El resurgimiento de la aftosa en el noreste de Argentina y el sur de Brasil amenaza las exportaciones del Mercosur, gran proveedor mundial de carne bovina, pero no afectará la integración, según funcionarios de ambos países.
El problema ayudará a unir a las dos naciones, porque exige acciones conjuntas de control sanitario, opinó el secretario de Agricultura y Abastecimiento de Sao Paulo, Joao Carlos de Souza Meireles, en un seminario sobre la cadena de producción ganadera en el Mercosur (Mercado Común del Sur) realizado el martes.
Los dos grandes socios crearán mecanismos cooperativos de combate a la enfermedad, que preocupa a todos, pero no será motivo de disputas, coincidió el secretario general de la Presidencia de Argentina, Jorge de la Rúa, hermano del presidente Fernando de la Rúa.
Para discutir planes conjuntos de erradicación de la fiebre, ministros de Agricultura del Mercosur, bloque que nuclea a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se reunirán este sábado en Porto Alegre, capital del estado brasileño de Río Grande del Sur.
La fiebre aftosa, que era considerada erradicada en Argentina y en el sur de Brasil, tras décadas de esfuerzo de vacunación y control, es provocada por un virus resistente que causa graves daños al ganado vacuno y también a animales menores, como puercos y ovejas.
La enfermedad, temida por su alto poder de contagio, obliga a la matanza del ganado bajo sospecha, bloqueo del area afectada y medidas preventivas de países importadores, como la suspensión de las compras de carne provenientes del país o las provincias donde surgió el brote.
El Mercosur, como bloque, constituye el mayor exportador mundial de carne de vacuno, con más de un millón de toneladas anuales, destacó Vanderlei Macris, presidente de la Asamblea Legislativa de Sao Paulo y promotor del seminario.
La ganadería representa también la actividad rural más importante en el bloque y sus exportaciones comprueban su competitividad. Por eso sus problemas deben de ser tratados en conjunto, con el objetivo de mantener o conquistar terceros mercados, observó el diputado.
Además, la actividad provee materia prima para una importante producción industrial. Brasil, por ejemplo, exportó 820 millones de dólares de carne de vacuno el año pasado, a lo que se suman 1.300 millones en calzados y 600 millones de dólares en cueros, destacó Macris.
Con la noticia inicial, hace tres semanas, de casos de fiebre aftosa en tres provincias de Argentina, el ganado y varios tipos de carnes menos procesadas de ese país dejaron de ser importados por Estados Unidos, Brasil y otros mercados. Miles de vacunos fueron sacrificados.
Luego se supo que en dos municipios del estado brasileño de Río Grande del Sur también aparecieron vacunos enfermos, desatando reacciones similares de países y provincias vecinas. Hasta ahora se sacrificaron y sepultaron más de 500 vacunos y puercos para contener el contagio.
La pérdida de exportaciones de carne de cerdo a China y Rusia, importantes mercados para Brasil, es otro temor de los productores del sur brasileño, concentrados en Santa Catarina, estado vecino a Río Grande del Sur.
Hace meses se sospecha de que hay ganado enfermo en Paraguay. Argentina y Brasil adoptaron medidas de control en la frontera, pero muchos creen que no fueron suficientes, permitiendo un contrabando que habría llevado el virus a los países vecinos.
Como los brotes surgieron en áreas consideradas libres de aftosa, las acusaciones son inevitables y por eso se teme consecuencias negativas para la integración del Mercosur. El descuido de algunos afecta a todos.
El secretario de Agricultura de Río Grande del Sur, José Hoffman, afirmó, por ejemplo, que los brotes en su estado tuvieron origen en el estado de Mato Groso del Sur, que tiene una extensa frontera seca con el Paraguay. Su denuncia fue considerada irresponsable por autoridades del estado acusado.
Hoffmann también acusó al gobierno central por haber recortado las inversiones para combatir el problema. Del presupuesto de nueve millones de dólares de este año, solo se aplicó medio millón hasta ahora, sostuvo.
Río Grande del Sur tendrá ahora que impedir cualquier nuevo caso por un año, para recuperar la condición de area libre de la enfermedad y de exportación sin restricciones, dijo Marcus Pratini de Moraes, ministro de Agricultura de Brasil.
De Moraes reunió el martes en Brasilia a secretarios agrícolas de 14 estados brasileños para intensificar las medidas de control.
Por suerte, la región afectada exporta muy poco y su producción se destina más al consumo interno, matizó Meireles, el secretario de Sao Paulo.
La fiebre aftosa no admite tregua, sino una atención permanente. Cualquier país puede ser sorprendido por la aparición de nuevos casos, advirtió Macris, anfitrión del seminario que reunió a expertos y autoridades argentinas y brasileñas.
Japón quedó 98 años libre de la enfermedad, hasta que surgieron tres focos a comienzos de este año, ejemplificó. (FIN/IPS/mo/mj/if dv/00