Uno de los grandes ausentes a la cumbre con que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró sus 50 años en 1995 fue el primer ministro de Malasia, Mahatir Mohamad.
Mahatir argumentó entonces que no encontraba justificación alguna para homenajear a una institución cuyo fracaso en Bosnia- Herzegovina, Somalía y Ruanda era imperdonable.
La ONU, además de ser manipulada por los países industrializados, tenía muy pocos motivos para celebrar, dado el fracaso de algunas misiones de paz y su incapacidad para resolver los crecientes problemas de pobreza y endeudamiento de naciones en desarrollo, dijo el gobernante malasio.
Cinco años después, las arcas de la ONU están vacías, las fuerzas de paz reciben numerosas críticas, los fondos destinados al desarrollo caen y los programas para aliviar la pobreza no dan resultados concretos.
Entre este miércoles y viernes se celebrará la Cumbre del Milenio. Más de 150 líderes mundiales aprobarán entonces una declaración que proyectará una visión del mundo del siglo XXI.
El diario Wall Street Journal criticó la semana pasada en un editorial la actitud «vergonzosamente complaciente» de la ONU respecto de China.
Entre los líderes que no asistirán a la Cumbre del Milenio figuran Mahathir, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el de Barbados, Owen Arthur, el iraquí Saddam Hussein, el libio Muammar Gadafi, el kirgizstano Askar Akayev, el sirio Bashar al Assad, el tailandés Chuan Likpai y el tanzanio Benjamín Mkapa.
Los pronunciamientos del 50 aniversario incluyeron propuestas sobre restructuración del sistema de la ONU, la reforma del Consejo de Seguridad, la aceleración del desarme, el alivio de la pobreza, la eliminación de la deuda de naciones en desarrollo y soluciones para la crisis financiera del foro mundial.
Sin embargo, virtualmente ninguna de esas propuestas fueron implementadas cuando ya pasaron cinco años, ya sea por razones políticas u otras causas.
Estados Unidos sigue siendo un participante clave en la ONU luego del fin de la guerra fría, aunque aún le adeuda 1.500 millones de dólares de aportes. El Consejo de Seguridad continúa sin cambios. India y Pakistán se unieron al club de países que poseen armas nucleares. La cantidad de pobres se ha incrementado.
Louise Fletcher, subsecretaria general de la ONU, negó que la Cumbre del Milenio se pueda convertir en una reunión más de coqueteo político y nulos resultados. «Las cumbres siempre ayudaron a poner en descubierto algunos temas políticos o económicos clave», dijo.
Si todo fracasa, la cumbre, brindará al menos una oportunidad a los líderes mundiales para que discutan sus problemas bilaterales. Fletcher señaló que en la reunión del aniversario en 1995 fue propicio para la realización de 703 reuniones bilaterales.
Una vez más, se pidió a los líderes mundiales que limiten sus discursos a cinco minutos. El presidente venezolano Hugo Chávez, quien se convirtió este mes en el primer jefe de Estado que visitó Iraq desde las sanciones de la ONU en 1990, protestó por esa limitación.
Chávez planifica un discurso de media hora, una pesadilla logística en una cumbre donde todo está previsto con precisión cronométrica.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, mencionó entre los problemas principales para el foro mundial en el siglo XXI cómo sacar a miles de millones de personas de la miseria, el fortalecimiento de las misiones de paz y solución para los problemas ambientales.
Annan pidió a los líderes mundiales un compromiso sobre asuntos urgentes. Uno de esos objetivos es reducir a la mitad la cantidad de gente que vive en la miseria para 2015, frenar la propagación del VIH/sida y brindar educación equitativa a niños y niñas.
«Confío que los líderes acuerden plazos específicos e identifiquen problemas» para «tratar de solucionarlos en los próximos 15 años», dijo.
Pero la cantidad de pobres en el mundo, unos 1.300 millones de personas que viven con menos de un dólar por día, seguirá aumentando, según las previsiones.
Para la próxima década, la cantidad de personas que viven en extrema pobreza se elevará a 1.500 millones en una población total de 6.000 millones. Y, para 2015, la ONU predijo que los pobres serán todavía más, 1.900 millones, si no se registran esfuerzos concertados para revertir el fenómeno.
Pero la Declaración del Milenio que será adoptada por los líderes mundiales ya ha dividido al foro mundial debido a profundos desacuerdos políticos, incluso antes que la cumbre haya comenzado.
Un texto de nueve páginas, todavía en proceso de redacción, carece de compromisos concretos en torno de dos demandas clave formuladas por las naciones más pobres del mundo: aumento sustancial de la asistencia y cancelación de la deuda del mundo en desarrollo.
A juzgar por el proyecto de Declaración, los líderes tampoco se comprometerán en reformar la ONU o restructurar el Consejo de Seguridad.
Los 188 miembros de la organización han estado tan divididos que se muestran incapaces de acordar la dimensión del nuevo Consejo de Seguridad y quienes serán sus integrantes. Un grupo de trabajo encargado reformar el organismo, que debió aportar una fórmula en 1995, ingresa en el nuevo siglo sin logros concretos. (FIN/IPS/trad-eng/td/da/ego/mj/ip/00