La liberación en Tailandia de Thuingaleng Muivah, líder separatista de la etnia naga de India, hizo más probable que Nueva Delhi llegue a un acuerdo con el más antiguo de los movimientos insurgentes indios, según analistas políticos.
Muivah, dirigente de una importante facción del Movimiento Nacional Socialista de Nagalim (NSCN), fue detenido en Bangkok el 19 de enero por ingresar a Tailandia con un pasaporte falso, cuando se disponía a participar en conversaciones de paz con Nueva Delhi.
La mayor parte de la etnia naga reside en el estado noriental indio de Nagalandia, y Nagalim es el nombre que los separatistas desean dar a propia patria, para la cual reivindican parte del actual territorio de Birmania. El nuevo país tendría una población de unos tres millones de habitantes.
La lucha separatista de los naga comenzó poco después de que India se independizara del dominio colonial de Gran Bretaña en 1947, y ha costado la vida a unas 25.000 personas.
Hace un cuarto de siglo, una fracción insurgente llegó a un acuerdo con el gobierno y abandonó las hostilidades.
Desde entonces, la principal fuerza naga combatiente ha sido la fracción de Muivah. Una fracción rival tiene su base de operaciones en Birmania.
Los insurgentes conducen un gobierno paralelo en Naglandia, aceptaron un cese del fuego en julio de 1997, y desde entonces han participado en dos rondas de negociaciones con representantes del gobierno federal que se llevaron a cabo fuera de India.
La terecra iba a comenzar en enero en Bangkok, pero se suspendió tras el arresto de Muivah, cuya situación se complicó cuando trató de fugarse y fue detenido otra vez.
"Esperamos que ahora las conversaciones puedan reanudarse", comentó Athili, un integrante del Movimiento por los Derechos Humanos del Pueblo Naga.
Hasta ahora, el avance hacia la paz ha sido escaso, y el período de cese del fuego, de cuya violación cada parte acusa a la otra, se ha extendido en varias ocasiones.
La liberación de Muivah fue positiva para las negociaciones según Deena Dayalan, del Foro de Asia del Sur por los Derechos Humanos, quien comentó que "lo importante es que la sociedad civil naga participe en el diálogo.
Altos funcionarios del gobierno indio que no quisieron ser identificados dijeron a diarios de su país que las negociaciones se reanudarían en dos o tres semanas.
"La liberación de Muivah replantea varias cuestiones no resueltas, entre las cuales la más importante es que el cese del fuego del NSCN no se relacione sólo con su conducta ante las fuerzas de seguridad del gobierno, sino que abarque también a los civiles", señaló el diario indio The Indian Express.
Representantes de Nueva Delhi en las conversaciones de paz dijeron a ese diario que hasta ahora los insurgentes "han continuado con la extorsión y el asesinato en Nagalandia".
El Ministerio del Interior indio acusa al NSCN de haber cometido 536 asesinatos políticos desde que aceptaron el cese del fuego.
Uno de los obstáculos en el diálogo ha sido que la facción de Muivah pide que el área de cese del fuego se amplíe para abarcar a los estados de Assam, Manipur y Arunachal Pradesh, limítrofes con Nagaladia, en los cuales residen nagas.
Los insurgentes amenazaron con reanudar las hostilidades si Nueva Delhi no aceptaba esa demanda antes del 15 de este mes.
El gobierno federal replicó que debía realizar consultas con las autoridades de los estados mencionados antes de adoptar una decisión, y versiones de prensa no confirmadas en forma oficial indicaron que los gobiernos estatales no aceptaban la propuesta.
Otras fuentes afirmaron que las autoridades temen aceptar la demanda porque piensan que eso podría percibirse como una forma de aceptar que los naga forman una nación y tienen derecho a unaa patria propia.
Otro obstáculo cuando se reanuden las negociaciones será que Nueva Delhi insinúa que el NSCN tiene vínculos con los servicios de Inteligencia de Pakistán. El Ministerio del Interior indio ha subrayado que cuando Muivah fue arrestado había llegado a Bangkok desde la ciudad meridional paquistaní de Karachi.
India acusa a Pakistán de fomentar tanto la insurgencia separatista en el territorio de Cachemira, fronterizo entre ambas naciones, como la de los naga.
El cese del fuego "no se acompañó de avances concretos hacia una solución del conflicto, sino que aumentó los malentendidos y la desconfianza entre las partes en conflicto", comentó Akum Longchari, un dirigente del Movimiento por los Derechos Humanos del Pueblo Naga. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/mu/mp/ip/00