Treinta y nueve por ciento de los deportistas inscriptos en los juegos que comenzarán formalmente este viernes en Sydney son mujeres, pero éstas sólo controlan 12 por ciento de los puestos en el Comité Olímpico Internacional, el centro de decisiones.
Los deportes son un reflejo de la sociedad en general, en la que la participación femenina crece, aunque con lentitud en los ámbitos de poder, observó Schuma Schumaher, dirigente de la organización feminista brasileña Red de Desarrollo Humano (Redeh).
Las mujeres estuvieron excluídas de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en 1896 en Atenas, en 1900 participaron sólo en cricket y tenis, y les tomó 50 años alcanzar a 10 por ciento de la cantidad de atletas inscriptos.
La historia cambió a partir de 1964, en Tokio, cuando las mujeres fueron 13,3 por ciento del total. Su participación creció desde entonces de modo sostenido y hace cuatro años, en Atlanta, lograron una representación de más de un tercio entre los mejores atletas del mundo.
El Comité Olímpico Internacional no acogió a ninguna mujer hasta 1981, cuando entró la primera. Hasta el comienzo, el miércoles, del proceso de sustitución de algunos miembros había sólo 13 mujeres entre 113 dirigentes.
Brasil es uno de los mejores ejemplos del ascenso deportivo femenino.
Además de enviar a Sydney a 94 mujeres en una delegación de 204 atletas, por primera vez una de ellas será la abanderada del grupo en el desfile que este viernes señalará la inauguración oficial de los llamados juegos «del milenio».
El honor de portar la bandera de Brasil le correspondió a Sandra Pires, medalla de oro en vóleibol de playa en Atlanta, que intentará repetir la hazaña.
En los juegos de 1980 de Moscú sólo intervinieron 15 brasileñas, pero en Atlanta-1996 ya sumaron 66.
Sin embargo, todavía sigue el desbalance en este país entre la creciente participación femenina en los deportes y su escaso acceso a los organismos de decisión. Incluso varios equipos femeninos, como el de vóleibol, son dirigidos técnicamente por hombres.
En los deportes, más que en la política y en el mundo de los negocios, se sienten las trabas al reconocimiento del desempeño y de los derechos de las mujeres, porque es un área en la que existen fuertes «resistencias culturales», señaló Schumaher.
Los sectores en los que son más determinantes «la capacidad, el esfuerzo y la eficiencia» se muestran más abiertos a reconocer la igualdad de derechos, evaluó.
Un ejemplo de ello es el Poder Judicial, que sólo este año admitió una juez en uno de sus tribunales superiores, pero es «cuestión de tiempo» que otras asciendan a la cumbre por la gran afluencia de mujeres en la carrera judicial, donde se les reconoce el mérito, indicó Schumaher.
En cambio, los partidos políticos, los sindicatos y los deportes son áreas donde la persistencia de prejuicios y otros factores culturales hacen más difícil superar las discriminaciones y el consecuente acceso al poder de las mujeres, destacó la dirigente del Redeh.
En Brasil, «el gobierno democrático» no contempla una sola mujer entre los ministros, criticó Schumaher, pedagoga que coordina actualmente el proyecto «Mujer-500 años detrás de los paños», un diccionario con biografías de unas 900 mujeres que se destacaron en la historia del país.
Algunas deportistas hacen parte de la lista, que originalmente se pensaba limitar a 500 nombres. Una de ellas es Maria Lenk, la primera atleta sudamericana en participar en los Juegos Olímpicos, en 1932 en Los Angeles, Estados Unidos.
Lenk conquistó una medalla de oro en natación en 1940, cuando ya la acompañaban otras cuatro mujeres en la delegación brasileña. Hoy, octogenaria, aún sigue practicando esa disciplina.
Aída dos Santos, la primera mujer del atletismo brasileño en disputar Juegos Olímpicos, es otra mencionada. Obtuvo el cuarto lugar en salto de altura, en Japón en 1964, un resultado sorprendente para un país sin tradición en esa modalidad.
En estos juegos de Sydney, las mujeres pasarán a disputar medallas también en salto con vara, lanzamiento de martillo, pentatlón moderno, pesas y polo acuático, estando presentes en prácticamente todos los deportes, a excepción de boxeo y lucha.
En dos modalidades que ganaron carácter olímpico en estos juegos, taekwondo y triatlón, estrenan con competiciones femeninas y masculinas.
Los Juegos Olímpicos de Sydney, que acapararán la atención del mundo en las próximas dos semanas, se afirman como los más femeninos de la historia, comprendiendo incluso 11 modalidades en que hombres y mujeres se mezclan, disputando las mismas medallas o componiendo equipos mixtos.
Sin embargo, aún se nota la persistencia de inequidades en varios juegos. En polo acuático, abierto ahora a las mujeres, después de 100 años de exclusividad masculina, sólo participan seis equipos femeninos, la mitad de los compuestos por hombres. (FIN/IPS/mo/ff-dm/cr/00