En Europa no hay lugar para el terrorismo ni para las dictaduras, afirmó en esta capital la presidenta del Parlamento Europeo, Nicole Fontaine, quien manifestó al presidente del gobierno español, José María Aznar, el rechazo de su institución a la violencia en el País Vasco.
Fontaine asistió al homenaje celebrado en el parlamento español a las víctimas del terrorismo, en que se condecoró a 254 víctimas de atentados que sobrevivieron y a familiares de los asesinados por la organización terrorista ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en lengua euskera).
La representante de la Unión para la Democracia Francesa entregó a Aznar un declaración contra el terrorismo en España que desde la semana pasada ha sido firmada por más de la mitad de los eurodiputados, de todos los países y corrientes políticas.
«Este es un hecho sin precedentes en nuestra institución y muestra, una vez más, su compromiso con ustedes», subrayó Fontaine en un fluido castellano.
«Hoy estamos honrando la memoria de muchas personas, de distinta condición, profesión, procedencia y edad. Son hombres, mujeres, niños, ancianos, que han perdido su vida o su salud en atentados terroristas. Estas personas han pagado con su vida su apego a la democracia», agregó.
Hizo une especial mención de la también eurodiputada y amiga suya Bárbara Dürkop, cuyo marido, el senador socialista Enrique Casas, fue asesinado por ETA.
Dijo a los familiares de las víctimas: «Vosotros habéis perdido seres queridos. Pero habéis tenido el coraje, en circunstancias tan dramáticas para vosotros, de seguir defendiendo la libertad y la democracia».
«En nuestra Unión Europea no hay sitio para el terrorismo. El terrorismo es la negación de la democracia, principio básico de nuestra Unión. Al rechazar el derecho a la vida, el terrorismo solo busca un objetivo, que es el de matar la libertad», sostuvo.
«La violencia, del tipo que sea, no sólo es condenable, sino también es ineficaz. Excluye de la vida democrática a los que la practican», añadió.
La visitante citó al premio Nobel de la Paz y eurodiputado John Hume, impulsor del proceso de paz en Irlanda del Norte: «La violencia agrava las divisiones y hace que los problemas sean más difíciles de resolver. Pretender actuar a favor de los derechos humanos y matar es negar el derecho a la vida».
Ante el Parlamento Europeo, Hume postuló «un absoluto y completo fin de la violencia. Tras este abandono de la violencia puede haber diálogo y este diálogo tiene que contar con todos los representantes democráticamente elegidos».
Fontaine dijo a los parlamentarios españoles, a las víctimas del terrorismo, familiares y demás autoridades presentes que no están solos. «Cada vez que el terrorismo asesina en España a una persona, toda la Unión Europea está siendo amenazada en lo que son sus principios más básicos», afirmó.
La eurodiputada francesa habló por teléfono este miércoles con Vojislav Kostunica, el candidato opositor que se proclamó vencedor en las elecciones yugoslavas celebradas el domingo y a quien los gobiernos europeos reconocen como triunfador.
Fontaine aseguró a Kostunica «el apoyo total del Parlamento Europeo» y lo invitó a visitar la sede de esa institución «lo antes posible», informaron a IPS fuentes de la institución.
Kostunica le aseguró que ganó con claridad las elecciones, le anticipó que no participaría en una segunda vuelta si el gobierno de Yugoslavia las convoca y que mantendrá la cautela hasta este jueves, fecha límite para la proclamación oficial de los resultados.
Coincidiendo con el acto en el parlamento español, este miércoles se hizo público un manifiesto firmado por más de 600 figuras del nacionalismo vasco que pidieron a ETA una nueva tregua y que abogan por la paz, el diálogo y la distensión en esa región autónoma.
También pidieron a los gobiernos español y francés que respeten la voluntad de los vascos para resolver «el conflicto político».
Uno de los firmantes es el fundador de ETA Julen Madariaga, hoy apartado de sus filas, el filósofo Javier Sádaba, el ex presidente del parlamento vasco Juan José Pujana, así como varios sacerdotes católicos y militantes de los sindicatos nacionalistas de trabajadores.
El documento responsabiliza tanto a ETA como a los gobiernos de España y Francia de la falta de diálogo y de soluciones, y aboga por la superación de toda violencia y por «la resolución definitiva del conflicto sin escatimar ningún tipo de esfuerzo político» y con respeto a la voluntad del pueblo vasco.
El gobierno de Aznar asegura respetar la voluntad del pueblo vasco, con el argumento de que todos los partidos —incluso los que apoyan a ETA y que no condenan la violencia— gozan a pleno de las libertades democráticas, participan en las elecciones y ejercen los cargos para los que son elegidos.
Mientras, ETA asesinó a veteranos luchadores por la democracia, a antifranquistas que pasaron por cárceles y campos de concentración, a defensores de los derechos humanos y a políticos de izquierda, centro y derecha.
La mayoría de las víctimas fueron asesinadas por la espalda, cuando estaban desarmados y sin custodia. (FIN/IPS/af/ip/00