La economía mundial toca hoy una tonada alegre y de avance, aunque irregular, pero pronto podría tornarse triste si su principal ejecutante, Estados Unidos, cambia de ritmo, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
El crecimiento global previsto, de tres por ciento para este año, es bienvenido pero no anula la posibilidad de una crisis, señaló Jan Kregel, uno de los autores del Informe sobre Comercio y Desarrollo 2000 de la UNCTAD.
La economía mundial pasa por un período positivo, pero depende «excesivamente» de lo que sucede en Estados Unidos, hoy la principal fuerza de desarrollo del planeta, dijo Kregel.
Europa y Asia no están en condiciones de ser los impulsores de la economía mundial y Estados Unidos pronto frenará su expansión, por lo que el futuro podría no ser muy halagüeño, apuntó el experto.
Sin embargo, también es posible que la economía mundial se vuelva aun más robusta, pero eso sólo sería posible en un escenario ideal.
En ese escenario, la economía de Estados Unidos «no se enfría ni se recalienta», los precios del petróleo, hoy en alza, se estabilizan, Europa y Japón mejoran su desempeño, se masifica el uso de nuevas tecnologías en el mundo pobre y se reactivan las corrientes de capital privado, dijo la UNCTAD.
A esta agencia de la Organización de las Naciones Unidas le preocupa que en medio de la actual bonanza mundial no haya planes para anular el riesgo de crisis, especialmente en los países en desarrollo, que se mantengan las recetas de ajuste, y que permanezcan y hasta aumente el abismo entre países ricos y pobres.
La UNCTAD, con 188 países miembros, es vista con cierto recelo por los organismos financieros internacionales, pues maneja puntos de vista económicos distintos.
«A pesar de que han conseguido recuperarse rápidamente de la depresión que padecía en 1998, la vulnerabilidad a los choques externos sigue siendo una amenaza inmediata para las perspectivas de crecimiento de los países en desarrollo», indica el Informe sobre Comercio y Desarrollo.
En 1999, la economía planetaria mejoró en promedio, pero en la mayoría de países de América Latina hubo una contracción del ingreso por habitante por primera vez desde 1990, y en Africa el crecimiento se paralizó.
Para la UNCTAD, los esfuerzos tendientes al crecimiento y la estabilidad en los países en desarrollo siguen chocando contra los «prejuicios y asimetrías que aquejan a los sistemas comercial y financiero».
«Ya han transcurrido varios años de reformas internas aplicadas con grandes sacrificios, pero los países en desarrollo siguen dependiendo de unas entradas de capitales sumamente inestables para financiar su crecimiento», añade.
La UNCTAD pidió mirar con atención el camino que tomó Asia oriental, pero especialmente Malasia para salir de la crisis financiera que estalló en esa región en 1997.
«Asia fue el gran éxito de 1999. El crecimiento aumentó firmemente, superando el cinco por ciento (…) pero la sorpresa mayor fue la fuerte recuperación que se registró en Asia oriental», indica el informe
«La recuperación en Corea (del Sur) fue excepcional y el crecimiento de Malasia ha alcanzado cifras de dos dígitos con poca ayuda de las instituciones financieras internacionales», destacó.
Según Kregel, Asia oriental retomó el crecimiento gracias a que sus gobiernos optaron por caminos menos ortodoxos que los recomendados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que proponía restringir el gasto público, las devaluaciones y las alzas de las tasas de interés.
La UNCTAD destacó el caso de Malasia, país que enfrentó la crisis con una receta muy diferente a la del FMI, en la que incluyó medidas de control al capitales extranjero. Se preveía que ese tipo de normas «lo iba a aislar del mundo», pero eso no sucedió, dijo Kregel experto.
Malasia sigue creciendo y su desempeño es mejor que el de muchas economías, afirmó.
«Con un sistema comercial y un sistema financiero mundiales cada vez más interdependientes, está claro que confiar exclusivamente en las fuerzas del mercado y en la política monetaria no bastará», para afrontar el futuro, observa el informe de la UNCTAD.
Es motivo de preocupación que la carga del ajuste a los desequilibrios económicos mundiales siga recayendo únicamente sobre la política monetaria, apunta el documento.
«Serán necesarios una mayor cooperación y un mayor diálogo internacionales si se quiere aprovechar todas las posibilidades que encierran las nuevas tecnologías (para) colmar el foso cada vez más profundo que separa a los países ricos de los pobres», señaló la agencia de la Organización de las Naciones Unidas.
El informe de la UNCTAD tiene solidez y brinda una visión alternativa y válida ante la de los organismos financieros multilaterales como el Banco Mundial y el FMI, opinó Julio López, economista investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México.
No debe caerse en un exceso de confianza sobre el futuro de la economía mundial, como bien advierte la UNCTAD, pues el crecimiento de Estados Unidos no puede mantenerse por largo plazo y podría ajustarse quizá con consecuencias negativas para todo el mundo, declaró López.
El principal mensaje del Informe sobre Comercio y Desarrollo 2000 es que hay que crear un marco «correcto de expectativas» del futuro económico del mundo, pues lo que se ve hoy es una perspectiva excesivamente positiva, dijo Kregel. (FIN/IPS/dc/mj/dv/00