El embargo impuesto a Iraq por la ONU hace 10 años amenaza con derrumbarse tras el desafío abierto de Francia y Rusia a las sanciones y el anuncio de India de que probablemente seguirá el ejemplo de ambas potencias.
Las sanciones económicas, aplicadas luego de la invasión de Iraq a Kuwait en agosto de 1990, devastaron la economía iraquí y ocasionaron graves carencias a la población civil, que a su vez provocaron la muerte de cientos de inocentes.
Francia, Rusia y China, tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con poder de veto, son partidarias del levantamiento del embargo.
Hasta ahora, sin embargo, ninguna de esas potencias había desafiado las sanciones, pero el pasado fin de semana, aviones franceses y rusos viajaron a Iraq con ayuda humanitaria sin permiso de la ONU.
París y Moscú arguyeron que las sanciones no se aplican a vuelos civiles para ese tipo de transporte, pero los aviones no sólo llevaban médicos y suministros médicos, sino también ejecutivos de empresas y jugadores de fútbol.
Estados Unidos y Gran Bretaña, también miembros permanentes del Consejo, señalaron que esos vuelos constituyeron una violación del embargo.
China también expresó su fuerte oposición a las sanciones, pero hasta ahora no intentó embarcar suministros de ayuda a Bagdad.
Mientras, India, que firmó un acuerdo de cooperación económica con Iraq, anunció que probablemente seguirá a Francia y Rusia con su propio «vuelo humanitario» a Bagdad. Jordania y Siria podrían ser los siguientes.
Washington y Londres sostienen que todos los viajes aéreos a Iraq deben ser autorizados por la Comisión de Sanciones de la ONU, que en ocasiones anteriores aprobó vuelos civiles, incluso desde Bagdad para el peregrinaje anual a La Meca.
Según un informe procedente de Bagdad, Rusia informó a la Comisión sobre su propuesto vuelo pero no pidió permiso para aterrizar en Iraq, mientras que Francia también notificó a la Comisión, pero no esperó la aprobación.
Estados Unidos y Gran Bretaña habían pedido una postergación del vuelo desde París «en espera de más información sobre la naturaleza exacta del vuelo», pero el avión partió sin haber recibido la autorización, informó Fred Eckhard, portavoz de la ONU.
Washington y Londres interpretaron esa medida como una clara violación del embargo.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, advirtió que la crisis humanitaria en Iraq -donde cientos de niños han muerto por desnutrición, falta de atención médica o medicamentos- representa «un dilema moral» para el foro mundial.
«La ONU siempre ha estado del lado de los vulnerables y los débiles, y siempre ha tratado de aliviar el sufrimiento», pero «ahora somos acusados de causar sufrimiento a toda una población», dijo al Consejo de Seguridad.
Annan advirtió que la ONU corre el peligro de perder su argumento o la guerra de propaganda, «si ya no la perdido».
Como resultado del sufrimiento de la población iraquí, el foro mundial decidió crear hace tres años el programa «petróleo por alimentos», que permite a Iraq vender cantidades limitadas de petróleo para adquirir alimentos y medicinas, bajo supervisión de la ONU.
Pero Estados Unidos arguyó que el gobierno iraquí abusa de ese programa, renovable cada seis meses.
La secretaria de Estado (canciller) estadounidense, Madeleine Albright, declaró a la prensa que Bagdad venderá este año entre 16.000 y 20.000 millones de dólares en petróleo, y que «importa 12.000 cajas de whisky escocés por mes», aunque «no se sabe si ese artículo corresponde a medicinas o a alimentos», ironizó.
Albright arguyó que el embargo debe mantenerse porque «las acciones de Saddam Hussein no son un invento», dado que el presidente iraquí «cruzó una frontera internacional, invadió otro país, violó, saqueó y destruyó».
Además, «mintió sobre su posesión de armas de destrucción masiva e impidió el ingreso a su país de inspectores de la ONU», recordó Albright.
La secretaria de Estado advirtió que Washington no aceptará el levantamiento de las sanciones hasta que se verifique la destrucción de todas las armas iraquíes de destrucción masiva y de la capacidad de producirlas en el futuro.
El canciller francés Hubert Vedrine declaró este mes en una rueda de prensa en la ONU, en representación de la Unión Europea, que Francia sigue creyendo en la necesidad de levantar el embargo contra Iraq.
Sin embargo, aclaró, esa medida debería producirse en base a una resolución del Consejo de Seguridad que garantice la seguridad de los países vecinos a Iraq.
«Francia cree que las sanciones se han vuelto primitivas, anacrónicas y económicamente absurdas», pero no todos los miembros del bloque europeo comparten esa opinión, y además Iraq no está preparada aún para aceptar las resoluciones del Consejo, declaró el canciller. (FIN/IPS/tra-en/td/da/mlm/ip/00