Los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) se manifestaron satisfechos con la evolución de su estrategia para reducir la deuda externa y la pobreza de los países en desarrollo.
En el primer informe anual sobre la evolución de sus programas conjuntos para reducir la pobreza, ambas instituciones sostienen que el Instrumento de Reducción de la Pobreza y Crecimiento (PRGF, por sus siglas en inglés) tiene el apoyo generalizado de países e instituciones financieras.
Las instituciones aprobaron compromisos de ayuda por valor de 17.000 millones de dólares para reducir la deuda externa de 12 países, señaló el informe.
Benín, Bolivia, Burkina Faso, Camerún, Honduras, Mauritania, Mozambique, Senegal, Tanzania y Uganda ya reciben asistencia financiera, agregó.
El informe precisó que, para fines de año, 20 países se habrán beneficiado con 30.000 millones de dólares en ayuda.
"Hacemos todo lo posible para que la iniciativa se implemente rápidamente y que el PRGF tenga éxito", declararon el presidente del Banco Mundial James Wolfensohn y el Director Gerente del FMI Horst Kohler.
Para obtener préstamos de las dos instituciones, creadas en la localidad estadounidense de Bretton Woods poco después de la segunda guerra mundial, los países deben someter a su aprobación Documentos de Estrategia de Reducción de la Pobreza (PRSP).
Adoptado el año pasado, el PRGF procura una "mayor propiedad nacional" de la política económica. Las dos instituciones también pretenden que los gobiernos y la sociedad civil participen plenamente para definir sus objetivos de desarrollo a través de la iniciativa.
Pero organizaciones no gubernamentales acusaron que muchos países en desarrollo no tienen otra opción que aceptar el PRGF dictado por el FMI y el Banco Mundial porque no pueden darse el lujo de rechazar a sus acreedores.
En Africa sólo cuatro países tienen la capacidad económica y la calificación crediticia para obtener préstamos de la banca comercial. El resto depende del FMI y el Banco Mundial.
Los detractores de los organismos multilaterales sostienen que el PRGF es otra forma de obligar a los prestatarios a cumplir los dictados del FMI y el Banco Mundial. Ambos pueden vetar los PRSP y cerrar así las puertas a la ayuda y el crédito de la comunidad financiera.
Unos 80 países de bajos ingresos cumplen los requisitos para recibir la ayuda PGRF, con un producto interno bruto máximo por habitante de 895 dólares anuales. Los préstamos del programa tienen una tasa de interés de 0,5 por ciento anual.
Jubileo 2000, la campaña internacional para cancelar la deuda externa de los países pobres, había presionado a Horst para que garantizara personalmente que al menos 20 países comenzaran a recibir ayuda para reducir la deuda externa para fines de año.
El Grupo de los Siete países más industrializados prometió el año pasado cancelar 100.000 millones de la deuda externa debida por 41 países pobres.
Desde entonces, el número se redujo a 30 países. El año pasado se esperaba que 24 países comenzaran a recibir la ayuda a fines de este año. Ahora el Banco informa que sólo 20 podrían hacerlo para entonces.
Sin embargo, Jubileo 2000 sostiene que el Banco Mundial sólo tiene planes concretos para 15 países.
"Las gestiones internacionales para reducir la deuda externa se empantanaron irremediablemente con la burocracia", destacó Adrian Lovett, subdirector de Jubileo 2000.
"Las sesiones anuales del FMI y el Banco Mundial a celebrarse este mes en Praga son la última oportunidad para que los líderes del mundo pongan fin a la crisis en este año. Es hora de actuar", exhortó.
De los 41 países originales, Ghana y Laos se excluyeron de la iniciativa y cuatro tienen deudas exteriores consideradas sustentables y por lo tanto sin necesidad de ayuda excepcional. Los cuatro son Angola, Kenia, Vietnam y Yemen. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/aq/dv/00