El presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, causó conmoción en la Cumbre del Milenio de la ONU al presentar una petición de cancelación de deudas de los países más pobres del mundo respaldada por 22 millones de firmas.
Obasanjo, presidente también del Grupo de los 77 (G-77), que reúne a 133 países en desarrollo, advirtió el jueves a los gobiernos y organizaciones donantes que las naciones pobres necesitan urgentemente el alivio de sus deudas.
"Se trata de una cantidad sin precedentes de firmas recolectadas para un solo propósito», señaló a IPS Jamie Drummond, de la no gubernamental Coalición Jubileo 2000.
Los 22 millones de firmas, que van desde la impresión digital hasta mensajes de correo electrónico, pertenecen a personas de 155 países. Nigeria fue escogida para presentar la petición por tener la presidencia rotativa del G-77 y debido a que también necesita la reducción de su deuda externa, explicó Drummond.
La petición fue presentada al secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Kofi Annan, quien había exhortado a los países donantes y a las instituciones financieras internacionales a que renuncien a la recuperación de los créditos oficiales concedidos a 40 países pobres altamente endeudados.
Annan, también formuló su pedido en la Cumbre del Milenio, realizada entre el miércoles y el viernes en Nueva York, señaló que la anulación de los títulos demostraría el compromiso de los acreedores con el esfuerzo mundial por la reducción de la pobreza.
Los 40 países de la lista de Annan, entre los que figuran Angola, Benín, Camerún, Chad, Ghana, Honduras, Nicaragua, Sudán, Yemen y Zambia, tienen en conjunto deudas por más de 215.000 millones de dólares.
Drummond dijo que también Nigeria, Bangladesh, Camboya, Guinea Ecuatorial, Perú, Filipinas, Marruecos, Jamaica, Haití, Nepal, Gambia y Zimbabwe reúnen las condiciones para aspirar a la cancelación de las deudas que mantienen con donantes oficiales.
Filipinas mantiene una deuda externa de 48.000 millones de dólares, Perú, de 33.000 millones, Nigeria de 30.000 millones y Bangladesh, de 16.400 millones.
Pero, por razones no aclaradas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional se han rehusado a ampliar la lista más allá de los 40 países identificados en un principio, observó Drummond.
La declaración final de la Cumbre del Milenio solicita la adhesión «sin dilaciones» de los 150 gobernantes que participan de la reunión al programa de la ONU de alivio de la deuda externa de los 40 países más pobres del mundo.
Estados Unidos manifestó fuertes reservas ante la inclusión de esa disposición en la declaración.
La delegada estadounidense Betty King dijo a la Asamblea General la semana pasada que Washington considera más útil que "los estados miembros y las Naciones Unidas colaboraran con los gobiernos de Africa para reducir la deuda", en lugar de cancelarla.
Ann Pettifor, directora de Jubileo 2000, dijo que la petición fue presentada ante la mayor congregación de líderes mundiales para destacar la importancia que tiene la cancelación de la deuda.
La crisis de la deuda externa no se puede dejar a los dictados de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón, los integrantes del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados del mundo, dijo.
Cuando los líderes del G-7 se reunieron en la ciudad japonesa de Okinawa, en julio, dejaron pasar la oportunidad para ayudar a los pobres en este año del milenio, agregó.
En un informe divulgado durante la cumbre de Okinawa, Jubileo 2000 dijo que los líderes del mundo deben decidir entre la acción o permanecer sin hacer nada.
El argumento por la acción es fuerte porque, todos los días, por concepto de pago de la deuda se transfieren más de 60 millones de dólares de los países más pobres a los más ricos, informó la organización.
Hasta el momento sólo se cancelaron 17.000 millones de los 100.000 millones de dólares en deuda externa que prometieron cancelar los líderes del G-7 el año pasado, reunidos en Colonia, Alemania.
"La deuda crea una catástrofe humana que se agrava día a día. Tres millones de niños murieron como resultado de la crisis de la deuda en el nuevo milenio", aseguró el estudio.
Mientras, en el segundo día de la Cumbre del Milenio este jueves, la cancelación de la deuda fue un tema predominante entre los discursos de varios jefes de gobierno.
La deuda "es una gran obstáculo al crecimiento económico y el desarrollo sustentable de los países en desarrollo", declaró el presidente de Mozambique, Joaquim Chissano.
Aunque elogió las iniciativas de reducción de la deuda, también habló a favor de la cancelación total.
"Creemos que la cancelación incondicional de la deuda nos permitiría canalizar los recursos para erradicar la pobreza, e incluso mejorar los sectores sociales y rehabilitar la infraestructura básica", dijo.
Mozambique, uno de los 40 países pobres más endeudados y con 18 millones de habitantes, adeuda más de 8.500 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/td/da/ff-aq/00