/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Se acabó la era de la energía barata

El aumento del precio del petróleo, casi cuadruplicado en 20 meses, marca el fin de una era de energía barata, evaluó el secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rubens Ricupero.

El fenómeno, ignorado en las predicciones de los analistas, refleja la incertidumbre que amenaza la economía mundial y actualiza la necesidad urgente de mejor coordinación y cooperación ante los problemas macroeconómicos, dijo Ricupero, al presentar el Informe sobre Comercio y Desarrollo de la UNCTAD.

Los precios del crudo habían caído a menos de 10 dólares por barril a comienzos de 1999, como consecuencia en parte del derrumbe de los sistemas financieros en Asia.

Esos valores, representados en dólares constantes de 1974, equivalían a una quinta parte de los precios promedio registrados entre 1973 y 1985. La era de precios reducidos comenzó en 1986.

La recuperación de los precios, iniciada en enero de 1999, llegó esta semana, en el mercado de futuro, a valores de 37 dólares por barril.

Sólo en un año del período de depreciación, en 1998, los países industrializados miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) se beneficiaron por la caída con un monto de 60.000 millones de dólares.

Esa cifra, observó Ricupero, supera el total de los fondos que las naciones más ricas del mundo destinaron ese año a la ayuda oficial al desarrollo.

Se espera que las naciones productoras de crudo recuperen este año las pérdidas registradas en 1998, cuando el descenso pronunciado de los precios afectó severamente sus finanzas.

En caso de que el precio alcance un promedio anual de 29 dólares por barril, como prevén algunos analistas, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) obtendrán un ingreso extra de 100.000 millones de dólares.

Ricupero observó que problemas como la actual crisis del petróleo, que afectan a ciudadanos de los países industrializados, motivan llamados al autocontrol e invitaciones a la responsabilidad de los productores.

En cambio, no se escuchan lamentablemente las mismas exhortaciones cuando se verifican fenómenos opuestos, como la caída de los precios de los productos básicos registrada en 1988.

A pesar de que todavía persiste la vulnerabilidad de los países en desarrollo ante la volatilidad financiera, apenas se aleja el torbellino se olvida el debate sobre una nueva arquitectura para las finanzas.

Por ese motivo, el informe de la UNCTAD advierte a los países el peligro del falso sentimiento de seguridad. A pesar del período favorable que transcurrimos, todavía perduran incertidumbres significativas, como lo prueba la crisis del petróleo, reflexionó Ricupero.

El documento afirma que es necesario un mejoramiento en la cooperación macroeconómica y de la coordinación, destinadas en particular a los miembros más vulnerables de la economía mundial, que son los países en desarrollo.

En lugar de dedicarse a esos objetivos, los economistas se ocupan del eventual aterrizaje brusco de la economía de Estados Unidos, de discutir las posibilidades de que la Reserva Federal de ese país aumente las tasas de interés o de vaticinar un derrumbe del mercado de valores o de las acciones en tecnología, dijo Ricupero.

En cambio, los analistas fueron tomados totalmente desprevenidos por el retorno de las conmociones petroleras.

En el terreno del análisis económico hubo elementos de arrogancia, como las ideas del incremento de la productividad o de la nueva economía instalada en la sociedad.

Los economistas pretendían que no había más lugar para una crisis del petróleo porque la actual economía era diferente. La industria ya no tenía un papel central, reemplazada por una economía de servicios, telecomunicaciones y tecnología de la información, actividades sin empleo intensivo de energía.

Ricupero indicó que los analistas olvidaron un detalle nada insignificante, como el hecho de que el transporte es ahora más dependiente que nunca del petróleo y de sus derivados.

Debido a la caída de los precios del crudo, en los años de 1990 el consumo de petróleo aumentó 11 por ciento en Estados Unidos y en Europa.

El secretario de la UNCTAD expuso la crítica situación de algunos países en desarrollo encerrados entre dos fuegos. Por un lado, son importadores del combustible, con lo cual tendrán que pagar una factura más abultada. Por otro, pertenecen a la categoría de países con economía basada en productos básicos que en la actualidad están deprimidos.

Junto con la fuerte recuperación del petróleo, otras materias primas industriales han experimentado una ligera mejoría de precios, como los metales y la pulpa de papel.

En la mayoría de los otros productos básicos, los precios están en descenso, en especial en el caso de las bebidas tropicales, fuente de ingreso para numerosos países en desarrollo, en particular africanos. (FIN/IPS/pc/ff/if dv/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe