/Integración y Desarrollo/ AMERICA DEL SUR: Una zona de paz, democracia y libre comercio

América del Sur será una zona de paz, libre comercio, democracia y amplia cooperación en el combate contra el narcotráfico, aseguraron los 12 presidentes del subcontinente en el Comunicado de Brasilia.

La declaración, firmada el viernes al finalizar la cumbre de dos días en la capital brasileña, informa la decisión de formar un «espacio económico ampliado» sudamericano, obedeciendo al principio de regionalismo abierto y reforzando al subcontinente para las negociaciones hemisféricas y mundiales.

El estado de derecho y el pleno respeto al régimen democrático son desde este viernes «condición para la participación en futuros encuentros sudamericanos», resolvieron los presidentes, descartando otro tipo de sanciones para quienes ignoren reglas de la democracia.

Esa es la decisión ante la propuesta de adopción de una «cláusula democrática» como la que impera en el Mercado Común del Sur (Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay). Aunque en el caso del bloque del sur, la sanción puede llegar a la exclusión del infractor.

Las eventuales amenazas a la democracia serán examinadas en los foros de concertación ya existentes en la región, de acuerdo con el Comunicado de Brasilia.

«La democracia representativa es el fundamento de la legitimidad de los sistemas políticos y la condición indispensable para la paz, la estabilidad y el desarrollo de la región», dice el comunicado.

Pero agrega que también es indispensable estimular la participación en las decisiones nacionales de los ciudadanos y organizaciones civiles y fortalecer a los partidos y mejorar los procesos electorales.

No fueron acogidas propuestas más explícitas de «democracia participativa», como pretendía el presidente venezolano Hugo Chávez, quien afirmó que el modelo desarrollado por su gobierno tiene validez para la región.

Los presidentes reconocieron, sin embargo, que «la pobreza y la marginalidad amenazan la estabilidad institucional de la región», y se pronunciaron por una atención mayor a los sectores más pobres, para reducir las desigualdades sociales.

Así mismo, acordaron crear una Zona de Paz Suramericana, extendiendo a los 12 países compromisos ya asumidos por el Mercosur y sus asociados Bolivia y Chile y por la Comunidad Andina. Los cancilleres deberán promover las medidas necesarias para la ejecución de tal decisión.

El comunicado señaló que el Mercosur y la Comunidad Andina resolvieron poner en marcha el libre comercio entre los dos bloques antes de enero de 2002, «un impulso decisivo» para formar el espacio económico sudamericano.

El apoyo al proceso de integración comercial del hemisferio, expresado en el Area de Libre Comercio de las Américas, prevista para 2005, fue matizado por la exigencia de acceso efectivo a los mercados para las exportaciones sudamericanas.

El comunicado no menciona el proteccionismo de América del Norte, que fue criticado en la cumbre por el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso.

Así mismo, los presidentes sudamericanos pidieron negociaciones equilibradas para conformar el ALCA, considerando las diferencias en los niveles de desarrollo y el tamaño de las economías involucradas.

En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, se acordó estrechar la cooperación en materia de tareas de inteligencia, operaciones policiales, control del contrabando y de los precursores (insumos) de las drogas, incluyendo la confirmación de listas de los productos controlados.

En cuanto al lavado del dinero procedente de actividades ilícitas, un asunto ya discutido por autoridades del sector, trasciende los límites de América del Sur e involucra todo el mundo, se advirtió.

El enfrentamiento al lavado de dinero exige negociaciones con países de mayor poder financiero, como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, destacó Cardoso.

La declaración también indicó que la responsabilidad en el combate contra las drogas debe ser compartida entre los países productores, de tránsito y consumidores. El énfasis debe ponerse por igual en la reducción de la oferta y la demanda y en la cooperación internacional, según el comunicado.

La «identidad suramericana» es destacada como razón de la cumbre de Brasilia, señalándose que la «cohesión de América del Sur» favorece los procesos regionales más amplios, ya que «refuerza y complementa los lazos bilaterales y multilarales con otras naciones de América Latina y el Caribe».

Un «diálogo político» entre los 12 países, propuesto por el Mercosur, se realizará próximamente en Bolivia, que se ofreció como sede.

El desarrollo de la infraestructura de integración será fomentado a partir de la discusión de un Plan de Acción elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo y con aportes de la Corporación Andina de Fomento, para impulsar proyectos ya en marcha e identificar otros, de acuerdo con una visión regional.

Los presidentes destacaron también la importancia de las tecnologías de la información en el esfuerzo por el desarrollo y aprobaron la creación de un Fondo Suramericano de estímulo a la cooperacion científica y tecnológica en el subcontinente, a partir de un programa específico brasileño.

La Cumbre de América del Sur dio respaldo al proceso de paz en Colombia, aunque sin mencionar el nuevo plan de combate contra el narcotráfico que el gobierno de Andrés Pastrana pondrá en marcha con apoyo de Estados Unidos.

Se trata del llamado Plan Colombia, el asunto más polémico en las discusiones paralelas a la cumbre.

Otra moción aprobada pide negociaciones para la solución pacifica y duradera de la «situación colonial de las Islas Malvinas», ocupadas por Gran Bretaña y reclamadas por Argentina. (FIN/IPS/mo/ff/ip/00

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