GANADERIA-BRASIL: Fiebre aftosa amenaza esfuerzo de desarrollo

El virus de la fiebre aftosa, de dificil erradicación, amenaza el sueño de Brasil de convertirse en el mayor exportador mundial de carnes.

La fiebre aftosa reapareció el mes pasado en el sur de Brasil, justamente donde más se había avanzado en el combate para eliminarla.

Los estados de Río Grande del Sur y Santa Catarina, cuyo ganado permaneció a salvo del virus durante siete años, esperaban ser declarados el próximo año áreas libres de aftosa sin necesidad de vacunación.

Pero esa meta podría ser elusiva, al menos para Río Grande del Sur. En efecto, 20 focos de la enfermedad fueron detectados en tres municipios cercanos a la frontera con Argentina, y ese estado podría ser catalogado entre las áreas de riesgo de epizootia.

El ganado y la carne no industrializada de Río Grande del Sur quedaría fuera de los mercados internacionales y ni siquiera sería posible vender esos productos a otros estados brasileños.

Más de 3.600 animales fueron muertos y sepultados, en un intento de evitar la propagación del virus, y se sospecha que hay otro municipio contaminado en el mismo estado.

Las medidas dispuestas consisten en el aislamiento del área afectada y el sacrificio de vacunos, cerdos y ovinos supuestamente contaminados.

Pero los ganaderos se resisten a aceptar que sus animales sean sacrificados, por temor a no ser indemnizados, una actitud que pone entredicho la eficacia de la operación.

Ante esa reacción, el secretario de Defensa Agropecuaria del Ministerio de Agricultura, Luiz Carlos de Oliveira, amenazó con aislar completamente el estado de Río Grande del Sur, tal como se hizo el año pasado con otro estado donde se registraron focos de la enfermedad, cerca de la frontera con el Paraguay.

La fiebre aftosa no afecta al ser humano, pero sí al ganado vacuno, porcino y ovino que, con úlceras en la boca y en el tubo digestivo, pierde peso o muere por la imposibilidad de alimentarse. Por eso, los mercados importadores de carne se cierran a los países que ofrecen riesgo.

El contagio se produce por contacto entre los animales e incluso por el transporte del virus por el aire, en vehículos y en ropas de personas procedentes del área contaminada. Además de la carne no industrializada, el hueso es otro transmisor.

Se trata de una enfermedad muy contagiosa, y se rechaza la carne del país donde se comprueba la presencia del virus, que también reapareció en Paraguay y en tres provincias argentinas.

Brasil realizó un gran esfuerzo de combate contra la aftosa en las últimas décadas, en condiciones difíciles debido a la ganadería extensiva, que se halla dispersa en los pastizales, sin control sanitario adecuado. Gran parte de la carne vendida en el mercado interno aún procede de mataderos clandestinos.

El país posee un enorme rebaño, estimado en más de 160 millones de animales. Con los avances de la vacunación y de la tecnología ganadera, la productividad se incrementó y, junto con ella, las exportaciones.

La Organización Internacional de Epizootias reconoció en mayo que cinco estados del centro y oeste de Brasil estaban libres de la aftosa, aunque sólo manteniéndose la vacunación. Ese dictamen agregó casi 80 millones de vacunos al rebaño en condiciones de servir a la exportación a los mercados más exigentes, como Japón, Estados Unidos y Europa.

El progreso logrado determinó al ministro de Agricultura, Marcus Pratini de Moraes, a predecir que Brasil se pondría en 2004 a la cabeza de los países exportadores de carnes y que los ingresos anuales por ese concepto serían de 5.000 millones de dólares, más del doble de la suma actual.

El pronóstico se basó también en el gran desarrollo de la avicultura, que triplicó su producción en diez años. Brasil exporta anualmente seis millones de toneladas de carne de pollo, que le producen un ingreso de 1.000 millones de dólares, según la asociación de avicultores.

La expectativa es este año de exportación de 650.000 toneladas de carne bovina, el doble que en 1997, un voluemen que rendiría unos 850 millones de dólares. Aunque ese cálculo no incluye descuentos por la fiebre aftosa en el sur.

Sin una clara eliminación de los 20 focos de aftosa, de manera de despejar el temor al contagio, las exportaciones se resentirán en los próximos años, advirtieron los analistas del mercado.

Será postergada, por ejemplo, la venta de carne no industralizada a Estados Unidos, un mercado disputado pero de exigencias sanitarias muy rígidas, señaló Enio Marques, director de la Asociación Brasileña de la Industria Exportadora de Carne y secretario de Defensa Agropecuaria del Ministerio de Agricultura hasta el año pasado.

La mayor parte de la carne exportada por Brasil es industrializada y no ofrece riesgo de contagio por aftosa. Pero los exportadores disputan el mercado de carne 'in natura', que tiene mayor precio, al contrario de otros productos, en que se busca agregar valor por la industrialización.

Por eso la lucha contra la fiebre aftosa se libra sin cuartel ni consideración ante los intereses de los criadores y agricultores perjudicados. Los agricultores de los municipios cercados en el sur están impedidos incluso de sembrar y temen perder la próxima cosecha de soja y otros cereales de verano.

Las autoridades tienen presente las enseñanzas de la historia. Brasil perdió su condición de gran exportador de cacao y algodón, dos productos que ahora incluso debe importar, a causa de la «escoba de la bruja» y del «picudo», dos plagas que destruyeron los cultivos. (FIN/IPS/mo/ff/dv/00

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