El Senado de Chile aprobó esta semana, tras un arduo trámite, el Tratado de Integración Minera con Argentina, que posibilitará en los próximos 10 años explotaciones por 6.000 millones de dólares en la frontera.
El tratado fue remitido el miércoles al presidente Ricardo Lagos, quien lo podrá promulgar una vez que el Tribunal Constitucional dirima los cuestionamientos de 13 senadores sobre algunas de sus disposiciones.
La canciller Soledad Alvear manifestó su confianza en que el tribunal desechará el recurso, vista la amplia mayoría de 34 votos a favor, siete en contra y cinco abstenciones con que se aprobó el tratado el martes en la sede del Senado en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
La complementación en las actividades mineras es considerada un paso trascendental en el dinámico proceso de integración que Argentina y Chile iniciaron en 1991 dejando atrás una larga historia de conflictos fronterizos.
El acuerdo podrá también generar beneficios para el Mercado Común del Sur (Mercosur), el bloque de integración regional que tiene a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay como miembros plenos y a Bolivia y Chile en calidad de asociados.
El gobierno de Lagos espera iniciar en diciembre un proceso de paulatina adhesión plena al Mercosur. Su capacidad negociadora para este efecto debe verse fortalecida luego del acuerdo minero con Argentina.
El tratado fue aprobado hace cinco meses por el Parlamento argentino, luego de que en Chile la Cámara de Diputados lo sancionara en 1999 con 89 votos a favor, dos en contra y cinco abstenciones.
Pese a esa amplia mayoría entre los diputados, hubo un primer requerimiento de un grupo de senadores ante el Tribunal Constitucional que postergó hasta este mes de agosto el debate en la cámara alta.
La nueva presentación de 13 senadores plantea la posibilidad de que la ratificación legislativa del acuerdo minero requiera de una mayoría calificada de cuatro séptimos de ambas cámaras y no por simple mayoría, como se procedió.
Otro punto por el cual se pide el pronunciamiento del tribunal alude a las zonas francas aduaneras que se crearán una vez que el tratado entre en vigencia para hacer más expeditos los abastecimientos hacia las zonas de prospección y explotación mineras.
El Tratado de Integración Minera permitirá explotar ricos yacimientos de cobre, oro y plata en unos 4.000 kilómetros de frontera chileno-argentina, pero sus expectativas inmediatas se concentran en las regiones del norte de los dos países.
Chile posee una prolongada tradición de país minero, con una actividad extractiva que genera más de 40 por ciento de sus ingresos por exportaciones. Es, a la vez, el mayor productor de cobre del mundo.
Argentina, en cambio, carece casi totalmente de experiencia en este campo y mantiene sin explotar la riqueza mineral de la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes.
Con la próxima entrada en vigencia del tratado se pondrían en marcha de inmediato los proyectos del yacimiento de cobre de El Pachón, con una inversión de 890 millones de dólares, y de la mina de oro de Pascua-Lama, por otros 300 millones de dólares.
Estas explotaciones constituirán la avanzada para la futura afluencia de capitales en proyectos mineros que en el curso de los próximos 10 años completarían 6.000 millones de dólares.
El tratado recibió en el Parlamento chileno el entusiasta apoyo de diputados y senadores de la segunda región de Antofagasta y tercera de Atacama, cuyas economías descansan sobre todo en la actividad minera.
Una de los beneficios para los chilenos con el tratado será el acceso en el lado argentino a fuentes de agua, un bien escaso en las desérticas regiones del norte de Chile.
Del mismo modo se espera un impulso adicional al desarrollo portuario de esas regiones, pues los terminales navieros servirán tanto para la importación de suministros como para la exportación a terceros países de la futura producción minera de Argentina.
El Tratado de Integración Minera con Argentina tiene una proyección estratégica, destacaron en ese sentido los legisladores de la región de Atacama, tanto del bloque oficialista de centroizquierda como de la oposición de derecha. (FIN/IPS/ggr/mj/if/00
