciones legislativas en Líbano y tendría el apoyo necesario para convertirse en el próximo jefe de gobierno de este país, siempre que así lo apruebe el presidente.

Hariri conquistó las 19 bancas de Beirut, lo cual representa la derrota del primer ministro Selim Hoss y varios de sus ministros, según los primeros resultados electorales.

Aunque en Beirut sólo 40 por ciento del electorado participó en los comicios del domingo, la victoria de Hariri es vista como señal de descontento con la crisis económica.

El multimillonario gastó 50 millones de dólares en su campaña, en un total de 200 millones que gastaron todos los candidatos para publicar carteles, celebrar comidas fastuosas para atraer a los votantes y otorgar becas estudiantiles.

"Hariri nos puede conducir al Líbano anterior a la guerra, cuando era la Suiza de Medio Oriente. Cuando era primer ministro, había trabajo", dijo el empresario Mohammed Dandashli, en Beirut.

Sin embargo, otros culpan al gobierno de Hariri (1992-96) de agravar la deuda externa que actualmente asciende a 20.000 millones de dólares.

"Ahora son 20.000 millones, pero para cuando se vaya probablemente sean 50.000. Me pregunto si debo aprontar mis valijas e irme del país", comentó el comerciante Viken Bejakian.

"No estuve de acuerdo con su política anterior. Hubiera preferido que gastara el dinero en escuelas, hospitales, la agricultura y la industria, en lugar de construir un aeropuerto y un estadio deportivo", agregó, en referencia a la ambiciosa reconstrucción del país que emprendió Hariri en su gobierno.

Pero la victoria parlamentaria de Hariri no significa que necesariamente sea el próximo primer ministro, aunque se espera que cuente con el apoyo de entre 50 y 70 de los 128 legisladores del Parlamento.

La Constitución autoriza al presidente, Emile Lahoud, a elegir al primer ministro en consulta con el Parlamento. Se sabe que se opone firmemente a Hariri, aunque en los últimos días hubo indicios de que la relación entre ambos ha mejorado.

En definitiva, la decisión deberá ser refrendada por Siria, el principal intermediario del poder en este país desde que terminara la guerra civil en 1990.

Siria desempeñó un importante papel en estas elecciones, ayudada por una ley electoral aprobada este año que dividió a Líbano en distritos desiguales con el fin de debilitar a algunos candidatos y fortalecer a otros, según el estado de sus relaciones con el gobierno o con Damasco.

Esto se aplicó en el sur y en el valle de Bekaa, donde dos listas coaligadas organizadas por Siria ganaron todas las bancas. En el sur salió favoreció el hombre fuerte de Siria, el presidente del Parlamento Nabih Berri.

Berri formó una coalición entre su partido, Amal, y el rival partido islámico Hizbollah.

"Siria considera al sur y al Bekaa como extensión natural de su territorio", explicó Nicholas Nassif, columnista del diario árabe Al Nahar.

Siria ordenó a la coalición contener a Hizbollah e impedir que capitalizara la victoria obtenida al expulsar al ejército israelí del sur del país en mayo, poniendo fin a una ocupación de 22 años. Simultáneamente, Siria protegería la base de poder de Berri.

En la primera ronda celebrada el domingo 27 de agosto, la participación electoral fue más elevada en Monte Líbano y en el norte, donde hubo mayor libertad.

Pero la palabra "oposición" en este país califica más bien a aquellos contrarios a la interferencia de Siria en la política libanesa y que boicotean las elecciones, o que exigen relaciones más equitativas entre los dos vecinos.

Muchos candidatos exigen más igualdad entre los dos países, entre ellos algunos victoriosos, como el legislador Nassib Lahoud, primo y opositor del presidente. Siria permitió la victoria de estas personalidades porque no representan un peligro real a su dominio.

"No comparto la actitud servil ni la agresividad contra Siria. Debemos sentarnos y conversar acerca de muchos puntos, como la presencia militar y las relaciones económicas. Me gustaría ver más equilibrio y cooperación como iguales entre los dos países", declaró el legislador Lahoud.

Líbano cuenta con 35.000 soldados sirios en su territorio.

Otros aliados de Siria, como Elie Hobeika, perdieron sus bancas. Comandante de las masacres de refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila en 1982, Hobeika era la mano derecha de Israel en el país, hasta que recurrió al favor de Siria.

La derrota de Hobeika, dos veces legislador y cuatro veces ministro, es interpretada por los observadores como el deseo del presidente sirio Bashar el Assad de conseguir aliados más respetables, lo que anunciaría el comienzo de relaciones más equilibradas.

A pesar de la interferencia siria, las elecciones libanesas se cuentan entre las más democráticas de Medio Oriente, donde los regímenes autoritarios son la norma, según analistas políticos.

"Las elecciones en Líbano se convirtieron en un hecho administrativo que tienen que celebrarse cada cuatro años. Pero es una buena señal el que se hayan hecho", dijo Farid el Khazen, profesor de la Universidad Americana en Beirut. (FIN/IPS/tra-en/kg/da/aq/ip/00

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