Dos generales vinculados a la seguridad nacional fueron detenidos en México acusados de narcotráfico, pero el hecho no generó el escándalo de otros anteriores. La corrupción militar parece ahora un asunto común, arguyen los analistas.
Los generales Mario Acosta y Humberto Quiroz, quienes ocuparon puestos importantes en la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico, fueron detenidos por su presunta colaboración con el cartel de Juárez, informó la Procuraduría Militar la noche del jueves.
La penetración del narcotráfico ya no "tiene nada de raro", declaró este viernes el general retirado Samuel Lara, analista en temas militares.
Jorge Chabat, del Centro de Investigación y Docencia Económica, consideró que las detenciones confirman el importante poder de los grupos delictivos organizados, pero también que existe mayor transparencia en la justicia militar.
Acosta y Quiroz podrían recibir penas de 40 a 50 años si se comprueban las acusaciones, señaló el jefe de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada de la Procuraduría General, José Larrieta.
Los generales detenidos son los últimos eslabones de una cadena iniciada en febrero de 1997 con la captura del general José Gutiérrez, el máximo jefe antidrogas de México. Desde ese momento, siete generales fueron acusados por presunto apoyo al narcotráfico.
Al igual que Gutiérrez, Acosta y Quiroz fueron vinculados al cartel de Juárez, dirigido por Amado Carrillo hasta septiembre de 1997, cuando murió luego de haberse sometido a una cirugía plástica.
"Estos generales tienen vidas muy paralelas", pues han sido hombres importantes en la seguridad nacional y coinciden en su corrupción, señaló el sociólogo Jaime González, analista del noticiero radial Monitor.
"Suponemos que habrá muchos otros casos similares entre los militares y esperamos que pronto sean descubiertos por el bien del país", añadió.
La Secretaría (ministerio) de Defensa aseguró que las Fuerzas Armadas se sienten avergonzadas y golpeadas por los casos de corrupción.
"Es una situación muy lamentable, difícil. Pero vamos a llegar hasta sus últimas consecuencias", expresó el procurador de Justicia Militar, Rafael Macedo.
El presidente Ernesto Zedillo, quien termina en diciembre sus seis años de gobierno, delegó a los militares gran parte del combate al narcotráfico.
"No debe extrañarnos mucho (la detención de los generales), pues hay un sistema donde la complicidad de las drogas ocurre incluso en las más altas esfera de gobierno", apuntó Lara. "No tiene nada de raro que algunos militares en funciones se hayan visto involucrados".
Durante la gestión de Zedillo los militares mexicanos atrajeron la atención como nunca antes por su papel en la lucha contra el guerrillero Ejército Zapatista de Liberación Nacional, del sureño estado de Chiapas, y contra el narcotráfico, la corrupción y hasta por un caso de insubordinación.
Además, fueron acusados de violaciones de los derechos humanos por Amnistía Internacional y Human Rights Wacht.
Los últimos generales detenidos también fueron acusados por organizaciones humanitarias locales de haber ordenado torturas en los años 70, cuando cumplían tareas de contrainsurgencia.
"No permitiremos que se los juzgue sólo por narcotráfico", también deben ser sancionados por violaciones de los derechos humanos y por la desaparición de personas", advirtió Rosario Ibarra, líder de la organización Eureka.
El presidente electo de México, Vicente Fox, quien asumirá en diciembre, prometió que las Fuerzas Armadas estarán más abiertas al escrutinio público, excepto en casos de seguridad nacional, y que serán evaluadas con base a tablas de resultados. (FIN/IPS/dc/ag/ip/00